Encripdata

Un paso adelante

Ordenan la captura internacional de tres colombianos en la mira de la DEA por los 1658 kilos de cocaína en Rosario

Tres colombianos, detrás de los 1658 kilos de cocaína en Rosario

Tres colombianos detrás de los 1658 kilos de cocaína en Rosario. Crédito: Seguridad.

Sofía: Pase.
Ratkovic: ¿Cómo va?
“Luis”: Luis ¿cómo estás? Bien, sentate.
Sofía: Él es la persona que tiene que entrar.
“Luis”: Bueno.
Sofía: Hacele dar una vuelta, esto no se hace con nadie eh nosotros lo hacemos porque… no sé por qué, sinceramente.
“Luis”: Sí, yo les comentaba a los muchachos, esto es, no es habitual, ¿entendés? Porque el puerto tiene dos ingresos, para la gente de la Aduana y para la gente que es despachante o, excepcionalmente, un empresario importador importante, ¿me entendés? Para hacer todo ese trámite tenés que venir con un despachante, te tenés que registrar, TZ es privada, la terminal Zárate es privada, no depende del Estado, ¿me entendés?
Sofía: Quedas filmadísimo.
“Luis”: Quedas filmado, escrachado, con copia de pasaporte, entonces a mí me parecía que si vamos a hacerlo, a vos no te conviene ni a mí tampoco porque yo soy el que te está haciendo entrar, entendés, y si bien no vamos a hacer nada, porque vamos a ir a dar una vuelta y eso no es delito, a mí me pueden llegar a preguntar, me entendés, más con el nombre que tenés, no tengo nada contra tu nacionalidad, pero si vos me decís que te llamas Juan Pérez, es un Juan Pérez más.
Ratkovic: No, no, y sí.
“Luis”: Y con tu nombre, a ver, no lo tomés como…
Sofía: Igual, disculpame, ahora cuando vayan solitos en la camioneta no van a bajar eh.
“Luis”: Ah eso también te lo quiero explicar porque…
Sofía: Vas a entrar, pero arriba con una camioneta para cuidarte a vos y a él.
Ratkovic: Está bien, está bien, yo creo todo aquí, yo quería hablar, conocer gente.
Sofía: La gente de arriba.
Ratkovic: Saber un poco más, última vez nosotros mandamos, haciendo el trabajo, segunda, con precinto falso.
Sofía: Con otra gente.
Ratkovic: Yo cobré, pensé en pagarles anoche, primera noche, hacerles el pago, hablamos mucho.
Sofía: Más que nada el hombre no quiere hacerles bajar de la camioneta.
Ratkovic: Sacar foto, nada más.
“Luis”: ¿Vas a sacar fotos?
Ratkovic: Nada más.
“Luis”: ¿No querés que te pase yo las fotos? ¿A qué querés sacarles fotos?
Ratkovic: Nada más adentro del lugar.
Sofía: Dejalo que lo filme si va a estar arriba de la camioneta.
“Luis”: No a nosotros eh por favor.
Ratkovic: No, no, no.
Sofía: Va a filmar un poquito.
Ratkovic: No, poco, dentro, para tener un control nada más.
“Luis”: Mirá que te vuelvo a repetir, el personal de seguridad que está en la puerta por donde vamos a pasar ahora nosotros no es nuestro personal, es de una terminal privada, si vos estás con el celu filmando así, no vamos a entrar.
Ratkovic: No, poquito, solo lugar.
“Luis”: Filmar así, adentro, que esa era mi duda, viste.
Ratkovic: Tú me dices cuando puedo filmar.
“Luis”: Dale, yo te digo.
Sofía: Vos avisale.
“Luis”: Qué sé yo, no sé, esta terminal es mucho más grande que Euro, la que está en Campana.
Sofía: La persona que está en la puerta, que es la que nos hace entrar, no está en el combo.
Ratkovic: Ajá, sí.
“Luis”: Y vas a estirar el bracito para que te tome la temperatura, ¿está bien? Espero que no tengas temperatura.
Ratkovic: No.
Sofía: Lo único que falta
.

