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Un paso adelante

«El Pilo»: de enfrentar a «Mencho» por el control del CJNG a entregarse a la DEA para pegarle donde más duele

CJNG o las cuatro letras, el cártel más poderoso de México

CJNG o las cuatro letras, el cártel más poderoso de México. Crédito: Milenio.

8 de mayo de 2010 en Comala, Colima.

Hora: incierta. Lugar: alguna «casa segura».

«El Pilo» y «el Puski» los citaron allí. La reunión era necesaria, urgente: dos días atrás había sido arrestado Juan Carlos Nava Valencia, alias «Tigre»; seis meses antes le había tocado a Oscar Orlando Nava Valencia, alias «Lobo»; el Gobierno no paraba de cortar las cabezas del Cártel del Milenio y las segundas y terceras líneas tenían que decidir cómo rearmar la organización narcocriminal. «Pilo» tenía un rol importante: era el contador.

Pero aquel día, «el Mencho» y «el 85» ni siquiera fueron al encuentro. Tenían otros planes. Dos días después de la fallida cumbre, como pudo reconstruir Encripdata a partir de un documento oficial de la Justicia mexicana, plantearon un desafío: la cabeza de Gerardo Mendoza Chávez, alias «Cochi» o «Tecato», para no romper lo que en realidad ya estaba roto tras las bajas de los jefes a manos del Ejército.

Uno se llamaron «los Torcidos» y los otros, «la Resistencia». Ninguno cedió un centímetro, antes muertos que vivos pero rendidos. Así moría el Cártel del Milenio, así nacía un nuevo cártel en Jalisco y Michoacán.

Nemesio Oseguera Cervantes, «Mencho», el más torcido entre los torcidos, empezó la guerra con una orden que sería su sello: el doble crimen de los hermanos Rentería Ruvalcaba por formar parte del otro bando, el de Víctor Manuel Zepeda, «el Papirrín», hombre de «Lobo».

Para resistir, «Pilo» y «Puski», siguiendo los consejos de «Lobo» desde la cárcel, se aliaron con «el Chayo» y «el Chango Méndez», de la Familia Michoacana. Se hicieron llamar FMG, por Familia, Milenio y Golfo aunque todos los conocieron como «la Resistencia», justamente.

Del otro lado, Joaquín «el Chapo» Guzmán, por intermedio de Ignacio «Nacho» Coronel, su hombre de confianza en Guadalajara, capital de Jalisco, les dio la bendición del Cártel de Sinaloa a «los Torcidos». Pero eso no duró mucho. «Nacho» cayó el 29 de julio de 2010 en Zapopan bajo la lluvia de balas del Ejército.

Como sea, «los Torcidos» eliminaron toda «Resistencia» en Jalisco y la preciada Colima, por su puerto de Manzanillo. «Mencho» se autoproclamó capo y eligió a Erick Valencia Salazar, alias «85», como su mano derecha. Así, «Mencho», que se había casado con Rosalinda González Valencia, hija de Armando «Maradona» Valencia, fundador del Cártel del Milenio, terminó por sellar el pacto con el clan de los Valencia, también conocido como «los Cuinis», para darle vida a la nueva generación del Cártel Jalisco: el CJNG o las cuatro letras, que creció tanto en tan poco tiempo que le empezó a hacer sombra al Cártel de Sinaloa.

«Mencho» se dedicó a que no hubiera más torcido que él: «Cochi» o «Tecato», por el que había pedido su cabeza a «Pilo» y «Puski» en el 10 de mayo de 2010 para no romper el Cártel del Milenio, finalmente cayó un 10 de mayo, pero de 2018. No estuvo mucho tiempo en Puente Grande. En ese penal, como en todo Jalisco, nada sucedía sin la autorización del «Mencho». El 13, alguien lo mató de un golpe en la cabeza con un tronco de madera.

Para no acabar como «Cochi», «Pilo» se entregó a los Estados Unidos. Y desde 2018 sirvió como informante de la DEA. Este año, como publicó el periodista Ángel Hernández Díaz en Milenio, se declaró culpable por cargos de tráfico de drogas. Por eso, un tribunal, en vez de condenarlo a pasar el resto de su vida tras las rejas, lo sentenció a solo 5 años de prisión, que ya se los dio por cumplidos. En otras palabras: ya camina libre por los Estados Unidos.

A cambio, además, «Pilo» declaró como testigo contra dos cuñados de «Mencho: Gerardo, alias «Lalo», y José, alias «Chepa», dos de los hermanos González Valencia, administradores de las finanzas del CJNG. En esos juicios, la fiscalía reveló la verdadera identidad de «Pilo». Su nombre: Elpidio Mojarro Ramírez.

También aportó información contra Raúl Flores Hernández, alias «Tío», un narcotraficante mexicano independiente, que trabajó con varios cárteles y que, como pudo saber Encripdata, hizo negocios en la Argentina.

Ahora, «Pilo» se prepara para pegarle a «Mencho» donde más duele: en septiembre testificará contra Rubén Oseguera González, «el Menchito», hijo del capo.

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