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Un paso adelante

«Fui poli y ladrón, pero nunca ortiva»: las tres versiones del arrepentido sobre el robo de cocaína que hizo caer a Scapolan

Los policías que quisieron reír últimos, pero que pueden volver a caer por reír primero para la foto

Los policías que no pudieron reír últimos. Crédito: Encripdata.

¿Qué hacía un fiscal de San Isidro con policías de otra jurisdicción siguiéndole los pasos a narcotraficantes con base en otra jurisdicción el 30 de diciembre del 2013? Una primera respuesta la dio en el 2016 el Tribunal Oral en lo Criminal Federal (TOF) 5 San Martín: nada legal, por eso no solo decidió absolver a los acusados de «Leones Blancos« sino también ordenó extraer testimonios para investigar la posible comisión del delito de acción pública, es decir, para investigar a los uniformados y el fiscal Claudio Scapolan.

Una segunda respuesta la dio en el 2021 la jueza federal Sandra Arroyo Salgado: nada legal, por eso procesó al fiscal como jefe de la asociación ilícita, y, antes, a sus secretarios Maximiliano Jarisch y Gustavo Sanvitale, como organizadores, y a los policías, como organizadores o miembros, por, entre otras cosas, el robo de la mitad del cargamento a esos narcotraficantes absueltos, es decir, media tonelada de cocaína que hicieron plata.

Ahora, en abril, una tercera respuesta la dio el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados y Funcionarios de la Provincia de Buenos Aires: nada legal, por eso destituyó al ya suspendido fiscal Scapolan y lo inhabilitó para ocupar en adelante otro cargo judicial.

El veredicto fue diez contra uno. La única que votó salvar al ahora exfiscal fue la senadora que responde a Sergio Massa. Scapolan fue uno de los fiscales que intervino por el robo a la casa del líder del Frente Renovador. Fue en julio de 2013. El detenido fue identificado como Alcides Díaz Gorgonio. Era un miembro de Prefectura vinculado al mundo de la inteligencia. Para la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, denunciante de la complicidad de Scapolan con estas bandas mixtas del narcotráfico, nunca quedó del todo claro cuánto dinero le robaron al ahora ministro de Economía.

Con semejante prueba acumulada por parte del tribunal y de la jueza, no era fácil que el fiscal zafara en el juicio político. Pero el 29 de marzo se encendió una luz de esperanza cuando un «arrepentido» denunció presiones de Arroyo Salgado y el fiscal federal Fernando Domínguez para acusar a Scapolan a cambio de recuperar la libertad.

Se trata de Carlos Daniel Maidana, un expolicía federal que al momento de los hechos estaba prófugo por extorsionar a transas peruanos en la villa 1-11-14 del Bajo Flores y empezó a trabajar como informante para el policía Adrián Gonzalo Baeta, alias «Palermo», que sabía de sus problemas judiciales, a cambio de que no lo entregara. Pero todo cambió en el 2018 cuando, por un infarto, lo internaron en Mar del Plata. Usaba un documento falso, el mismo con el que figuró como testigo del operativo en «Leones Blancos».

Como «arrepentido», Maidana se hizo cargo ante el fiscal Domínguez de haber realizado la inteligencia a la banda en la quinta de Moreno, el seguimiento de la camioneta en la que llevaban el cargamento hasta el peaje de la Panamericana, donde los «cortaron», y el traslado de lo robado hasta una propiedad de Baeta en Quilmes.

A los pocos días de la operación, siempre según la primera versión de Maidana, Baeta le ordenó matar a Cristian Esteban Seu, un testigo trucho del caso: «Nos va a mandar en ‘cana’ a todos». Como no quiso hacerlo, Baeta mandó a René Domingo Guzmán, otro partícipe del «vuelco», a amenazarlo. Maidana, entonces, se mudó de zona sur a zona norte, pero Juan José Magraner, jefe de Baeta y conocido de Scapolan, lo ubicó: «Me dijo que iba a terminar en una zanja».

A Guzmán lo mataron el 8 de julio de 2017 en Villa Fiorito, Lomas de Zamora. Para la Justicia fue por una discusión de tránsito. Para Maidana fue un policía.

