La vuelta al mundo de Zabalua: «coronó» 1460 kilos de cocaína en España, pero cayó por llevar 56 kilos de éxtasis a Argentina
La jugada era arriesgada: Ezequiel Zabalua estaba «quemado», su velero lo estaba, pero el plan era ambicioso como para no intentarlo. Para minimizar el riesgo, él y sus cómplices ponían manos a la obra cuando todos y todo se paralizaba por los partidos de la Selección española en el Mundial de fútbol. Al velero, como apareció en los medios de España y Argentina, lo rebautizaron: a partir de octubre, se llamaría Arhoa, una palabra que para los vascos significa época y para los más voluntariosos, momento adecuado, como si sus nuevos viejos dueños buscaran un buen augurio para dejar atrás la historia negra de Thorben por el alijo de cocaína perdido dos años antes.
Aquel el 15 de febrero de 2020, cuatro tripulantes a bordo del Thorben partieron desde Salvador, Bahía, Brasil, atravesaron el océano Atlántico y llegaron a la playa de Bajadilla, Marbella, España. Y aunque llevaban mucha carga encima, el 14 de abril «coronaron».
Aquel día, como publicó Encripdata, «Yaki_Chan» y «Messias_Cuatro» celebraron a través de Encrochat:
– Coronamos q
– Seeeee
– Ahí los tiene jajajjajaj
Para que no quedaran dudas, «Yaki Chan» le mandó a «Messias Cuatro» una foto del producto. Eran los 1460 kilos recién guardados en una casa de San Pedro Alcántara.
Pero cuatro días después lo perdieron todo por un descuido: los policías del Grupo de Respuesta Especializada contra el Crimen Organizado (Greco) de Costa del Sol siguieron de cerca una furgoneta con 80 kilos que los terminó por llevar hasta la casa donde todavía estaban los otros 1380 kilos custodiados por cinco hombres. Así, 43,8 millones de euros en polvo de extrema pureza terminaron en la basura. A eso le sumaron el secuestro de otra camioneta con dos fusiles de asalto M16A1, modelo creado por los Estados Unidos y usado por primera vez en la guerra de Vietnam.
Las autoridades de Francia y Países Bajos pudieron hackear Encrochat, el sistema de mensajería encriptada hasta entonces usada por 60 mil usuarios en 140 países. Así fue como el fiscal especalizado antidrogas de Marbella pudo descifrar en junio de 2020 la verdadera identidad de «Messias Cuatro»: se llamaba Gustavo Diego Marano Fuentes, argentino, pero con emprendimientos en una de las zonas más caras de la costa española.
Marano estuvo poco y nada en prisión: pagó el equivalente a dos kilos de cocaína al mayoreo y volvió a las calles con la única condición de no salir del país. No lo necesitó: desde allí organizó, según el juez federal Luis Antonio Armella y los fiscales Cecilia Incardona y Diego Iglesias, el viaje del velero Quo Vadis para llevar 1548 kilos de cocaína desde el río Paraná hacia, otra vez, la Costa del Sol. La Prefectura y la Gendarmería lo impidieron justo a tiempo cuando conocidos suyos estaban a punto de zarpar en Escobar, Buenos Aires, Argentina.
Así, a uno y otro lado del océano Atlántico, a Marano, alias «Messías Cuatro», lo relacionaban, a decir del precio en el viejo continente, con tres toneladas de oro en polvo: 100 millones de dólares aproximadamente. Y a pesar de la orden de captura internacional con miras de extradición, un juez español lo excarceló bajo caución juratoria. Esta vez ni siquiera tuvo que pagar fianza. Fue, simplemente, a sola palabra de portarse bien.
Y en eso reapareció en escena Zabalua, uno de los tripulantes del Thorben que «coronó» los 1460 kilos para Marano. Esta vez se organizó con otros cuatro argentinos en el puerto de Sotogrande, Cádiz, para preparar el Arhoa. El plan era pegar la vuelta hacia Argentina, ahora con 56 kilos de MDMA, que alcanzaban para 1,2 millones de pastillas de éxtasis.
El 1 de diciembre, finalmente, decidieron zarpar. Querían aprovechar que ese día España jugaba contra Japón. La idea de Zabalua era hacer escala en las islas Canarias para luego cruzar el Atlántico con destino final hacia la Argentina. Pero ni siquiera pudieron llegar a aguas internacionales: los investigadores del Servicio de Vigilancia Aduanera los estaban esperando en Tarifa.
Al final, la Selección española no llegó muy lejos en Qatar 2022.
Zabalua y compañía, tampoco.