Messi, Rosario y «los narcos han ganado»: cuando lo obvio sale de la boca de la autoridad y suena a rendición
Cuando el técnico de Rosario Central, Miguel Ángel Russo, lo advirtió en enero, pocos le prestaron atención: «Las complicaciones del libro de pases fueron muchas. Nos encontramos con esposas (de jugadores) que no quieren venir a vivir a Rosario. Es una realidad. Es muy duro, y me duele decirlo, pero chocamos contra eso también».
No hizo falta que dijera más. Encima, el intendente de Rosario, Pablo Javkin, en vez de alarmarse, lo criticó: consideró que en realidad pretendía minimizar «una dificultad dirigencial hablando mal de la ciudad».
Pero hoy, un mes después, el tiempo le dio la razón a Miguelito: el que sufrió una amenaza, por demás extraña, fue el propio Javkin. De madrugada, dos jóvenes en moto dejaron un cartel en la puerta de Único, el supermercado del papá de Antonela Roccuzzo, pareja de Lionel Messi, dispararon catorce veces contra la persiana del local y se fueron como habían llegado: tranquilos, sin que alguna fuerza de seguridad, de las tantas que dicen patrullar la ciudad, estuviera cerca para perseguirlos.
El mensaje decía: «Messi te estamos estamos esperando. Javkin es narco no te va a cuidar…».
Es importante escribirlo como los autores de la amenaza lo hicieron para saber quién estuvo detrás.
El fiscal de la unidad Balaceras Federico Rébola se hizo presente en el lugar, le tomó declaración testimonial al dueño del supermercado y ordenó peritar la carta, según pudo saber Encripdata.
Lo imprescindible para esclarecer todo es atrapar a los dos autores materiales del hecho y que confiesen quién los contrató, que no siempre es el autor ideológico sino un intermediario para, precisamente, hacer invisible al beneficiario principal.
Existen caminos alternativos: la pericia scopométrica, por ejemplo. Así, los investigadores podrán saber si hubo uno o dos «puños escritores» y, más importante, si tiene similitud con las «características gráficas» de otros carteles mafiosos.
Por lo pronto, a simple vista, la amenaza tiene tres errores: repite una palabra y omite dos comas; pero, a su vez, está bien el apellido del intendente, que podría ser difícil de escribir para los tiratiros -cada vez más jóvenes y que no terminan el secundario-, y está bien usado los tres puntos suspensivos finales. No es poco.
En los últimos casos, los mensajes también estuvieron bien redactados.
Es la primera amenaza que recibe la familia del capitán de la Selección argentina.
Es, también, la primera vez que aparece el apellido de Javkin en un cartel mafioso.
Pero mientras el fiscal daba los primeros pasos de la investigación, el ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, anunció: «Los narcos han ganado». Después agregó que no se puede solucionar en 20 minutos un estado de situación que lleva 20 años. El ministro realmente piensa eso que dijo: lo reafirmó enseguida en Twitter.
Hizo algo más: desplazó al hasta hoy jefe del Comando Unificado de las fuerzas federales en Rosario, comandante mayor Ricardo Daniel Castillo, a la Unidad Regional II, con jurisdicción en Santa Fe y Entre Ríos.
Castillo estuvo exactamente 300 días al frente de la lucha contra la inseguridad en Rosario vinculada al crimen organizado. Menos de un año. Aníbal Fernández y el gobernador Omar Perotti lo designaron mientras era investigado por el armado de una causa al narco Claudio Andrada, alias «Piturro», como publicó Encripdata. Esa investigación aún sigue abierta en Salta. Y su breve gestión pasó a la historia: con 287, el 2022 fue récord de crímenes dolosos en el departamento de Rosario.
La amenaza contra Messi y Javkin podría ser diferente o no, el tiempo lo dirá, pero todos saben que la gran mayoría de estos hechos nacen en las cárceles provinciales y federales, donde se encuentran Ariel Máximo Cantero, el «Guille», líder de los Monos, y Esteban Lindor Alvarado, entre tantos otros, donde un celular en sus manos es tan peligroso como la pistola misma de sus tiratiros.
En ese contexto, Encripdata pudo saber que un tribunal de Rosario deberá llevar adelante el juicio contra la banda integrada por José Damián Sofía, alias «Tano», por la operación de los 1658 kilos de cocaína secuestrados el año pasado en un galpón de Empalme Graneros. En el banquillo de los acusados, una vez que sea extraditado, se sentará Gabriel Jaime Londoño Rojas, el jefe de la célula colombiana que contrató los servicios de Sofía.
En ese juicio, al «Tano» también lo acusarán de amenazar de muerte a la jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado.
No son días fáciles en Rosario.
Y el año recién empieza.