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El hilo invisible entre el crimen y el poder

El «infierno blanco» de Bolzan: «coronó» veleros en España, pero cayó por querer cruzar los Andes con 783 kilos de cocaína

El "infierno blanco" de la rubia Bolzan: "coronó" veleros en España, pero cayó por querer cruzar los Andes con 783 kilos de cocaína

Bolzan "coronó" veleros en España, pero cayó en los Andes. Crédito: Encripdata.

Los últimos días del 2022 encontraron a Ileana Mariela Bolzan disfrutando de las playas cristalinas de Cabo Verde, unas islas frente a Senegal, África. Ella y sus amigos tenían fondeado un velero. La idea era realizar una vuelta un tanto extraña: subir hasta las Islas Canarias de España, frente al Sahara Occidental, para después pegar media vuelta por el océano Atlántico con dirección a la costa brasileña hasta tocar tierra en el club naútico Barlovento, Victoria, Argentina.

Una inspección a último momento la decidió a bajarse de ese viaje. Prefirió algo más simple, más seguro: en Praia, el archipiélago africano, se tomó un vuelo a Brasil y de ahí a Buenos Aires.

Ya había «coronado» varias veces. Para qué arriesgarse de nuevo tan pronto. Bolzan había formado parte de la tripulación del velero Thorben que partió el 15 de febrero de 2020 desde Salvador, Bahía, Brasil, y arribó el 14 de abril a la playa de Bajadilla, Marbella, España. Aquel día, como publicó Encripdata, «Yaki_Chan» y «Messias_Cuatro» celebraron en Encrochat:
-Coronamos q
-Seeeee
-Ahí los tiene jajajjajaj

Tras una larga travesía, la organización narcocriminal liderada por Diego Marano, el hombre detrás del alias de «Messias Cuatro», no pudo esconder su felicidad por mover 1460 kilos de cocaína hasta una casa de guardado en San Pedro Alcántara. Pero cuatro días después lo perdieron todo por un descuido: los policías del Grupo de Respuesta Especializada contra el Crimen Organizado (Greco) de la Costa del Sol española siguieron de cerca una furgoneta con 80 kilos que los terminó por llevar hasta el sitio donde aún estaban los otros 1380 kilos custodiados por cinco hombres.

Pero, para ese momento, pocos sabían quién era la rubia Bolzan y dónde estaba.

Marano estuvo poco y nada en prisión: pagó el 60 mil euros de fianza, el equivalente a dos kilos de cocaína al mayoreo y volvió a las calles con la única condición de no salir del país. No lo necesitó: desde España organizó el viaje de una nueva tripulación del velero Quo Vadis para llevar 1548 kilos de cocaína desde el río Paraná hacia, otra vez, la Costa del Sol. Pero la Prefectura y la Gendarmería lo impidieron justo a tiempo, entre el 13 y 14 de junio del 2022, cuando conocidos suyos estaban a punto de zarpar en Escobar, Buenos Aires, Argentina.

Así, a uno y otro lado del Atlántico, a Marano, lo relacionaban con tres toneladas de oro en polvo, a decir del precio en el viejo continente: 100 millones de dólares. Y a pesar de la orden de captura internacional con miras de extradición, un juez español lo excarceló bajo caución juratoria. Esta vez ni siquiera tuvo que pagar. Fue, simplemente, a sola palabra de portarse bien.

La organización narcocriminal no se rindió: en diciembre del 2022, Ezequiel Zabalua, uno de los tripulantes que había coronado con el Thorben, encabezó otra vuelta, pero esta vez a la inversa, desde España a la Argentina con 56 kilos de metanfetaminas. Para eso, la rubia Bolzan le firmó la entrega del velero por 50 mil dólares, según el boleto de compraventa al que accedió Encripdata. Así, Zabalua lo rebautizó para no llamar la atención: Arhoa.

El 1 de diciembre del 2022, finalmente, la tribulación decidió zarpar. Quería aprovechar que ese día España jugaba contra Japón. La idea de Zabalua era hacer escala en las Islas Canarias para luego cruzar el Atlántico. Pero ni siquiera pudo llegar a aguas internacionales: los investigadores del Servicio de Vigilancia Aduanera lo estaban esperando en Tarifa. Al final, la Selección española no llegó muy lejos en Qatar 2022. Zabalua y compañía, tampoco.

Otra vez, la rubia Bolzan zafó.

Pero eso sí: perdió el anonimato.

Y, entonces, en marzo de este año, como estaba «para atrás con la plata», aceptó un último viaje. Gerardo David Salinas, o simplemente «Negro», la invitó a un negocio de 783 «ladrillos» de cocaína de diferentes stickers, valuados en 15 millones de dólares. Con vuelos clandestinos desde Bolivia, una avioneta bombardeó dos veces en estancias de las afueras de Rosario, según pudo reconstruir Encripdata. Tal vez porque la ruta de los veleros estaba demasiado «quemada», tal vez porque el destino podía ser otro, el plan ahora era sacarla por Chile.

Gracias a una «escucha» telefónica, los investigadores supieron que Salinas, Bolzan y compañía activarían pronto, a mitad de junio. Es que «el Negro» contrató de apuro a un carpintero por un problema en su casa. Tenía que solucionarlo ya para poder irse quince días a la Patagonia. Así, en las últimas dos semanas, varios integrantes de la organización fueron y vinieron a Caviahue, en Neuquén, donde «enfriaron» el cargamento.

Finalmente, en las últimas horas, el fiscal Diego Iglesias, de la Procunar, la fiscal Cecilia Incardona, de Lomas de Zamora, y un juzgado federal subrogado por Ernesto Kreplak, que llevaban cuatro años detrás de la socia de Marano, les ordenaron a la Prefectura y la Gendarmería llevar adelante el operativo «Infierno Blanco» con el arresto de la rubia Bolzan; su nuevo socio, «Negro» Salinas; y cinco personas más justo cuando estaban encendiendo los motores de dos vehículos para cruzar la Cordillera de los Andes.

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