Confesión a medida: los Mekky reconocieron haber matado a «Maradona» y «Zocato» a cambio de una pena menor
En un giro sorprendente pero controlado, Ahmad Abdul Karim confesó este viernes haber sido el autor material de los disparos que acabaron con la vida de David Ávila Ramos, alias «Maradona», el 12 de mayo del 2018 en San Pedro Alcánatara y de Sofian Ahmed Barrak, aka «Zocato», el 20 de agosto de ese año en Estepona, en la Costa del Sol española. Uno tras otro, sus consortes de causa hicieron lo propio ante el jurado popular en las cortes de Málaga.
Para este final, el fiscal Carlos Tejada, el abogado de la acusación particular Juan Urbaneja y los defensores de los imputados, encabezados por Gonzalo Boyé, llegaron a un acuerdo, como adelantó la periodista María José Díaz Alcalá en Málaga Hoy y pudo reconfirmar Encripdata a través de una fuente del caso. Como en todo arreglo, las partes cedieron en sus pretensiones para obtener un beneficio mutuo.
El juicio comenzó este lunes y ya el viernes, en la quinta jornada de debate, las partes pactaron: las defensas aceptaron que todos los imputados confesaran su participación a cambio de que el fiscal, en vez de prisión permanente revisable para cuatro de los acusados, solicitara penas ostensiblemente menores por los dos crímenes vinculados al narcotráfico internacional.
Al español «Maradona», miembro de «los Gordos», lo ejecutaron al mediodía del 12 de mayo de 2018 mientras se subía al Audi para retirarse de la comunión de su pequeño hijo en la Iglesia de la Virgen del Rocío, San Pedro Alcántara.
Tres meses después, el 20 de agosto, al español-marroquí «Zocato» lo mataron en plena madrugada en la puerta de su casa en Villa del Campanario, Estepona, de la que salió engañado por alguien que lo contactó por Encrochat.
Al inicio del debate, el fiscal consideró a los hermanos Amir Faten Mekky y Fakhry Mekky y a los hermanos Karim Abdul Karim y Ahmad Abdul Karim penalmente responsables de los dos asesinatos en calidad de coautores, según la resolución de hechos justiciables a la que tuvo acceso Encripdata, mientras que agregó a Rasmus Tobias Nobbelin, Daniel Nilsson e Ivonne Nilsson como partícipes en labores de apoyo y logística para dar muerte a «Maradona» y a Gomah Al Sherif y Zheraa Mohammad Hassan para acabar con «Zocato».
Para el fiscal, las dos víctimas hicieron negocios juntos, pero, a principios del 2018, como «Maradona» no quería saldar las cuentas pendientes, «Zocato», tras mandarle dos avisos, finalmente contrató al «clan sueco» de Mekky y compañía para que asesinaran a su viejo socio. Y eso fue lo que pasó aquel 12 de mayo de 2018 con sus pequeños hijos y la Virgen del Rocío como testigos involuntarios. Tres meses después, siempre según la teoría del caso oficial, como «Zocato» no quería pagar el servicio por el encargo cumplido, Mekky le tendió una trampa para que uno de sus sicarios se cobrara la cuenta el 20 de agosto.
El sicario en ambos casos, según los investigadores, fue Ahmad Karim.
En los dos casos descargó su Parabellum, una pistola automática de 9 milímetros.
A pesar de la confesión, los Mekky y los Karim no reconocieron si los motivos para acabar con Ávila Ramos y Barrak fueron los expuestos por el fiscal. El autor material de los disparos se limitó a decir que fue por «desavenencias por motivos personales». La logísticas de los dos asesinatos, sin embargo, sugería otra cosa. De hecho, la viuda de «Maradona» no ha querido llevar adelante querellar al «clan sueco». Urbaneja solo representa a la familia de «Zocato».
Amir Mekky nació el 6 de mayo de 1997 en Copenhague, Dinamarca, pero gran parte de su corta vida la hizo en Malmö, Suecia. Su familia es de origen iraní. Este «nómade» estuvo, muy casualmente, en esas dos ciudades españolas cuando sucedieron los ajustes de cuentas que la fiscalía le adjudicó a su grupo. A este tipo de oficinas de «encargo» muchas veces las contratan para cortar el hilo invisible entre el autor material y el autor intelectual.
Durante la instrucción sobre los hechos justiciables, Boye -también defensor del expresidente de la Generalidad de Cataluña Carles Puigdemont por el referéndum de independencia declarado ilegal-, consiguió que se anularan varias pruebas que complicaban al «clan sueco», por caso, horas y horas de conversaciones de Mekky en las que, en código, hablaba de sus problemas en la Costa del Sol española.
Pero aún existían otras pruebas que lo incriminaban. Por eso, en las últimas presentaciones, a las que tuvo acceso este medio, Boye planteó la hipótesis de que el crimen de «Maradona» estuvo relacionado con el asesinato en el gran Buenos Aires de Diego Xavier Guastini, al que algunos llamaban «Dolarín». Porque, como publicó Encripdata en diversas notas, el español y el argentino también hicieron negocios.
Pero las pruebas de los dos crímenes no estaban en la Argentina sino en España. Si hubiera seguido el juicio sin acuerdo, Mekky y compañía no habrían podido explicar qué hacían en San Pedro Alcántara el mediodía en el que se ejecutó a «Maradona» y haber estado en Estepona la madrugada en la que se asesinó a «Zocato».
Aquella noche, Amir Mekky fue una de las últimas tres personas que estuvo con «Zocato» en sus últimos 43 minutos de vida (como demuestra esta foto: él, de negro, junto a la víctima, de blanco). El anteúltimo fue el taxista que lo llevó desde Puerto Banús hasta su casa. El último, a confesión de parte, fue Ahmad Karim.
La próxima semana, el fiscal dará a conocer lo más importante del acuerdo: cuántos años pactaron para el autor material de los disparos y para sus cómplices.
Uno solo deberá regresar a la cárcel.
Matar a dos personas les salió muy barato.