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Un paso adelante

Once años después atraparon a un narco en Salta que intentó «coronar» 93 kilos de cocaína en Brasil

Once años después atraparon a un narco en Salta que intentó "coronar" 93 kilos de cocaína en Brasil

Atraparon a un narco que intentó "coronar" 93 kilos en Brasil. Crédito: Encripdata.

A «Angelito» lo arrestaron de madrugada cuando caminaba por el Paso Internacional Profesor Salvador Mazza – Yacuiba. Quería cruzar hacia Bolivia. Porque «Angelito» tenía orden de captura nacional e internacional. En Salta ese apodo tal vez no diga mucho pero sí «Choco», el otro seudónimo con el que se presentaba René Antonio Arancibia, de 56 años, en las reuniones de negocios, según pudo reconstruir Encripdata. Los detectives lo buscaban desde la semana anterior. En realidad, desde octubre del 2011. La historia es larga, acaso parte de la «herencia» de Raúl Reynoso, otrora héroe de la frontera.

Todo comenzó el 29 de octubre del 2011 cuando los gendarmes hicieron frenar una Fiat Strada Adventure Pick-Up en la ruta nacional 9 a la altura del paraje Cabeza de Buey, Salta. Los Weber, padre e hijo, trasladaban 93 kilos de cocaína en la caja de la camioneta. Los detectives lo sabían: llevaban dos años investigándolos, a partir de una denuncia anónima. Según las escuchas telefónicas, el plan era «coronar» en Brasil.

Sabiendo que les seguían los pasos, «Choco» y su hermano Héctor solicitaron una eximición de prisión. Lo hicieron a través de su abogada María Elena Esper. El juez Reynoso hizo dos cosas: primero dispuso la falta de mérito de cinco de los seis imputados por asociación ilícita, narcotráfico y lavado de activos y solo procesó a Weber padre por el transporte de los «ladrillos». Al hijo, aunque estaba en la camioneta, también lo benefició. Y después ordenó la captura nacional e internacional de los que consideraba jefes de todos ellos: los Arancibia.

Entre el 17 de noviembre del 2011 y el 7 de diciembre del 2012, Esper, en representación de los Arancibia, solicitó cuatro veces la libertad ambulatoria de sus defendidos y todas las veces el magistrado las rechazó. Que sí, que no, que sí, que no, no, no.

Finalmente, «Choco» se presentó el 11 de diciembre del 2012 en el juzgado, donde fue indagado por aquellos delitos. Al momento de resolver su situación procesal, el juez Reynoso dispuso la falta de mérito sobre la asociación ilícita y lavado de activos y lo procesó únicamente por el transporte de los «ladrillos», pero en calidad de partícipe secundario por brindar un aporte no esencial para la consumación del hecho.

En otras palabras: lo excarceló rápido.

Arancibia estuvo solo diez días detenido.

Lo que pasó después con Reynoso ya es historia conocida: el juez renunció a su cargo en abril del 2016, en un intento por frenar las investigaciones en su contra. No lo consiguió: el 25 de marzo del 2019, el Tribunal Oral Federal de Salta lo sentenció a 13 años de prisión por concusión en siete hechos en concurso ideal con prevaricato en otros seis, o sea, favorecer a narcotraficantes con resoluciones judiciales a cambio de plata.

Aquel día, el tribunal también condenó a 10 años y seis meses de prisión a Esper, casualmente o no tanto la abogada de los Arancibia. Era el mismo modus operandi.

Ahora, once años después, los fiscales federales Eduardo Villalba, de la Coordinación del Distrito Salta, Carlos Amad, del Área de Transición, y Diego Iglesias, de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), solicitaron indagar a «Choco» Arancibia por aquella operación con destino a Brasil pero en carácter de organizador y financiador, es decir, el jefe de todos.

A «Choco» lo atraparon el 9 de mayo cuando intentaba esconderse en Bolivia.

A su hermano Héctor no lo pudieron ubicar: tiene orden de captura internacional.

El juez federal Gustavo Montoya finalmente procesó con prisión preventiva y embargo a «Choco» Arancibia y al resto de la organización por el transporte de los 93 kilos de cocaína con destino a Brasil.

Los Arancibia son familiares de los Barakat, los hermanos de origen sirio sentenciados en Catamarca a 12 años de prisión por tráfico de precursores químicos, almacenados en parte en una casa donde sucedió un doble crimen -el autor de esta nota declaró como testigo en el juicio-. Barakat Barakat pactó el año pasado su segunda condena: 8 años de prisión por financiar el transporte de 152 kilos de marihuana desde Salta hacia Chile.

El arresto de «Choco» llegó justo a tiempo: tenía planes en Buenos Aires.

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