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El hilo invisible entre el crimen y el poder

México entregó a Ovidio: el hijo del «Chapo» Guzmán fue extraditado a Estados Unidos

México extraditó al hijo del "Chapo" Guzmán a Estados Unidos

México extraditó a Ovidio a Estados Unidos. Crédito: @derekmaltz_sr.

Minutos antes del mediodía de este viernes, las autoridades de México hicieron entrega del reo 5684 del Centro Federal de Readaptación Social 1, más conocido como Altiplano, a sus pares de Estados Unidos. Detrás de ese número, el pelo recortado y unos anteojos de lectura que desentonaban con su rostro popularizado a fuerza de sangre y fuego, estaba él, joven aún, pero de los narcotraficantes más buscados. Estados Unidos ofrecía hasta 5 millones de dólares de recompensa para quien ayudara a «llevarlo a la Justicia». Cuando lo subieron al avión con destino a Chicago, Illinois, Ovidio Guzmán López, alias «Ratón», lucía tranquilo.

Con 33 años, «el Ratón» sigue el camino de su padre, Joaquín Guzmán Loera, «el Chapo», quien fuera líder de una de las facciones del siempre poderoso Cártel de Sinaloa y por eso condenado por un tribunal de Nueva York a prisión perpetua tras el «juicio del siglo» desarrollado entre finales de 2018 y julio de 2019.

El Departamento de Justicia de los Estados Unidos buscaba a Ovidio y a su hermano Joaquín Guzmán López, «el Güero», desde el 2 de abril de 2018 por conspirar para distribuir más de 5 kilos de cocaína, 500 gramos de metanfetaminas (fentanilo) y una tonelada de marihuana. El primero en la «lista negra» de la DEA (Drug Enforcement Administration), desde el 6 de agosto de 2009, fue Jesús Alfredo Guzmán Salazar, alias «Alfredillo», por tráfico de cocaína y heroína. Luego, el 25 de julio de 2014, sumó a Iván Archivaldo Guzmán Salazar, el jefe de «los Chapitos», por esos delitos y por lavado de activos.

Pero esa es la acusación genérica. Recién cuando sea llevado a la primera audiencia, el acusado conocerá los hechos imputados Y luego, en el desarrollo del proceso, las pruebas de cargo en su contra.

En el programa de recompensa, la DEA además aseguró que Ovidio y Joaquín, los hijos del «Chapo» con Griselda Guadalupe, también «compraron grandes cantidades de efedrina de Argentina y organizaron su contrabando a México para la producción de metanfetaminas». Pero, según pudo reconstruir Encripdata, hasta ahora no compartió esa información con el gobierno argentino.

Entre 2003 y 2008, desde la Argentina se desviaron 41 toneladas de efedrina a México, que terminaron como metas, ice o crystal en los Estados Unidos. Para cortar el millonario negocio de importadores argentinos y narcotraficantes mexicanos, la DEA dejó al descubierto la «ruta de la efedrina» al hacer «explotar» el 17 de julio de 2008 la quinta de Ingeniero Maschwitz, a cargo del mexicano Juan Jesús Martínez Espinoza. Como reveló Encripdata, la agencia estadounidense blanqueó la operación a través de la Policía Bonaerense. Al final, la triangulación del precursor químico se terminó con el triple crimen, cuando la banda integrada, entre otros, por los hermanos Martín y Cristian Lanatta y los hermanos Víctor y Marcelo Schillaci plantaron el 13 de agosto los cuerpos de tres empresarios vinculados a ese negocio, Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, muy cerca de allí, en General Rodríguez.

Diego Ferrón, hermano de Damián, y el periodista Agustín Ceruse revelarán en el libro Operación Crystal, el expediente secreto sobre el triple crimen la trama detrás de las ejecuciones de Forza, Ferrón y Bina y la íntima conexión con el tráfico de efedrina para que la sociedad sepa de una vez por todas quién pudo ser el autor intelectual.

De regreso a México, el 17 de octubre de 2019, el Ejército de México fue en busca de Ovidio a Culiacán, pero «los Chapitos» salieron a combatir a las calles para que no se lo llevaran. Cuatro horas después, el presidente Andrés Manuel López Obrador ordenó soltar al «Ratón» para que la gente de Iván Archivaldo pusiera fin a los narcobloqueos y así volviera la calma a la capital de Sinaloa.

Ese día pasó a la historia mexicana como «el Culiacanazo».

Ese día, Ovidio, gracias a los suyos, le hizo honor a su apodo.

El 5 de enero de este año, finalmente, la operación «Relámpago» fue exitosa: aunque «los Chapitos» dispararon y dispararon desde tierra, la Fuerza Aérea pudo capturar a Ovidio y trasladarlo por aire hasta la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada, en Ciudad de México.

Y aunque lo intentaron, no hubo «Culiacanazo 2» que los frenara.

Ni amparos que pudieran evitar su entrega ayer a Estados Unidos.

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