«Tienen 48 horas»: la banda de las máscaras amenazó a «Alicho» con correrlo de San Martín a «sangre y fuego»
Miguel Ángel Villalba, 60, históricamente conocido como «Mameluco». Condenado por narcomenudeo y lavado de activos. Procesado por narcomenudeo. Preso. Javier Alejandro Pacheco, 49, alias «Rengo». Investigado por narcotráfico. Preso. Max Alí Alegre, 33, aka «Alicho». Condenado por narcomenudeo. Procesado por narcomenudeo. Preso. Blas Adrián Gómez, 30, «Gordo». Condenado por un homicidio y narcomenudeo. Preso. Y la lista sigue. Porque en San Martín hay muchos que se creen dueño. Algunos caen, cumplen sentencia y vuelven al ruedo.
Si bien las cabezas de las organizaciones narcocriminales están en cárceles consideradas de máxima seguridad, eso no les impide bajar órdenes a sus brazos ejecutores, que están sueltos y descontrolados por el conurbano bonaerense. Todo para mantener el control de sus puntos de ventas. O para arrebatárselos al enemigo.
El mensaje de hoy es el siguiente:
«Vecinos de villa 9 de Julio: les informamos que si en 48 horas la organización de Max Ali Alegre, alias ‘Alicho’, y el ‘Gordo’ Blas Gómez no abandona la 9 de Julio, van a ser desbaratados a sangre y fuego por nosotros. No salgan de sus casas ya que el territorio tiene dueño y esta organización lo ha tomado sin ningún control».
Aunque los hombres armados y enmascarados no lo dicen, todos saben que la villa 9 de Julio es del «Rengo». O lo era. Hasta mayo de 2021 cuando cayó. Pacheco siempre creyó que la investigación en su contra empezó torcida. Intuyó que alguien lo vendió. Olió la traición. Y ya desde su celda, lanzó la venganza contra «Alicho» y Gómez, también presos por otras causas.
Hubo un policía federal que quiso hacerse cargo del encargo para cobrar la recompensa: la noche del 20 de julio de 2021, Ricardo Ariel González estacionó su Peugeot Partner en una calle oscura de Loma Hermosa, dejó subir a un intermediario y le contó cómo tenía que ser todo, pero al final al que le explicaron cómo era la cosa fue a él: un par de tiros a quemarropa, un cartel sobre su cuerpo y mandarse a mudar.
Cuando los investigadores se acercaron a la escena del crimen, encontraron un cartel sobre el cadáver del policía: «‘Rengo’ Pacheco: ¿10 millones por mí? Acá tenés tus 10 millones. Atentamente: San Martín«.
En su campera, la víctima se quedó con el papelito del encargo fallido. Decía: «Blas Adrián Gómez. M=1 – P 2. Gordo Blas Alicho». Eran las coordenadas donde estaban alojados: módulo 1, pabellón 2, en Villa Devoto.
Alegre y Gómez no fueron indagados aún como instigadores, pero los detectives no tienen dudas de que enterados del plan en su contra, consiguieron dar vuelta al intermediario para que tirara para ellos. No sería la primera vez que su banda se carga a un uniformado: el 27 de abril de 2017, «Anguila» ejecutó a Alan Maximiliano Dolz en un pasillo de Villa Loyola mientras hacía tareas de encubierto. Tenía solo 21 años.
El mensaje de los hombres armados y enmascarados, revelado por el periodista Rodrigo Alegre, podría ser un nuevo capítulo de la guerra entre Pacheco y «Alicho» o alguien más.
Porque, como publicó Encripdata, la cárcel no frenó a «Alicho» para expandir su negocio: entre 2020 y 2022 se quedó con puntos de venta en Villa Baires, Tigre; Villa Melo, Vicente López; La Cabaña, Malvinas Argentinas; y Villa Fiorito, Lomas de Zamora. Y en los últimos días habrían puesto un pie, precisamente, en la 9 de Julio.
En los primeros días de febrero, varios sicarios, casualmente, portando máscaras de payaso y ametralladoras mataron a un joven que estaba sentado en un pasillo de Puerta 8, según pudo reconstruir Encripdata, justo cuando se cumplió el primer aniversario del desastre de los 24 muertos por consumir cocaína cortada con carfentanilo. Como publicó este medio, «Mameluco» Villalba, su hijo Iván Gabriel Villalba, alias «Salvaje», y los miembros de su banda fueron indagados en diciembre por la «comercialización de estupefacientes que se llevó a cabo el 1 y 2 de febrero en Puerta 8» y por la «tenencia que detentaban ese mismo día» de un kilo más de cocaína con carfentanilo listo para vender.
Los investigadores todavía no saben si este crimen tiene relación con el sucedido dos días después -porque no solo en Rosario mueren personas todos los días-, pero lo cierto es que otro grupo comando llegó en dos autos a la villa 9 de Julio y descargó varias ametralladoras. El 7 de febrero terminó con un muerto y varios heridos.
Y por si faltara algo en San Martín, un histórico acaba de concretar su regreso al terreno: el «Negro» Gómez está de vuelta en Villa Sarmiento.
Carlos Alberto Gómez está enfrentado a muerte con «Rengo» Pacheco.
Y en toda esta historia, alguien lanzó un ultimátum: 48 horas.