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Un paso adelante

Masacre de Tamazula: Estados Unidos acusa al jefe de seguridad de «los Chapitos» de matar a informante de la DEA

Acusan a "Nini" Pérez Salas de matar a un informante de la DEA

Acusan a "Nini" Pérez Salas de matar a un informante de la DEA. Crédito: Just Dept.

«Not guilty», afirmó este jueves Néstor Isidro Pérez Salas, alias «Nini», «El General», «19», «09» o «Novena», ante la jueza Katherine Polk Failla.

Después, cuando pudo cruzar unas palabras con sus familiares en la sala de audiencias, «Nini», de 32, se largó a llorar como si tuviera 13.

México extraditó al jefe de seguridad de «los Chapitos» el sábado 25 de mayo a los Estados Unidos. Cinco días después, la fiscalía del Distrito de Columbia por la Sección de Narcóticos y Drogas Peligrosas (NDDS) de la División Penal ya le estaba leyendo los cargos en su contra.

Fueron tres, según la acusación a la que tuvo acceso Encripdata: conspirar con otras personas desde 2012 en México, Guatemala y Estados Unidos para distribuir más de 5 kilos de cocaína y 500 gramos de metanfetaminas hacia los Estados Unidos; usar, portar, blandir y disparar desde enero de 2017 un arma de fuego durante y en relación con uno o más delitos de tráfico de drogas, a saber, el delito del primer cargo, poseer un arma de fuego para promover dichos delitos de tráfico de drogas, de las cuales algunas eran un arma de asalto semiautomática, una ametralladora y un dispositivo destructivo; y conspirar desde enero de 2017 para matar e intentar matar a una o más personas con la intención de tomar represalias.

«Nini» empezó a trabajar para el Cártel de Sinaloa en el 2012 -si no antes-. Desde el 19 de enero del 2017, cuando México entregó a Joaquín Guzmán Loera a los Estados Unidos, en el último día de la presidencia de Barack Obama, los hijos del «Chapo» disputaron el control de la organización con las facciones de Ismael Zambada y otros capos. Desde sus orígenes, la empresa criminal se dedicó al contrabando de cocaína en asociación con grupos colombianos. En algún momento, además, empezó a traficar precursores químicos desde China para elaborar drogas sintéticas en Estados Unidos. También desde Argentina, Paraguay y Chile, como la efedrina.

Sin embargo, todo cambió en el 2017, como advirtió ante Encripdata un argentino que trabajó para el Cártel de Sinaloa: con «el Chapo» fuera de juego, «los Chapitos» empezaron a hacer negocios con el fentanilo, tal vez la droga más mortal que haya corrido alguna vez del otro lado de la frontera. En esa reconfiguración de la organización, «Nini» se convirtió en el jefe de seguridad de Iván Archivaldo Guzmán Salazar y sus hermanos.

De hecho, «Nini» fue quien organizó el «Culiacanazo», los narcobloqueos del 17 de octubre de 2019, para que el Ejército no se llevara a Ovidio Guzmán López. Cuatro horas después, el presidente Andrés Manuel López Obrador ordenó soltar al «Ratón» para que volviera la calma a la capital de Sinaloa.

La madrugada del 5 de enero del 2023, el Ejército lo ubicó en Jesús María y esta vez no hubo «Nini» ni «Chapiza» que pudieran hacer de Ovidio otra vez un «Ratón». La operación «Relámpago» fue exitosa: aunque dispararon y dispararon desde tierra, la Fuerza Aérea lo trasladó por aire hasta la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada, en Ciudad de México. El 16 de septiembre, finalmente, México lo extraditó hacia los Estados Unidos.

El 28 de octubre, Tamazula de Victoria, estado de Durango, amaneció con ocho cuerpos tirados en la calle. Estaban tapados con mantas blancas. A su lado, un cartel anunciaba: «Esto les va a pasar a todos los dedos y sapos». Por una denuncia por desaparición, los investigadores determinaron que las víctimas habían sido secuestradas en Culiacán.

Ahora, la fiscalía de Columbia reveló que entre las víctimas de la masacre se encontraba Alexander Meza León, quien habría sido el objetivo principal del «levantón» por entregar información a la Drug Enforcement Administration, la DEA de los Estados Unidos, que participó de las dos operaciones contra Ovidio.

Otra de las víctimas de Tamazula tenía tan solo 13 años.

Eso habría provocado que a «Nini» le soltaran la mano.

Así, menos de un mes después, el 22 de noviembre, la Guardia Nacional lo arrestó en Culiacán, donde, paradójicamente, por ser el jefe de seguridad de «los Chapitos» tenía ojos y oídos en todos lados.

En todos lados menos donde nunca pensó que los necesitaría algún día.

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