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El hilo invisible entre el crimen y el poder

Absuelven a «Mameluco» Villalba por el crimen de Candela: el tiempo se agota para intentar saber quién ordenó el secuestro

Juicio Candela 2: todos absueltos por el secuestro y crimen

Juicio Candela 2: todos absueltos por el secuestro y crimen. Crédito: Facebook.

Tras un juicio corto pero sorprendente, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 6 de Morón absolvió este miércoles a Miguel Ángel Villalba, alias «Mameluco», y a otros tres acusados por el crimen de Candela Sol Rodríguez, la nena de 11 años secuestrada en agosto de 2011 en Villa Tesei, Hurlingham. El fallo fue firmado por los jueces Alejandro Rodríguez Rey, como presidente, Cristian Toto y Mariana Maldonado.

A Candela la raptaron la tarde del 22 de agosto del 2011 a metros de su casa. La banda la mantuvo cautiva nueve días, al menos, en tres lugares. En una de ellas, la famosa «casa rosa» de la calle Kiernan al 900, los investigadores encontraron su ADN en un vaso de vidrio. Pero para ese momento ya era demasiado tarde.

Durante las primeras horas de cautiverio, Alfredo «Juancho» Rodríguez, en prisión, señaló en la fiscalía quién podría estar detrás del secuestro de su hija: «No sé quién pudo haberle hecho eso a Candela, pero de la gente con la que andaba o que conozco podrían ser los de la banda de Boscolo o Gustavo Sancho, que manejan la droga en San Martín, a los que conozco de toda la vida».

Y, acto seguido, explicó el motivo: «Hace unos diez días, antes de la desaparición, un amigo mío detenido en la Unidad 36 de Magdalena, en el mismo pabellón que yo, me dijo que ‘el Topo’ Moreyra me había ensuciado con Boscolo y Sancho, diciéndoles que yo le pasaba información sobre ellos a la Policía Federal«; y que tras un allanamiento de esa fuerza, Sancho le dijo: «Fijate lo que andás haciendo, yo a vos te voy a matar».

Nueve días después, el 31 de agosto del 2011, la Bonaerense encontró el cuerpo de la nena en una esquina. Estaba en una bolsa negra, una escena secundaria del crimen pisada hasta por el gobernador Daniel Scioli.

En el primer juicio, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de Morón sentenció en el 2017 a prisión perpetua a Hugo Elbio Bermúdez y Leonardo Daniel Jara como coautores del delito de «privación ilegal de la libertad coactiva seguida de muerte» y a Gabriel Fabián Gómez, a cuatro años de prisión como partícipe secundario. Jara fue quien hizo el llamado extorsivo.

Pero ellos fueron los autores materiales del secuestro seguido de muerte. La familia quería saber quién los contrató y por qué.

A lo largo de estos doce años, «Juancho» Rodríguez declaró, al menos, cinco veces. Siempre mencionó a Héctor Moreyra. Siempre, también, a Sergio Fabián Chazarreta. En tres apuntó contra Sancho. Pero nunca contra Villalba.

A Chazarreta le decían «Chino». En esa época era policía en San Martín.

A Moreyra lo llamaban «Topo» por su oficio: «buchón» de la Bonaerense.

Sancho era un narcotraficante muy importante de San Martín, como Villalba, pero de bajo perfil.

Sin embargo, en este segundo juicio, el fiscal Mario Ferrario intentó probar que fue «Mameluco» quién ordenó secuestrar a Candela para vengarse del padre porque sospechaba que había sido él quien lo había entregado, pocos días antes, a la Secretaría de Inteligencia (SIDE) y la Policía Federal (PFA). Siempre según esta teoría del caso, el narcotraficante más importante de San Martín, que en esa época era candidato a intendente, mandó a Chazarreta y Moreyra a raptar a la nena de 11 años.

A Villalba no lo defendió el estudio jurídico de Mariano Cúneo Libarona, actual ministro de Justicia, ni el abogado Damián Odetti, quien lo asesora en el caso del carfentanilo, sino un defensor público.

Al principio del debate, Carola Labrador renunció a su rol de particular damnificada porque desconfiaba del fiscal: «Han militado y militan la causa de la sospecha sobre nuestra familia para encubrir su accionar negligente, plagado de irregularidades e ilegalidades durante todo el proceso. Irregularidades que conllevaron al fatal desenlace por haber desviado la investigación, investigación que por estar a su cargo deben responder, cuyo resultado fue no haber podido hallar a tiempo y con vida a mi hija».

«No les importa el descubrimiento de la verdad sino probar su oscura hipótesis», insistió la mamá, representada por el estudio jurídico de Fernando Burlando. «Esto es un golpe más a quien merece descansar en paz, mi hija».

Eso sí: aunque retiró la acusación, Carola pidió, en la carta dirigida a los jueces del tribunal «que Dios los ilumine para impartir verdadera justicia y condenar a todos y cada uno de los responsables por el crimen de nuestra hija».

Y cuando se acercaba el final del debate, Carola volvió a sorprender en una entrevista brindada a Primer Plano Online: «‘Mameluco’ no tiene nada que ver si no me conocía a mí ni a Candela, todo este invento de Moreyra, Chazarreta y ‘Mameluco’ lo hizo la fiscalía. Yo busco justicia justa, no quiero que vaya preso cualquier tipo, quiero que vayan presos los que de verdad hicieron que Candela muera, pero en este juicio no están los tres jefes policiales«.

En abril, el fiscal Ferrario solicitó prisión perpetua para tres: para «Mameluco» Villalba por la autoría intelectual del secuestro de Candela, y para Chazarreta y Moreyra por la participación material. En cambio, decidió no acusar al carpintero Néstor Altamirano.

Sin embargo, el tribunal consideró que no existían elementos suficientes para condenarlos. Encripdata pudo saber que la familia de Candela se retiró definitivamente como particular damnificada.

Ahora, la fiscalía, si desea seguir impulsando la investigación con la esperanza de llegar a un tercer juicio, realmente deberá apurarse: tiene tiempo hasta agosto de 2026 para acusar a nuevos imputados.

Para eso deberá regresar al origen: «Juancho» Rodríguez y las secuelas de su oficio, pirata del asfalto. Y, obviamente, a las horas previas al 22 de agosto de 2011 para saber quién mandó a secuestrar a Candela.

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