El cuerpo exhumado es de Lautaro Morello, el chico asesinado y quemado en Florencio Varela
Con una probabilidad superior al 99,99%, el Laboratorio de Genética Forense del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) confirmó esta semana que el cuerpo exhumado es de Lautaro Morello, según documentos oficiales a los que accedió Encripdata. El chico de 18 años desapareció la noche del 9 de diciembre del 2022 junto a Lucas Escalante, de 26, en Florencio Varela. Seis días después, los investigadores hallaron este cadáver a la vera de una autopista en construcción en Guernica. A Lucas lo siguen buscando con vida.
Aunque pasaron diez meses de la noche en la que se perdió el rastro, los familiares conservaban la esperanza de encontrarlo con vida porque del cuerpo localizado el 15 de diciembre del año pasado, como estaba quemado, solo pudieron reconocer algunas prendas. Y aunque realizaron el velatorio, la mezcla del dolor, la duda y la ilusión fue mayor y, por eso, insistieron para exhumar el cadáver. El fiscal Daniel Ichazo se puso en su lugar, apoyó el pedido y ordenó un análisis genético.
El EAAF comparó las piezas dentales y dos segmentos del fémur izquierdo del cuerpo con los perfiles genéticos de la mamá y el papá de Lautaro: «Los resultados del estudio genético indican una probabilidad superior al 99,99% de que la muestra ósea procesada pertenezca a un hijo biológico (de los padres de Lautaro)».
Por el crimen de Lautaro y la desaparición de Lucas fueron arrestados el 16 de diciembre los primos Cristian Centurión y Maximiliano Centurión, ambos de 26.
La noche del 9 de diciembre de 2022, los Centurión citaron a Lucas a la casaquinta familiar de la calle 1538, esquina ruta 53, La Capilla, Florencio Varela. Para atraerlo, le prometieron vales de nafta de la Policía Bonaerense. Y así lo hizo en su auto BMW azul. Esperaban que llegara solo, pero como lo acompañó Lautaro, primo de una exnovia, los acusados tuvieron que cambiar el plan. A Lautaro lo mataron esa noche.
Cristian y Maximiliano son hijo y sobrino, respectivamente, del comisario mayor Francisco Centurión, alias «Coco», por entonces enlace de la Policía Bonaerense con la Policía Internacional (Interpol). Además, Cristian acababa de ingresar a la fuerza y Maximiliano había trabajado en una empresa de seguridad.
El fiscal Ichazo solicitó en julio la prisión preventiva del jefe policial por los delitos de «sustracción de caudales públicos en concurso real con privación ilegal de la libertad agravada por haber durado más de un mes y por ser cometida con violencia». En otras palabras: si bien estaba de viaje aquel 9 de diciembre, enterado de lo que había ocurrido en su propia casa, Centurión regresó de inmediato y desde la noche del 10 de diciembre se «sumó al plan criminal» de su hijo y de su sobrino, «manteniendo privado de su libertad a Lucas por al menos un lapso mayor a un mes», pudiendo concluir, por el contexto en que se fueron sucediendo los hechos, que «a la fecha se presume su muerte violenta a manos del clan Centurión».
En julio, el juez Julián Busteros confirmó la prisión preventiva del comisario Centurión, pero no por el secuestro y asesinato de Lucas, como reclamaban el fiscal y los particulares damnificados, sino solamente por la ruta de los vales de nafta de la Policía Bonaerense.
Los acusadores apelaron de inmediato y el 19 de septiembre, los camaristas les dieron la razón, confirmaron la prisión preventiva de Centurión por la sustracción de caudales públicos, anularon el resto y ordenaron un nuevo pronunciamiento que respondiera de «manera integrada y armonizada» a los argumentos del fiscal y los particulares damnificados respecto del pedido de prisión preventiva también por su rol en la privación ilegal de la libertad agravada de Lucas.
En vez de revisar su fallo, el juez Busteros alegó «situaciones de gravedad suficiente» que comprometen su «independencia e imparcialidad», como las protestas de los familiares de las víctimas, y se apartó del caso. Así las cosas, el juez Diego Agüero, ni bien aceptó el expediente, recibió en su despacho a las familias de las víctimas. En las últimas horas, además, el abogado César Albarracín decidió renunciar a la defensa del comisario mayor Centurión.
En menos de un año, la investigación ya pasó por dos jueces, cuatro fiscales y dos fuerzas policiales. En el medio, los familiares se toparon con cuatro cuerpos hasta que encontraron el de Lautaro.
Pero el crimen de Lautaro y el misterio de Lucas podría ser un capítulo de un plan criminal más grande.