Detuvieron al policía que le cobraba protección a «Dylan» y «Kako», los herederos de «Mameluco»
La noche del 23 de agosto, «Dylan» entró a los tiros en Villa Tropezón. Quería copar el barrio. Barrer la competencia. Instalar un bunker para vender drogas. Pero la zona tenía dueña: «Ale la Bocona» ya lo estaba esperando. Después de unos tiros cayó la Policía, demoró a dos jóvenes, les sacó los teléfonos y los liberó.
Así, «Dylan» tuvo que replegarse con sus «soldaditos» en su territorio: la 18, la histórica villa de Miguel Ángel Villalba, alias «Mameluco», el rey de la cocaína que alguna vez soñó con ser intendente de San Martín. Porque Luca Nahuel Baigorria, tal el nombre de «Dylan», es hijo de «Mameluco».
Villalba, con dos condenas sobre sus espaldas, espera un tercer juicio, esta vez por ser el jefe, desde la cárcel, de la organización que entre el 1 y el 2 de febrero del 2022 vendió la cocaína con carfentanilo que les provocó la muerte a 24 consumidores en Puerta 8. Baigorria, en cambio, vive prófugo y a los tiros.
«Mati», uno que hacía negocios en Villa Tropezón, le contó a un amigo cómo la gente de «Ale la Bocona» había corrido a los tiros a los de «Dylan»:
-Me estaba hablando ‘Pipi’, me estaba diciendo que fue el tullido de ‘Dylan’ para ahí y no sé qué en lo de ‘la Doña’ ¿viste? y que le quiso robar la bolsa al bolsero, no sé qué, una salchichonada de esas, y lo re cagaron a palos, dice que lo re cagaron a palos mal, le dieron una re paliza y se fue y prometió volver a la noche y a la noche, bueno, lo estaban esperando, yo porque le pregunté, le digo a ‘Pipi’ ¿qué onda? porque me había mandado cinco mensajes y los eliminó todo la noche anterior, la que yo estaba en tu casa y agarró y me contó eso y a la noche apareció, vino a la esquina, pero salió este, salieron y lo re cagó a balazos y se fue y no apareció más.
-Sí, es un peligro esa larva, es un peligro porque es atrevido también, boludo, anda haciendo la ica por ahí, le va a querer dar de espalda a alguno porque va a decir corte ¿entendés? le va a hablar a alguno, así nomás, recién lo veo, boludo, ¿que te iba a decir? ¿y la vieja que decía a todo esto?
-Y no, nada, eso solo pasó, prometió volver, volvió esa noche, lo agarraron a tiros, tiró dos, tres tiros, no apareció más, yo le dije igual que se cuiden, que quedó re dolido, es re ruchi, pero nada, hay que ver dónde está parando él ahí, pero nada, no creo que aparezca más.
-¿Ah sí? Mirá ¿y qué quiere, boludo? Anda de fisura, boludo, si le dieron salida de todos lados, boludo, le dieron salida de todos lados si ese anda de gil, no debe tener ni un peso, nada, encima, imagínate si es re peludo ese, dejate de joder.
«Mati» era Matías Iván Agosto Ruiz Díaz, que trabajaba con Rubén Adrián Díaz Baigorria, alias «Cacho», precisamente uno de los proveedores de «Ale la Bocona». A estos dos narcos, el juez federal Jorge Rodríguez los procesó a mitad de noviembre como integrantes de la banda de Esteban Fernando Tulli, alias «Zapatero», y Eduardo Daniel Nacusse, el famoso «Patán».
Después, a finales de diciembre del 2022, el magistrado ordenó arrestar a Alejandra Noemí Galbán, la mujer que había frenado el avance «Dylan», por narcomenudeo en Villa Tropezón, Villa Tranquila y La Perrera.
Este año, la jueza federal Alicia Vence pudo abrir el celular que la Policía le incautó a uno de los protagonistas del enfrentamiento con Galbán en Villa Tropezón. Era de «Kako», medio hermano de «Dylan».
Encripdata reveló el año pasado el acuerdo entre un sector de la Bonaerense y «Kako», que no tenía -ni aún tiene- problemas legales, y también «Dylan», aunque este tuviera orden de captura en su contra por las muertes con carfentanilo en Puerta 8, un opioide sintético 10 mil veces más potente que la morfina y 100 veces más que el fentanilo, del que, hasta aquel día fatídico, no existían registros de su uso en la Argentina.
Como publicó el periodista Gabriel Di Nicola en LA NACIÓN, ese teléfono fue la perdición del teniente primero Cristian Marco Aguirre, que prestaba servicios en la comisaría 11º de Remedios de Escalada, Tres de Febrero. «Tío», como se hacía llamar en WhatsApp, arreglaba con «Kako»:
-Amigo, te tengo que ver, o a tu gente. Así cierro la semana, por fa.
-Ahí hablo, tío, para que te den la plata.
-Listo, yo ya ando juntando, que tengo que llevar eso allá.
-¿Podés ir al club Defensores? Te llevan la plata hasta ahí.
-Listo. En 15′. En el 206.
-Ok dale, tío, ya está el pibe ahí en bici.
La jueza Vence ordenó detener el 21 de junio al policía que se hacía amigo de «Kako». Ahora, los herederos de «Mameluco» buscan a un nuevo Aguirre para arreglar.