Desde la cárcel, «Mameluco» Villalba lavó 1400 millones de pesos de la droga a través de una constructora
-Imaginate que ahora tengo cobertura en todos lados, hermano.
-¿Ah sí?
-¡Sí! Cobertura digo en todos lados con el jefe del jefe de allá arriba, hermano, te digo.
-Jefes de los jefes.
-El jefe de los jefes, hermano, imaginate, yo me voy a comer con el jefe de los jefes, boludo.
-Y bueno, bien ahí, boludo.
-Tiene cobertura en todos lados.
-¿Con este número vos podés hablar? Le paso a mi hermano así tiene contacto con vos…
-Sí, hermano, sí, al toque.
-¿Eh?
-Sí, boludo, no hay drama.
-Y sí, vamos a ver, vamos a ver qué sale, boludo, vamos a ver si podemos hacer algo.
-Algo va a salir, hermano, vos decime y vos sabes, hermano, yo soy tu mano derecha.
Así hablaban a mediados de este año dos miembros de una organización narcocriminal que lleva ya más de 20 años asentada en el conurbano bonaerense. El jefe de ellos no era otro más que Miguel Ángel Villalba, alias «Mameluco», el narcotraficante que alguna vez soñó con ser intendente de San Martín y que cuando estaba a días de las elecciones del 2011, la Secretaría de Inteligencia (SIDE) lo arrestó sin avisar a la Bonaerense. El «jefe de los jefes», en cambio, hasta ahora es un gran misterio.
Pero tenían razón: los Villalba tienen cobertura. Tal vez por eso, el 22 de noviembre, cuando la jueza federal Alicia Vence, el secretario Hernán Roncaglia y el equipo del juzgado de San Martín ordenaron arrestar a 15 miembros del clan, solo encontraron a cinco. A Iván Gabriel Villalba, alias «Salvaje», no hizo falta: al igual que su padre, cumple condena por delitos asociados al narcotráfico. Pero a dos personajes clave en la ruta del dinero, alguien deliberadamente les dio tiempo para huir: Leandro Nahuel González, alias «Diente» o «Dios», hijo del corazón de «Mameluco», y Nahuel Pellati, alias «Yankee», mantienen la cobertura.
Por la infiltración de las organizaciones narcocriminales en las fuerzas de seguridad y los complejos penitenciarios, la magistrada puso en conocimiento de lo sucedido Patricia Bullrich, Mariano Cúneo Libarona, Javier Alonso y Juan Martín Mena, ministros de Seguridad y de Justicia de Nación y de provincia de Buenos Aires, respectivamente.
Básicamente, les recordó que el clan Villalba, aún después de vender la cocaína con carfentanilo que mató a 24 personas el 2 de feberero del 2022 en Puerta 8, continuó al frente del negocio tanto en ese punto de venta de Tres de Febrero como en la Villa 18, su histórico bastión de San Martín, a pesar de que «Salvaje» y «Mameluco» llevan años tras las rejas.
La infiltración se aceleró en los últimos años: en el 2021, detectives de la Policía Federal (PFA) filmaron el momento exacto en el que un policía recibió una bolsa con dinero en la puerta de la comisaría para liberar a un integrante de la organización. Y ese es solo un ejemplo de los diez uniformados de distintas fuerzas que ordenó enjuiciar por haber sido «corrompidos» por esta organización narcocriminal.
A tal punto que, una noche del 2022, Diego Fernando Alanís, de la Comisaría Primera, introdujo el chip de su línea en el teléfono de Gabriel Ortíz Rodríguez, alias «Warry», encargado de los turnos en la Villa 18 y del pago a los familiares de los detenidos en otras investigaciones.
«Yankee» Pellati, en tanto, también se ocupaba de las necesidades de «Mameluco» en la cárcel: le transfería plata al agente Luis Mauricio Fabre, alias «Fiat», del Servicio Penitenciario Federal (SPF), para ingresar a la celda lo que necesitara. Todo, obviamente, quedaba registrado en la cuenta de Mercado Pago.
De regreso a los allanamientos de noviembre, los detectives de la División Hidrovía del Paraná de la Policía Federal (PFA), a cargo del comisario mayor Carlos Rodríguez Adrover, y la DDI San Martín de la Policía Bonaerense, a cargo de la comisaria María Cristina Suárez, incautaron 65 millones de pesos en tres cuevas financieras que Alan Marcial Villalba, alias «Peladito», otro de los hijos de «Mameluco», y «Yankee» Pellati frecuentaban para cambiar los pesos de la cocaína y la marihuana por dólares, divisa necesaria para la compra al mayoreo.
Tanta plata ganaba el clan Villalba por el narcomenudeo y tan seguido iban aquellos a las financieras, que los detectives tuvieron la oportunidad de grabar a «Yankee» Pellati entrando con bolsas de consorcio a la cueva que funcionaba detrás de un supermercado chino en Villa del Parque.
Y si bien «Yankee» Pellati continúa prófugo con orden de captura nacional e internacional, la magistrada, para reconstruir la ruta del dinero que pasaba por sus manos, ordenó el levantamiento del secreto fiscal y bancario, con un informe contable a cargo del Departamento Delitos Fiscales de la PFA.
Ahí empezó otra historia. Aquellos 65 millones eran caja chica. Encripdata pudo saber que «Yankee» Pellati, el administrador de las finanzas del clan Villalba, y otros investigados realizaron desde el 2020 depósitos en efectivo por 1400 millones de pesos en una cuenta del Grupo Dinal y Lener Constructora, con proyectos inmobiliarios en San Martín, Nordelta, Luján, Costa Atlántica y hasta Brasil, siempre según la información recolectada por la jueza federal de San Martín.
Este grupo empresarial creció, se expandió y desembarcó en España, donde compró la mayor parte de las acciones del Club Deportivo Guadalajara Sociedad Anónima Deportiva (SAD), un club de la cuarta división del fútbol español que hasta el 2020 acumulaba 2,5 millones de euros en deudas, según publicó el periodista José María Bris Gallego en Guadalajara Diario. En consecuencia, la magistrada allanó las sedes de las constructoras argentinas, los domicilios de los socios y las escribanías relacionadas. Para poder analizar toda la documentación secuestrada, decretó el secreto de sumario.
Eso sí: la jueza Vence avisó a las autoridades que investigará quiénes son los «jefes de los jefes» que permitieron que Villalba, en una cárcel de máxima seguridad desde 2011, amasara semejante fortuna.