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El hilo invisible entre el crimen y el poder

Compraron cocaína en Puerta 8 y murieron por sobredosis: a dos años de la irrupción del carfentanilo en la Argentina

Se cumplen dos años de la irrupción del carfentanilo en la Argentina

A dos años de la irrupción del carfentanilo en la Argentina. Crédito: Ministerio de Seguridad.

-Se re ‘pinchó’ en la villa, amigo, me rompieron todo, boludo… ¿me escuchás?
-Sí, ¿vos estás en el auto?
-Yo estoy en el auto, boludo…
-Haceme un favor.
-¿Adónde estás vos?
-Acá en Márquez, en el telo de Márquez, venime a buscar.
-Yo estoy acá en la entrada de Libertad…
-Dale, dale, hermano, ¿qué dieron, boludo?
-No sé qué carajo, bocha dieron, boludo, de mercadería.
-Y si eso no había más de la cosa, la tiramos hoy…
-No sé, boludo, pero ni idea, ‘Boli’, imaginate que se empezaron a descomponer, ¿viste?
-Sí.
-Y, bueno, de allá vino ‘Pachu’ con su banda, compa, y me agarraron, boludo, y estoy todo roto, amigo…
1

2 de febrero del 2022, a las 5.07 de la mañana, zona noroeste del conurbano bonaerense. Dos transas hicieron un reporte en caliente: sin saber bien qué sucedía en el barrio, el primero gritó que había varios muertos, tirados, «doblados», y que los familiares de las víctimas lo corrieron a los tiros por venderles esa cocaína; al segundo el quilombo lo encontró ocupado en un hotel alojamiento.

Aquella noche, ni bien terminó el partido de la Selección argentina contra Colombia por las eliminatorias hacia la tercera estrella, los pasillos de Puerta 8, en Tres de Febrero, y la Villa 18, de San Martín, se llenaron de consumidores en busca de bolsitas rosas a 250 pesos, según pudo reconstruir Encripdata con base a documentos oficiales.

En el preciso instante en el que la droga entró en sus cuerpos, 24 personas murieron.

A las 13.30, la Policía Bonaerense, con Sergio Berni a la cabeza, irrumpió en Puerta 8. Seguido por las cámaras de televisión, el ministro de Seguridad bonaerense lanzó una frase que pasó a la historia: «Quienes compraron droga en estas últimas 24 horas tienen que descartarla«, dijo para intentar minimizar las consecuencias de una mezcla hasta entonces desconocida.

En ese instante, el ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, se burló con un tuit: «Estados Unidos: ‘El consumo de drogas mata’. Rusia: ‘El consumo de drogas mata’. Brasil: ‘El consumo de drogas mata’. Argentina: ‘El que compró drogas las últimas 24 horas descártela porque es de la mala'». Después lo borró y ensayó una disculpa.

Mientras los ministros reavivaban viejas peleas, los médicos aportaron una pista: pudieron rescatar a 80 personas aplicándoles ampollas de naloxona, un medicamento que revierte rápidamente una intoxicación de opioide.

Entre los salvados estaban varios de los vendedores.

Enseguida, una palabra con olor a muerte recorrió los canales de televisión: fentanilo.

Familiares de víctimas le entregaron una muestra al abogado Damián Odetti para que la analizara por su cuenta2. Odetti terminó representando a uno de los principales acusados. El laboratorio privado concluyó que la cocaína estaba mezclada con clorhidrato de piperidina, un precursor químico del fentanilo.

No era oficial, pero sí una segunda aproximación.

Finalmente, el 10 de febrero del 2022, la Procuración General bonaerense, a cargo de Julio Conte Grand, informó que la sustancia tan fuerte como desconocida en el país era el carfentanilo, un sedante para elefantes. En Estados Unidos padecen hace muchos años una crisis de salud por el consumo problemático o recreativo de opioides sintéticos. En 2021 fallecieron 107 mil personas. El 66% fue por fentanilo. Según la Drug Enforcement Administration (DEA), el carfentanilo es 100 veces más potente que el fentanilo.

Acostumbrada al consumo de cocaína y marihuana, era la tercera vez que la Argentina se enfrentaba, de una u otra manera, a las drogas sintéticas: el triple crimen de General Rodríguez de 2008 3, que dejó al descubierto la «ruta de la efedrina» hacia México y Estados Unidos; los cinco jóvenes fallecidos por consumir pastillas de éxtasis en la fiesta electrónica Time Warp de 2016 4; y ahora, los 24 muertos por el carfentanilo.