Pero ante el Jurado de Enjuiciamiento, el «arrepentido» Maidana dio una segunda versión, según la declaración a la que tuvo acceso Encripdata: «Tuve que declarar bajo presión estando de acuerdo el fiscal y la doctora Salgado para que yo declare todo esto a sabiendas que si no declaraba, podía quedar preso un montón de años, así que firmé lo que firmé para poder irme a casa»; «yo no me incorporé al programa (de protección a testigos e imputados) porque el programa es más peligroso que la misma delincuencia o que los policías corruptos»; y «en el procedimiento Anacona («Leones Blancos») acá se escribió que se habían robado la mitad de la droga, eso es mentira. Acá no se robó ninguna droga, ni el personal policial ni yo, yo me tuve que hacer cargo de cosas que no sucedieron, le vuelvo a repetir, para recuperar mi libertad».

Una de las cosas que omitió Maidana fue que él mismo, el 20 de diciembre del 2018, pidió aportar datos sobre «Leones Blancos» mientras el Tribunal Oral en lo Criminal Federal (TOF) 1 porteño llevaba adelante el juicio en su contra por la extorsión a los transas peruanos. El tribunal extrajo testimonios, recayó en el juez federal Ariel Lijo y este declaró la incompetencia para que Maidana contara lo que supiera ante Arroyo Salgado y Domínguez, que ya investigaban el robo de la media tonelada.

Por las contradicciones entre sus declaraciones, el fiscal general de Pergamino Mario Gómez, que hizo las veces de acusador en el juicio político, solicitó copias de esta declaración para impulsar una denuncia por el delito de falso testimonio y a su vez otra por coacción.

Sin perder tiempo, el abogado Juan Manuel Cuesta, defensor de Jarisch, amplió ante el juez federal Emiliano Canicoba el pedido de sobreseimiento de su cliente a partir de los nuevos hechos afirmados por Maidana. Incluso acompañó el planteo con una copia de la versión taquigráfica antes de que finalizara el juicio político a Scapolan. En su haber, Cuesta consiguió que la Sala I de la Cámara Federal de San Martín primero dictara, en diciembre del 2020, la falta de mérito de Jarisch y Sanvitale y después, en diciembre del 2021, el apartamiento de Arroyo Salgado.

Por su parte, el abogado Damián Odetti, querellante en la causa, le solicitó al magistrado que cite a Maidana para que ratifique o rectifique el acuerdo de colaboración, es decir, que decida con cuál de las dos versiones se queda.

Existe una tercera versión de Maidana. Es la conversación que tuvo con Diego Xavier Guastini en junio de 2019 en la cueva de la calle Florida 520 que lideraba este capo del narcolavado. Maidana estaba furioso con Baeta, Guastini se ofreció como mediador y, entonces, dijo cosas muy similiares a cuando declaró como «arrepentido»:

-Me calenté por las mentiras porque si vos me estás debiendo un montón de plata, Adri (Baeta) me dice: ‘No, yo no te debo tanto’, ‘Adri, yo tengo un papel que me lo escribiste vos de puño y letra’, eran 115 lucas, porque se metió la ‘mercadería’ de León Blanco y un laburo que yo hice anteriormente de ciento y pico de kilos que dormimos a unos salames ahí en el centro, juntamos toda la ‘mercadería’ y cambió toda la ‘mercadería’, entonces, vos me tenés que pagar.

También le contó cómo fue su paso por la cárcel de Marcos Paz:
-Me ha ido a ver gente de la DEA, que querían llevarme a laburar, querían hacer cosas, boludo, tenía muchos contactos en el norte, hice muchas líneas en el norte con unos narcos paraguayos, con gente del PCC (Primeiro Comando da Capital), del Comando Vermelho (CV), hice muchas líneas allá, y por eso caí en cana, entendés, me sacaron del medio, llegué a tocar lugares, volteé gente, laburando no, que era (inentendible) de acá, pero sin saber, entendés, a mí (inentendible) los paraguayos,y me dicen: ‘Vamos a chorear’, vamos a chorear, ‘Vamos a darle acá’, vamos a darle acá, pero sin saber.
-Pero eso ya lo estabas haciendo solo, no con ‘Palermo’ (Baeta)…
-No, no, solo, solo, solo.

