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Un paso adelante

Rastrillaron la laguna de Mar Chiquita, pero no encontraron rastros de Lucas

A Lucas Escalante lo desaparecieron el 9 de diciembre de 2022

A Lucas Escalante lo desaparecieron el 9 de diciembre de 2022. Crédito: Facebook.

Esta mañana, la Policía Federal, la Prefectura y buzos tácticos llevaron adelante un nuevo operativo para intentar hallar a Lucas Escalante. Esta vez, el rastrillaje fue en una construcción en ruinas y una laguna de Mar Chiquita, en la Costa Atlántica. El resultado fue negativo, le confirmó a Encripdata el fiscal Daniel Ichazo, que estuvo en el lugar al frente de las tareas de búsqueda.

El Gobierno ofrece 5 millones de pesos para quien aporte datos útiles que permitan dar con el paradero de Escalante. Así, una persona que no se identificó le aseguró a la familia que a Lucas lo habían llevado hasta Mar Chiquita, marcó una zona y mencionó a policías de Florencio Varela. Sin embargo, las autoridades no hallaron indicio alguno sobre aquel.

Lucas fue visto por última vez el 9 de diciembre del 2022. En ese entonces, tenía 26 años. Aquella noche tenía que retirar vales de nafta de la Policía Bonaerense. Cristian Centurión, también de 26, le dijo que se los daría en la casaquinta familiar de calle 1538, esquina ruta 53, La Capilla, Florencio Varela. Allí lo esperaba con su primo Maximiliano Centurión. Lucas no quería ir solo. A varios amigos les pidió que lo acompañaran, sin suerte. Finalmente, Lautaro Morello, de 18, aceptó la invitación. Con el correr de las horas se sumó el dueño de casa: el comisario Francisco Centurión, hasta entonces enlace de la Bonaerense con Interpol.

Según reconstruyó el fiscal, los Centurión mataron a Lautaro esa misma noche. En cambio, a Lucas lo mantuvieron cautivo por un tiempo. Próximamente, el Tribunal Oral en lo Criminal 2 de Quilmes llevará adelante el juicio contra el comisario Centurión, su hijo Cristian y su sobrino Maximiliano por lo que se presume, a esta altura, que fue este doble crimen en Florencio Varela, con varios policías más imputados por encubrimiento agravado, es decir, desviar la investigación.

No era la primera vez que Escalante se veía con los Centurión por los vales de nafta de la Policía. Pero esta vez, eso fue solo el anzuelo. Porque el dueño de casa y su primo tenían otros planes. Pero hubo un problema: no llegó solo.

La presencia de Lautaro -primo de una exnovia- cambió todo, como pudo reconstruir Encripdata. A las 00.30 ya de la madrugada del 10 de diciembre, Cristian ingresó a una estación de servicio de Florencio Varela. Sin bajarse de un auto a nombre de su madre, le dio al playero un bidón para cargarlo con nafta.

Una hora después, en la casaquinta de los Centurión prendieron una fogata. Las llamas eran tan altas que podían percibirse desde afuera, como declararon dos vecinas y un testigo de identidad reservada. Para no dejar rastros de las cenizas, cortaron el pasto y tiraron los restos a la basura.

En medio de los festejos por el triunfo de la Selección argentina frente a Países Bajos y la clasificación a la semifinal del Mundial Qatar 2022, las familias de Lucas y Lautaro salieron a buscarlos. Obviamente, fueron a las comisarías.

En esas horas, alguien prendió fuego el BMW de Lucas sobre la ruta 6 a la altura de Abasto, partido de La Plata.

Al mismo tiempo, la Bonaerense encontró dos cuerpos calcinados en el baúl de un utilitario Citröen Berlingo todo quemado en un descampado de Guernica, Florencio Varela. Los investigadores, entonces, pensaron que eran los cadáveres de Lautaro y Lucas. Sin embargo, correspondían a los mecánicos Silvio David Vitullo, de 40 años, y Diego Fabián Segura, de 29, desaparecidos tan solo 14 horas después y no muy lejos de allí, quemados vivos por formar parte de una banda que le robó una camioneta cargada con plata, cocaína o lingotes de oro a Fabián Gustavo Pelozo, «Calavera», un narco rosarino preso en Ezeiza.

El 15 de diciembre, finalmente, un vecino halló el cuerpo quemado de Lautaro a la vera de una autopista en construcción en Guernica.

La investigación avanzó con firmeza cuando el fiscal Ichazo reemplazó a Mariana Dongiovanni. Fue él quien le solicitó al segundo juez del caso, Diego Agüeroarrestar al comisario Centurión por «haberse sumado al plan criminal» de su hijo y de su sobrino, «manteniendo privado de su libertad a Lucas por al menos un lapso mayor a un mes», pudiendo concluir, por el contexto en que se fueron sucediendo los hechos, que «a la fecha se presume su muerte violenta a manos del clan» y, porque, en definitiva, «Francisco mató a Lucas« en un lugar indeterminado «para procurar la impunidad de Maximiliano y Cristian en el homicidio de Lautaro«.

Así, la banda integrada, entre otros, por los Centurión se deshizo del cádaver y del auto, pero no de Lucas. No en ese momento. «De no ser así, su cuerpo tendría que haber aparecido junto al de Lautaro», consideró el fiscal.

Como sea, a la espera del debate oral y público, las autoridades, con el fiscal a la cabeza, siguen buscando alguna pista que los lleve a Lucas. Y, más temprano que tarde, los Centurión deberán sentarse en el banquillo de los acusados. El juicio promete disparar otras investigaciones.

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