Cayó el «peruano Jesús» en España, socio del narco-espía «Verdura» y jefe de la hermana de un jugador de River
Cayó el peruano Jesús en España. Crédito: Encripdata.
Una maniobra brusca, una contradicción incriminante y una aclaración que sonó a confesión. Así quedaron al descubierto un taxista y la pasajera cuando agentes de la Policía de la Ciudad que patrullaban Caballito los hicieron frenar. Él dijo que iban para Chacarita; ella, para Palermo. Y enseguida soltó: «Solo estoy llevando unas valijas para una amiga, pero no son mías y no sé qué tienen, yo vine el viernes de Uruguay y paro en lo de mi amiga». En las maletas no tenía alfajores ni chocolates para regalar, transportaban 41 kilos de cocaína.
La pasajera detenida era Stefany Gabriela De la Cruz Arcosa, hermana de los futbolistas uruguayos Nicolás De la Cruz y Carlos Sánchez, con presente y pasado en River, respectivamente.
Stefany ingresó el 20 de noviembre del 2020 a la Argentina a través de Buquebus y en Migraciones declaró como lugar de estadía un edificio de la avenida Corrientes al 6300. Al allanar el departamento, los investigadores encontraron una hoja hecha papelitos en el tacho de basura. Tenía escrita una dirección: Emilio Mitre al 400.
Al revisar las cámaras de seguridad de esa cuadra, determinaron que Stefany llegó a las 14:21, tocó timbre y otra mujer bajó a abrirle la puerta. Una hora más tarde, a las 15:11, las dos salieron con una valija negra cada una. No era fácil moverlas: eran muy pesadas. Al final, la misteriosa mujer regresó a su casa sin maletas y media hora después Stefany y el taxista no pudieron sortear las preguntas de los policías.
Florencia Cassella, la que le entregó las valijas, llegó el mes pasado a un acuerdo con el fiscal federal Nicolás Czizik. El juez Fernando Machado Pelloni, del Tribunal Oral en lo Criminal Federal (TOF) 3 porteño, homologó el juicio abreviado: 3 años de prisión de ejecución condicional como partícipe secundaria de la maniobra por la que Stefany, el falso taxista y dos personas más esperan el juicio oral. También debió pagar una multa de 121 mil pesos.
Pero el juez federal Sebastián Casanello no cerró el caso, fue por más, juntó pruebas contra el jefe de la organización narcocriminal. Lo que nunca esperó fue descubrir a un peso pesado del conurbano bonaerense detrás de la hermana de dos futbolistas reconocidos.
En el submundo del narcotráfico, con solo llamarlo por su nacionalidad y su nombre alcanzaba: en la zona sur todos lo conocían como «el peruano Jesús». Pero hasta para los investigadores de otro caso este narcotraficante era difícil de atrapar: usaba varias identidades. Una fuente que le seguía de cerca los pasos le confió a Encripdata: «De Jesús tengo -el nombre completo- que usa ahora, pero él no sabe que lo tengo». Era una partida de ajedrez.
Esa conversación se remontaba a julio del 2020, antes de que entrara en escena Stefany.
Este año, finalmente, al peruano Jesús le cantaron jaque: cayó en España.
El 7 de febrero no hubo más escapatoria para Jesús Antonio Palacios Calderón, tal su verdadera identidad, según pudo reconstruir Encripdata con base a cinco fuentes judiciales y policiales.
Palacios Calderón era ni más ni menos que socio de Sergio Cristian Rodríguez, el famoso «Verdura», que, buscado por narcotráfico, terminó vinculado a uno de los capítulos del espionaje ilegal de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI).
«Verdura» se hizo cargo en febrero del 2020 de haber puesto una bomba casera sin detonador en la puerta de la casa donde vivía José Luis Vila, un exfuncionario del Ministerio de Defensa que sonaba para la AFI en tiempos de Mauricio Macri en la Casa Rosada. Es más: dijo que le hizo ese «favor» a Facundo Melo a promesa de obtener una credencial de la vieja SIDE para no tener problemas con los policías en la zona sur.
Para demostrarlo, declaró que el día que lo hizo estaba vestido «con remera, jean y zapatillas»: «No tenía gorra ni nada. Me acuerdo que no hacía frío». Era mentira. Hacía frío. Mucho. Era pleno invierno. Según el Servicio Meterológico Nacional (SMN), ese día hizo 9 grados de mínima y 12 grados de máxima. Además, el hombre que dejó el paquete en el edificio de la avenida Callao 1219 no tenía remera, jean y zapatillas sino «campera oscura, pantalón claro y bufanda grande que le tapaba la cara», según un informe oficial agregado al expediente.
En indagatoria ante el juez federal Federico Villena, «Verdura» señaló a Palacios Calderón como su proveedor: «El peruano Jesús era el jefe de todo el tema del comercio de estupefacientes. Me vino a buscar porque necesitaba poder, yo accedí y trabajé con él. Jesús tiene gente trabajando en los monoblocks de Llavallol. El peruano nunca viene a la provincia y si lo hace, es solamente con custodia. El peruano Jesús se hace conocer como Martín. La droga siempre se la compraba a él, no le ponía sustancia de corte, pero le ponía algo que hacía que la gente quisiera seguir consumiendo. El problema es que no lo podés ubicar».
El peruano Jesús, «Martín» o simplemente «el flaco» trataba de no bajar al conurbano para no regalarse. En Llavallol y alrededores puso a cargo a Jonathan Omar Palomeque, «el Jona», con Brian, el hermano, a su lado.
En el 2017, con solo 23 y 20 años, los hermanos Palomeque ya tenían un historial delictivo de temer. A fuerza de sangre y fuego ganaron territorio y respeto. Como publicó el periodista Federico Fahsbender en Infobae, al «Jona» lo relacionaron con el doble crimen de Alejandro Fauda y Gonzalo Torres: dos sicarios desde un auto les acertaron nueve y dos balas, respectivamente, el 10 de julio del 2016 en Adrogué. El motivo: quedarse con plata de la banda. Ellos eran transas.
Ese vuelto les costó la vida.
El peruano Jesús es el cuñado de «el Jona».
Ahora, tras varios años en las sombras, donde pocos conocieron su verdadero nombre, el peruano Jesús espera en España la extradición por sus cuentas pendientes en la Argentina.
Los investigadores, mientras, tanto, no comprenden cómo la hermana de dos futbolistas reconocidos terminó jugando para este peso pesado de zona sur.
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