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Un paso adelante

La venganza de «Lobo» Valencia contra un capo del CJNG para que pase el resto de sus días en una cárcel de Estados Unidos

La venganza de "Lobo" Valencia contra un capo del CJNG

La venganza de "Lobo" Valencia contra un capo del CJNG. Crédito: AFP.

Si la venganza es un plato que se sirve frío, Óscar Orlando Nava Valencia, «el Lobo», supo esperar quince largos años. El momento que aguardaba desde 2010 por fin le acaba de llegar.

«Lobo» fue el último gran líder del Cártel del Milenio. Lo arrestaron el 30 de octubre del 2009. Su hermano Juan Carlos Nava Valencia, «el Tigre», lo siguió en la línea de mando. Lo atraparon el 6 de mayo del 2010. Dos días después, su gente se reunió en Comala, estado de Colima, para rearmar la organización. Pero al encuentro no fueron todos: Nemesio Oseguera Cervantes y Erick Valencia Salazar se torcieron. Les declararon la guerra. Cada cual tomó partido. Los hermanos González Valencia, más conocidos como «los Cuinis», que siempre supieron responderle, también se dieron vuelta. Se fueron con el «Mencho» y el «85». Tal vez no cayeron en la cuenta, no enseguida, pero en ese instante nació lo que es hoy el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), uno de las dos organizaciones narcocriminales más poderosas de México junto con el Cártel de Sinaloa.

Gerardo González Valencia, uno de los que abandonó a «Lobo», enfrenta ahora mismo un juicio ante la Corte de Columbia, Estados Unidos. Y aunque estaba a punto de recibir una pena morigerada por declararseculpable, el Gobierno consiguió el testimonio de tres narcotraficantes y un agente de la Drug Enforcement Administration (DEA) y solicitó que el tribunal lo condene a prisión perpetua, según la acusación a la que accedió Encripdata.

Uno de esos testigos fue, justamente, Nava Valencia, un colaborar «estrella» de la justicia estadounidense, que declaró contra el exsecretario de Seguridad Pública de México, Genaro García Luna, encontrado culpable recientemente. El 5 de febrero, a casi trece años del fin de su cártel, «Lobo» reconoció en fotos a los capos de los «Cuinis», habló sobre los negocios en común y los responsabilizó por crímenes varios.

Según juró decir verdad, Nava Valencia le vendió 30 mil kilos de cocaína a «los Cuinis» desde 2004 y hasta su arresto en octubre del 2009. Más de la mitad fue para Gerardo. De esas toneladas, siempre según «Lobo», el 70 por ciento fue hacia los Estados Unidos y el 30 por ciento restante hacia Europa.

La cocaína era colombiana: los mayores proveedores de Nava Valencia fueron «los Rastrojos», un brazo armado del Cártel del Norte del Valle que terminó por disputarle el poder a Wilber Varela, alias «Jabón». El acuerdo era entre los tres: si el cargamento llegaba a destino, los del Milenio, los Valencia y los Rastrojo se repartían la ganancia en partes iguales.

A finales del 2022, cuando se declaró culpable, uno de los pocos cargos que Gerardo reconoció fue haber financiado la compra de 280 kilos de cocaína trasportados en un «submarino» que la Guardia Costera descubrió el 21 de agosto de 2007. Aunque la tripulación lo hundió, la fuerza lo pudo recuperar. Ese semi-sumergible partió de Colombia, pasó por Guatemala y México y quería llegar a los Estados Unidos. Según «Lobo», ese fue uno de los cargamentos pagados por los tres.

Otro testigo, vinculado a «los Zetas», habló sobre varios crímenes cometidos por «los Cuinis». Como el caso de Domingo Mendoza Sandoval, más conocido como «Mingo», que era cuñado de Gerardo y «Mencho». Como tal, era el encargado de recibir los cargamentos en Europa. Sin embargo, por un faltante de plata, Gerardo ordenó asesinarlo. En el 2011, entonces, el «Mencho», escoltado por cuatro camionetas llenas de sicarios, irrumpió en el rancho de la familia. Como «Mingo» se escondió, descargaron sus armas contra el hermano y tres trabajadores.

Los «Cuinis» nunca se olvidaron de Mendoza. Según los chats recuperados de un BlackBerry, Abigael, hermano de Gerardo y número uno del grupo, escribió:

-Mingo está en Colima.
-Le das a mi cuñado la información y hacer que averigüen sobre ese idiota.
-Dile que lo que queremos es encontrar a ese pendejo de Mingo
.

Y «Mencho» lo sentenció:

-Mingo va a llegar allí para ver la casa. Haga que los muchachos estén listos para que cuando llegue el tipo, lo golpeen, y, por favor, no la caguen.

No mucho después de ese mensaje a Mendoza se la cobraron.

Por liderar una organización narcocriminal internacional, por la cantidad de droga, por el uso de un semisumergible, por el ejercicio de la violencia, por el uso de armas de fuego y por la aceptación parcial de responsabilidad, a Gerardo González Valencia le correspondía un nivel de infracción 43, es decir, suficiente para reclamar la cadena perpetua, según el pedido del Gobierno ante el tribunal.

Es que nadie le creyó cuando dijo que en el 2009 se alejó de «los Cuinis». Como prueba, Gerardo presentó fotos de «Corner, mi lugar«, una tienda que tuvo en Puerto Madero, Buenos Aires. Si bien es cierto que vivió en Argentina, aunque por poco tiempo, la Justicia de ese país ordenó la captura internacional por usar ese local como fachada para lavar 1,8 millones de dólares. Después, cuando se declaró culpable, reconoció que en realidad siguió formando parte de la organización hasta el 19 de abril de 2016, es decir, cuando lo arrestaron en Uruguay, donde también lo investigaron por el lavado de otros 4,5 millones.

Además, en una condena anterior por tráfico de metanfetaminas, allá por el 2003, un joven Gerardo se escapó del centro de rehabilitación, volvió a México y, sin perder tiempo, reactivó sus operaciones.

«A través de su conexión con su cuñado Oseguera Cervantes y el CJNG -concluyó el Gobierno-, el acusado tiene amplia oportunidad para retomar el narcotráfico y realizar actos de violencia a su liberación. Solo la cadena perpetua hará que el acusado no regrese a la actividad delictiva, promoverá el respeto a la ley, lo disuará a él y a otros para que no cometan delitos graves y protegerá al público».

Gerardo sabrá lo que le toca a fin de mes.


*Encripdata reconstruyó esta historia con base a documentos oficiales de Estados Unidos, México, Argentina y Uruguay, transcripciones de Estados Unidos y fuentes con acceso al expediente de Argentina.

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