Un jurado popular declara no culpable a Padovani: ya no quedan detenidos por el crimen de Guastini
En un final inesperado, el jurado popular declaró no culpable a Marcelo Fabián Padovani, más conocido como «Pelado», «Grandote» o «Tuki», pudo confirmar Encripdata. Desde este jueves, entonces, ya no quedan acusados por el crimen de Diego Xavier Guastini, alias «Dolarín», un capo del lavado argentino que a cambio de ser condenado a solo 3 años de prisión en suspenso por tráfico de divisas del narcotráfico internacional, en sus últimos días de vida estaba entregando información sobre traficantes, pero también sobre la Policía Bonaerense.
En un juicio de tres días, la fiscal María de los Ángeles Attarian Mena y el abogado Fernando Arias Caamaño, representante de la familia de la víctima, reconstruyeron la secuencia fáctica del hecho: la mañana del 28 de octubre de 2019, a la vuelta de la Municipalidad de Quilmes, un grupo comando sorprendió, acorraló y asesinó a Guastini. Según ellos, Padovani fue uno de los que le bloqueó el paso y tras la ejecución, llevó al sicario al Obelisco.
A su turno, Jorge Cachi, excomisario bonaerense de Quilmes devenido en abogado, y Ernesto Carrera, letrado de San Isidro, no controvirtieron la presencia de Padovani en la zona donde mataron a Guastini. Hubiera sido imposible sembrar el germen de la duda: él estaba al volante del Ford Kinetic a nombre de su esposa. Pero dijeron que pasó por allí por mera casualidad. Además, presentaron como testigo de parte a Carlos Daniel Maidana, un expolicía federal que declaró en diversas causas, pero que nunca pudo mantener una única versión de este y otros hechos.
En los alegatos, los acusadores plantearon tres escenarios para los jurados populares: Padovani formó parte del concurso premeditado de dos o más personas, por precio o promesa remuneratoria y por el uso de arma de fuego, es decir, el típico crimen por encargo; Padovani formó parte del homicidio agravado por el uso de arma de fuego, como, por ejemplo, un cobro que salió mal; o Padovani no era culpable.
Fue curioso: desde que los detectives de la División Homicidios de la Policía Federal lo arrestaron el 24 de junio de 2021, Padovani probó con varios defensores. Ángel Dorado, el anteúltimo, consiguió que el juicio sea por jurados porque sería más fácil convencer a simples vecinos que a tres jueces. Sin embargo, este año, Cachi y Carrera, tal vez porque pensaban lo contrario, pidieron desistir de tal sistema. Ante la inminencia del debate, el tribunal no hizo lugar.
Al final, los doce vecinos de Quilmes declararon no culpable a Padovani, que sí estuvo en el lugar y en el momento en el mataron a Guastini. El fallo del juicio por jurados no es apelable.
Para los fiscales que llevaron adelante la instrucción, Karina Gallo (Quilmes), María Clarissa Antonini (UFI especializada en drogas), Sergio Mola (Lomas de Zamora) y Diego Iglesias (Procunar), a Guastini lo asesinaron por «alguna consecuencia de las relaciones que Guastini poseía o bien su posición como colaborador judicial».
Y soltaron una hipótesis: «En una de las audiencias brindadas, Guastini afirmó que él había posibilitado que desde su financiera se comenzase el seguimiento para que se llevara a cabo el secuestro del material estupefaciente, y narró que una de las personas que había estado involucrada había sido Baeta, hoy detenido en el marco de esa investigación».
Así, se refirió a la operación Leones Blancos, el robo de la mitad de un cargamento a traficantes en el 2013, hecho por el que diez años después fue destituido Claudio Scapolan, fiscal del caso.
«Tal mención -remarcaron- no puede ser analizada de manera aislada en tanto de la computadora personal de Baeta se extrajeron varias fotos del cuerpo de Guastini, aparentemente tomadas minutos después del hecho, y fotos de su lápida. Circunstancias que, sin lugar a dudas, deben ser investigadas con mayor profundidad. Pero para ello deviene preciso comenzar a desandar lo ocurrido el día de los hechos» con Padovani como «el primer eslabón de una larga cadena de responsabilidades».
Adrián Gonzalo Baeta, alias «Palermo», era subteniente de la Delegación de Investigaciones (DDI) de Drogas Ilícitas de Quilmes y a la vez amigo de Guastini. Baeta fue a juicio por Leones Blancos, pero nunca fue indagado por esto.
Entre muchos otros casos, Guastini entregó información sobre la organización liderada por Carlos Sein Atachahua Espinoza y sobre la operación Leones Blancos. Además, era informante de la Secretaría de Inteligencia (SIDE). Hoy, dos tribunales llevan adelante los juicios contra el clan peruano, acusado de lavar alrededor de 10 millones de dólares del narcotráfico, y contra Baeta y otros policías, por el robo de 500 kilos de cocaína en plena autopista Panamericana. El proceso contra Padovani completaba la trilogía.
Así, a cinco años, ya no quedan imputados ni detenidos por el crimen de Guastini. De todas maneras, Padovani deberá continuar un tiempo más en la cárcel de Devoto: arrastra una condena a 6 años de prisión por guardar un kilo de cocaína en su casa.
En todo este tiempo, además, los investigadores no pudieron identificar al resto del grupo comando: ni al conductor de la Toyota Hilux que también le bloqueó el paso a la víctima ni al sicario que, sintiéndose impune, actuó a cara descubierta. Mucho menos a quien encargó el crimen del «arrepentido» cometido el 28 de octubre de 2019.
Aquella mañana, muchos enemigos de Guastini se bombardearon los teléfonos con la noticia.
Hoy, seguramente, también festejarán.
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