Cayó «Patán» Nacusse: fue testigo contra Pachelo, pero lo arrestaron por vender drogas de diseño en Nordelta
El miércoles 14 de septiembre, Eduardo Daniel Nacusse, de 56 años, tuvo una sensación extraña cuando entró a los tribunales de San Isidro. Tenía que declarar como testigo contra Nicolás Pachelo, al que el fiscal Patricio Ferrari no solo acusaba de haber matado a María Marta García Belsunce en el Carmel sino también de cometer varios robos en otros countries. Los famosos escruches. Nacusse era una de las víctimas. No una vez, no. Dos veces entraron a su casa y las dos veces, el ladrón se fue con las manos llenas de relojes. Él, sin embargo, señaló a su mecánico. Pero no le gustó tener que mostrarse en público en uno de los juicios con más trascendencia de los últimos años, con tantos medios grabando. No le servía para sus negocios. Porque, como Pachelo, había hecho de las suyas. Y en las últimas horas entraron por tercera vez a su casa, pero esta vez no para robar sino para llevárselo detenido por venta de drogas de diseño ni más ni menos que en Nordelta.
Por orden del juez federal de Morón, Jorge Rodríguez, policías bonaerenses de la Superintendencia de Drogas Ilícitas arrestaron a Nacusse, más conocido como «Patán», y otras diez personas. En los 30 allanamientos, incautaron de todo, según pudo confirmar Encripdata: 25 kilos de marihuana, 2,3 kilos de cocaína, 3729 pastillas de éxtasis, 3 gramos de tuci y 500 gramos de cafeína.
También 5,9 millones de pesos, 78 mil dólares, 3300 euros, dos máquina de contar billetes, cuatro cajas de seguridad, ocho equipos raid para minar criptomonedas, un Porsche, un Audi Q5, un BMW M4 y hasta una avioneta Piper PA-23-250 Aztec, bienes que alimentarán el legajo por lavado de activos.
La investigación contra la banda de «Patán» Nacusse comenzó en octubre del 2020 cuando una persona denunció de manera anónima actividades compatibles con el narcomenudeo en una fábrica de zapatos de La Tablada, La Matanza. Los investigadores determinaron que esa empresa pertenecía a Esteban Fernando Tulli, alias «Zapatero», y que la organización narcocriminal tenía una línea de abastecimiento en el norte del país.
En esa zona, tenían cuatro proveedores: uno era José Barrios, asesinado el domingo 3 de abril en un bar de Sáenz Peña. Los detectives chaqueños no dudaron ni un segundo: fue un ajuste de cuentas. Le decían «Moneda».
En el Gran Buenos Aires y más allá tenían varios puntos de venta: Villa Palito, en La Matanza; Villa Tropezón, en San Martín; y, a través de Nacusse, en Nordelta.
De la organización de Nacusse formaba parte Rubén Adrián Díaz Baigorria. Tal vez ese nombre no diga mucho, pero según pudo reconstruir Encripdata, bajo el seudónimo de Diego Díaz era buscado desde el miércoles 9 de septiembre de 2020 por el triple crimen de Brian Héctor Martínez, de 24 años, Ariel Arnaldo Villalba Solano, de 24, y Gustavo Aimar Soto Peláez, de 18, en Villa Loyola, San Martín.
Los detectives ya aseguraron la avioneta. El GPS puede ser determinante para comprobar la usaban para el «bombardeo» de droga o simplemente para dar unas vueltas. Como sea, Julio Michel Katzman, el dueño en los papeles, deberá justificar el origen del dinero.
En Nordelta, además, ya corre un rumor inquietante: dicen que algunos de los arrestados solían juntarse con Marco Rodrigo Páez, uno de los procesados con José Damián Sofía, alias «Tano», y Gabriel Andrés Nicolau, alias «Vecino», por los 1658 kilos de cocaína que los policías federales de la Hidrovía del Paraná hallaron el 26 de agosto en un galpón de Empalme Graneros, un barrio muy violento de Rosario.
No es muy difícil imaginar de qué hablaban.
A Nacusse, vecino de Portezuelo de Nordelta, lo investigaban varios: de hecho, la Policía Federal (PFA) tenía una orden de allanamiento para cuando el juez Rodríguez le ordenó activar la suya a la Bonaerense.
Porque «Patán» hizo negocios varios. Por ejemplo con su amigo Diego Xavier Guastini, alias «Dolarín», pero eso quedará para la próxima historia.