Ya en confianza, le explicó a Guastini por qué declaró como «arrepentido»:
-No soy ‘buche’, esto me dolió en el alma porque rompí mis códigos, yo tengo muchos códigos, aparte de que fui poli y fui ladrón, pero nunca ortiva, jamás, james mandé en cana a nadie, pero me cansaron estos tipos con las maldades que me hicieron.

Y hasta le pidió a Guastini que le hiciera llegar el siguiente mensaje a Baeta:
Llegado el juicio, yo lo puedo limpiar, me voy a comer yo mis quilombos, pero lo puedo limpiar, a mí me van a romper el orto, así de cortita, pero lo puedo limpiar, y sé que la causa está para caerse, no van a quedar en cana, está muy embrollada esa causa.

Sobre el final de la charla de una hora, 4 minutos y 21 segundos, y sin saber que Guastini lo estaba grabando, Maidana otra vez se hizo cargo de su rol en «Leones Blancos»:
-A mí me ponen como responsable junto con ‘Palermo’, con Magraner y con toda la banda, si ponen como que el laburo lo hago yo, el fiscal sabía todo, tiene que ser alguien que haya estado conmigo, alguien que haya estado ahí, alguien que haya visto la ‘mercadería’, es más, había fotos, cosas que yo no tenía, el que denunció es alguien que estuvo conmigo, alguien que sacó fotos y que tenía elementos para probar y para mostrar…
-¿Del faltante?
-Del faltante.

Por «faltante» quisieron decir robo, «vuelco».

Por «mercadería», claro está, cocaína.

Antes de despedirse, Guastini le prometió hablar con Baeta para solucionar su problema y conseguirle una pistola para que pudiera volver al ruedo.

Maidana no lo sabía, pero Guastini también se convertiría en otro imputado colaborador de «Leones Blancos»: él había sido quien en diciembre del 2013 le dio el dato a su amigo Baeta para hacer el «vuelco». No duró mucho como «arrepentido»: lo asesinaron la mañana del 28 de octubre del 2019 a la vuelta de la Municipalidad de Quilmes.

Hoy, Maidana continúa en prisión, ahora en la Unidad 35, pero no por «Leones Blancos» sino, según contó durante el juicio político a Scapolan, por una denuncia por portación ilegal de arma de guerra hecha por una fiscalía de Tigre.

Pero, de nuevo, porque esta historia no terminó, porque el ahora exfiscal Scapolan y los secretarios todavía pelean por no ir a juicio oral: ¿qué hacía un fiscal de San Isidro con policías de Quilmes siguiéndole los pasos a narcotraficantes con base en Moreno el 30 de diciembre del 2013?

Para la Sala I de la Cámara Federal de San Martín, que hizo lugar a las dos apelaciones clave del abogado Cuesta, Scapolan solo cometió uno solo de los delitos imputados por Arroyo Salgado: el de falsedad ideológica de documento público, porque no hubo forma de justificar que hablara por teléfono con Magraner, que era el jefe de Baeta, a las 16.19 y 16.32 horas cuando en el libro de guardia de la DDI de Quilmes anotaron que recién a las 17.35 horas recibieron la supuesta llamada anónima que en realidad nunca existió.

Entonces, de nuevo, ¿qué hacía un fiscal de una jurisdicción con policías de otra jurisdicción siguiéndole los pasos a narcotraficantes con base en otra jurisdicción el 30 de diciembre del 2013?

Dicho de otro modo: ¿por qué Scapolan, como fiscal, dio impulso a la denuncia armada por los policías sabiendo de su origen irregular si, según los camaristas, no estaba enterado de que tan solo cinco horas después, en palabras de Guastini y Maidana, se produciría el «faltante» de la «mercadería» una vez que los narcotraficantes pusieran un pie en la zona donde tenía jurisdicción?

Solo respuestas incorrectas.

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