En busca de los responsables, el ministro Berni apuntó a la organización de Max Alí Alegre, alias «Alicho». La Bonaerense había visto a uno de los suyos, Joaquín «Paisa» Aquino, comprando una bolsa de dosis en la Villa 18 5, uno de los puntos de venta de la cocaína con carfentanilo. Pero ese dato era viejo: databa de octubre de 2021.

En cambio, la jueza federal Alicia Vence, el secretario Hernán Roncaglia y el equipo del juzgado de San Martín ordenaron revisar las «escuchas telefónicas» diferidas: el informe de la Unidad Especial de Lucha contra el Narcotráfico, a cargo de la comisario María Cristina Suárez, fue esclarecedor:

Aquel 2 de febrero del 2022, a las 16.10, Miguel y «Mocho» ya se hacían cargo de todo:

-Estamos acá, supuestamente hay un re ‘bondi’ por esa porquería en todo San Martín.
-Sí, ya sé, me dijeron, yo recién vengo de visita y me enteré todo el ‘bondi’, bolu.
-Sí, sí, está todo el ‘bondi’.
-Todo a la calle, tiraron todo a la cancha lo que estaba para tirar, hicieron todo cagadas.
-Sacaron la droga fea, la sacaron a vender a la mañana
-Son locos, también, eso estaba todo para no tirarlo, estaba todo para guardar, boludo
6.

Miguel era Miguel Ángel Villalba, alias «Mameluco», el narcotraficante que alguna vez soñó con ser intendente de San Martín y que cuando estaba a días de las elecciones del 2011, la Secretaría de Inteligencia (SIDE) lo arrestó sin avisar a la Bonaerense.

La «droga fea» estaba para «guardar» porque unos días antes dos probadores de la organización fueron a parar al hospital.

Durante la investigación, la oficina de la DEA en Buenos Aires puso a disposición de la jueza Vence el laboratorio de Dulles, Virginia, donde tiene la capacidad de estudiar no solo las sustancias sino también el método de elaboración del clorhidrato y así determinar el origen: Colombia, Perú o Bolivia, los tres países productores de la pasta base. La clave era saber si al carfentanilo lo introdujeron durante el proceso primario -en el país de origen- o durante el estiramiento -Argentina-.

La DEA de los Estados Unidos reconfirmó la presencia de trazos de cocaína y carfentanilo, pero la cantidad de corte era tan escasa que no pudo comprobar la trazabilidad.

A dos años del desastre del carfentanilo en Puerta 8 y Villa 18, «Mameluco», sus hijos Iván Gabriel Villalba, alias «Salvaje», y Luca Nahuel Baigorria, alias «Dylan», y a varios miembros de la organización narcocriminal esperan el juicio por la venta de la cocaína con carfentanilo que se llevó a cabo el 1 y 2 de febrero del 2022, por el «poder de disposición que poseían sobre 480 envoltorios de nylon color rosado o anaranjado con clorhidrato de cocaína y carfentanilo» incautados en el búnker de Puerta 8 y por la «tenencia que detentaban ese mismo día de dos bolsas de nylon con 3346 envoltorios de nylon» en una casa de Loma Hermosa.

En limpio: tras las muertes, el clan Villalba aún tenía 945 gramos más de la «droga fea» fraccionada, empaquetada y lista para vender7.

Un investigador sacó cuentas: por lo vendido y por lo incautado, el clan Villalba había tenido en su poder 2 kilos de cocaína con carfentanilo8.

La jueza Vence elevó de manera parcial el expediente a juicio: su equipo y el del fiscal Paul Starc continúan recolectando pruebas para intentar recriminarles directamente los homicidios, agravados «por el uso de veneno como método insidioso»9.

El debate será llevado adelante por el Tribunal Oral Criminal Federal (TOF) 5 de San Martín.

El fiscal de juicio será Carlos Cearras.

Odetti, al ofrecer prueba para defender a «Salvaje», solicitó convocar como testigos a todos los jefes del narcotráfico de San Martín así como a los funcionarios de diversos ámbitos que debían combatirlos10.

Tal vez, entonces, alguien se anime a contar cómo llegó el carfentanilo a dos de las villas más pobres de la Argentina.

Y para qué.


1, 6, 7 Extracto del expediente judicial.

2, 10 Fuente de la investigación.

3 Ceruse, Agustín y Ferrón, Diego. (2023). Operación Crystal. Editorial Dunken.

4 Jove, Manu. (2019). El éxtasis del poder. Gárgola Ediciones.

5, 8, 9 Fuente con acceso al expediente.

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