La Corte dejó firme la condena a los hermanos Barakat por traficar precursores químicos entre Catamarca y Salta
Aquella tarde, los detectives llegaron a una casa de Icaño, Catamarca, por el asesinato de un matrimonio, pero en el baño descubrieron un «laboratorio» de cocaína: botellas de acetona, éter sulfúrico, ácido clorhídrico, amoníaco en solución, pearlitol mannitol, dipirona, un cuñete de 25 kilos de lidocaína y una bolsita había 289,3 gramos de cocaína. En una habitación había más sustancias de estiramiento: 54 envases con éter sulfúrico, 25 con acetona, 4 con ácido clorhídrico y uno con líquido inodoro transparente. Escena extraña para las edades de las víctimas. Eso fue el 13 de diciembre de 2010. La escena disparó dos expedientes: uno, obviamente, por el doble crimen de los dos ancianos y el otro, por el dueño de la droga.
Rápidamente, los policías llegaron a Mario Alberto Córdoba. Lo condenaron a prisión perpetua por matar de un disparo en la cabeza a Hiladia Vallejos y de varias cuchilladas en el cuello a Ángel Chame. De allí que uno de los investigadores advirtiera que el doble crimen de Icaño pudo ser un ajuste de cuentas contra Elias Exeni, alias «Turco», hijo de la mujer, por una «mexicaneada de 600 mil dólares a unos colombianos».
Pero Exeni no se hizo cargo de la droga en la casa de su mamá.
Los detectives, entonces, siguieron la trazabilidad de las otras sustancias.
Los investigadores de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar) detectaron en el 2016 que uno de los vendedores fue Droguería Libertad, según los informes del Registro Nacional de Precursores Químicos (RNPQ). Como escribió el autor de esta nota en la investigación «Cómo operaba el ‘carril legal’ de químicos dentro de la ‘Ruta de la efedrina'» y como ratificó en el juicio, Droguería Libertad, empresa que importó el 37% de la efedrina que entre 2004 y 2008 terminó en poder de condenados, procesados o denunciados por narcotráfico, según determinó la jueza federal María Servini, también le vendió estos precursores químicos en el 2006 a José Luis García Coronado. Este empresario de Salvador Mazza compartía domicilio con dos hermanos de origen sirio, Barakat Barakat y Fadel Barakat, a 290 metros de la frontera de Salta con Bolivia.
Los detectives, entonces, apuntaron a los hermanos Barakat, que tenían otro domicilio en Tartagal, también de Salta, bajando por la Ruta Nacional 34. Droguería Libertad, de la familia Varas, les envió allí 80 kilos de lidocaína y 31 kilos de cafeína, es decir, 111 kilos de adulterantes de clorhidrato de cocaína.
En otro allanamiento hallaron 79.150 kilos de bicarbonato de sodio en 3.166 bolsas de 25 kilos. Y en otro más, 6.370 kilos más en 318.500 sobrecitos de 20 gramos. Esta sustancia se la compraron a otro proveedor. Los Barakat cayeron en 2016, pero Exeni, hijo de una de las víctimas en Icaño, recién fue atrapado en 2018 en el «Narcogolf» de Buenos Aires.
Ante los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Catamarca, el autor de esta nota también confirmó que Exeni y Barakat Barakat habían hecho negocios juntos por lo que los precursores químicos descubiertos en la escena del doble crimen de Icaño podía ser de los dos para una operación de narcotráfico que falló, justamente, por el asesinato de la mamá del «Turco» y su padrastro.
Para el tribunal fue suficiente: el 20 de noviembre de 2018, condenó a los hermanos Barakat a 12 años de prisión. Luego, la Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal, además de confirmar las penas, también ratificó el decomiso de los bienes: entonces, el Camaro SS y el Ford Mondeo (foto de la nota) pasaron a manos del Estado para un futuro remate. Casación convalidó como prueba el testimonio ofrecido por el autor de esta nota en el juicio.
Esta semana, finalmente, la Corte Suprema de Justicia de la Nación, al desestimar la queja de la defensa, dejó firme la sentencia.
Nunca se supo, sin embargo, cuál fue el motivo del ajuste de cuentas.
Exeni tampoco dijo por qué mataron a su mamá.