El 6 de agosto de 2021, José Damián Sofía, alias «Tano», llevó a Bozidar Ratkovic, de 56 años, al puesto de resguardo de la Terminal Zárate, sobre camino de la Costa Brava y las vías. El bosnio quería conocer las instalaciones del lugar para analizar cuál era la mejor manera de contaminar un container con 165 kilos de cocaína. En la oficina, los atendió «Luis». Lo que no sabían era que este «contacto» no era un empleado infiel de la terminal privada, era un agente encubierto con la operación a cargo de los policías federales de la División Hidrovía del Paraná. No sería hasta la revelación de Encripdata que se enterarían. Pero para ese momento ya sería demasiado tarde.

«Luis» y «Charly», otro agente encubierto, actuaron muy bien su papel: durante semanas se aprendieron conceptos como rip off, un premiado y lata envenenada, clave para que los narcotraficantes no se dieran cuenta que no eran aduaneros. Los detectives tuvieron su cuota de suerte: a la salida de esa reunión en el puerto, colocaron un GPS en la camioneta Toyota Amarok para seguir los movimientos, pero un integrante de la banda lo encontró. Increíblemente, desconfiaron de Sofía.

El «Tano» quedó out, pero nada más.

La operación seguía en marcha.

A finales de marzo de este año, César Luis Maidana, convocado por la colombiana Mónica Liliana Gutiérrez Valencia, de 43 años, para reemplazar a Sofía en las negociaciones, se presentó en la terminal de Zárate y entregó 150 mil dólares para que «Luis» y «Charly» hicieran su parte y dejaran entrar el cargamento. Como las otras reuniones, el pago del «peaje» quedó grabado.

Por orden del juez federal de Campana Adrián González Charvay, en las horas siguientes cayeron todos: Ratkovic, Gutiérrez Valencia, Maidana, el serbio Dragan Rangelov, de 44 años, y cinco personas más. En la casa de Maidana, los policías secuestraron 150 mil dólares más en una caja fuerte. Era para el «peaje» de los siguientes 400 kilos que no llegaron a entrar. Como a Sofía lo habían dejado afuera de la movida muy temprano, el magistrado no ordenó arrestarlo. No en ese momento. En cambio, abrió otra investigación para seguirlo de cerca. Era un peso pesado del conurbano: pronto deberá sentarse en el banquillo ante un tribunal de San Martín, acusado de amenazar de muerte a la jueza federal Sandra Arroyo Salgado.

Aún así, presentía que volvería a operar.

Solo era cuestión de tiempo.

Entre el 25 y 26 de agosto, finalmente, los detectives fueron por el «Tano». Ahora lo acusaban de estar detrás de un cargamento de 1658 kilos de cocaína hallados en un galpón en Empalme Graneros, Rosario. De la investigación participó la DEA de los Estados Unidos (Drug Enforcement Administration). Tal vez por eso decidieron incautar el tesoro, el mayor secuestro de la historia de Santa Fe y el cuarto a nivel nacional, antes de que saliera de Rosario con destino incierto, para mostrar la importancia de la Hidrovía, que conecta muchos intereses de aquel país hasta llegar a la triple frontera y de ahí a las coordenadas más diversas del mundo.

Con Sofía cayeron trece personas más. A una lo llamaba «vecino». Era Gabriel Nicolau, con un rol determinante en toda esta historia, no solo porque controlaba el cargamento de Rosario desde Victoria, Entre Ríos, del otro lado del río Paraná, sino porque recibió al «Químico» y viajó a Colombia a reunirse con los proveedores de los Louis Vuitton y los «Mencho» Oseguera Cervantes, las marcas de los «ladrillos».

Ahora, el juez González Charvay y el fiscal Sebastián Bringas van por ellos: con información de la oficina de la DEA en Bogotá, le acaban de ordenar a la Interpol la captura internacional de tres colombianos.

Esas conexiones podrían ser un viaje de ida y vuelta.

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