Ordenan la captura internacional de «Messías Cuatro», el narco detrás de dos veleros con tres toneladas de cocaína
El juez federal Luis Antonio Armella ordenó la captura internacional de Gustavo Diego Marano Fuentes y Darío Daniel Pereyra Torres, a los que acusa de estar detrás del velero Quo Vadis con el que pretendían llevar 1548 kilos de cocaína hacia la Costa del Sol, España, pero que la Prefectura y la Gendarmería descubrieron justo a tiempo cuando conocidos suyos estaban a punto de zarpar en Belén de Escobar a la vera del río Paraná. De los dos, Marano es el que la tiene más complicada, como publicó recientemente Encripdata: un juez español también lo investiga por el velero Thorben con el que otros allegados «coronaron» 1460 kilos hace dos años en Marbella.
El 15 de febrero de 2020, cuatro tripulantes partieron en el Thorben desde Salvador, Bahía, Brasil, y llegaron el 14 de abril a la playa de Bajadilla, Marbella.
Aquel día, «Yaki_Chan» y «Messias_Cuatro» celebraron a través de Encrochat:
– Coronamos q
– Seeeee
– Ahí los tiene jajajjajaj
Para que no quedaran dudas, «Yaki Chan» le mandó a «Messias Cuatro» una foto de los 1460 kilos recién guardados en una casa de San Pedro Alcántara.
Pero cuatro días después lo perdieron todo por un descuido: los policías del Grupo de Respuesta Especializada contra el Crimen Organizado (Greco) de Costa del Sol siguieron de cerca una furgoneta con 80 kilos que los terminó por llevar hasta la casa donde todavía estaban los otros 1380 kilos custodiados por cinco hombres. Así, 43,8 millones de euros en polvo de extrema pureza terminaron en la basura. A eso le sumaron el secuestro de otra camioneta con dos fusiles de asalto M16A1, modelo creado por los Estados Unidos y usado por primera vez en la guerra de Vietnam.
Entre los detenidos no figuraba Marano. Para eso faltaba un poco.
Pero el 13 de junio de 2020, las autoridades de Francia y Países Bajos pudieron hackear Encrochat, el sistema de mensajería encriptada hasta entonces usada por 60 mil usuarios en 140 países. Así fue como el fiscal especalizado antidrogas de Marbella determinó que «Messias Cuatro» era, justamente, Marano. Si había podido estar un año fuera del radar de los policías españoles, la conversación con «Yaki Chan» con foto incluida de la droga lo puso en el centro de la escena.
Un año después, el juez central de Instrucción 4 de la Audiencia Nacional ordenó el arresto de «Messias Cuatro», su socio Germán Mesa López y 13 personas más.
Así los definió el magistrado al imputarlos: «Marano es una persona muy influyente en el tráfico de drogas a gran escala, se dedica a organizar la introducción de grandes cantidades de cocaína, destacando la introducción mediante embarcaciones recreativas, es el principal responsable de la introducción de los 1460 kilos junto a Mesa López, participa como gestante, inversor, controlador de la situación y la repartición a terceras personas en España».
«Messias Cuatro» estuvo poco tiempo en la cárcel: dos fuentes al tanto de la causa confirmaron ante Encripdata que pagó una fianza de 60 mil euros para recuperar la libertad, lo que cuestan dos kilos de cocaína al mayoreo en España. Eso sí: el juez le prohibió salir del país.
Ya en libertad, habría planeado desde España la operación Quo Vadis frustrada por los investigadores el 13 de junio a la vera del río Paraná, a la que llamaron Operación Atlantis. Según una de las fuentes, la prohibición de salir de España es lo que ahora le imposibilita regresar a la Argentina, ponerse a derecho y decir que no tiene nada que ver con la droga incautada en Belén de Escobar.
Esa es la versión que quiso hacer llegar a Buenos Aires. Sin embargo, en la investigación de los fiscales Cecilia Incardona, de Lomas de Zamora, y Diego Iglesias, de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), hay pruebas, escuchas telefónicas y hasta la declaración de Diego Xavier Guastini como narcotraficante «arrepentido», que lo incriminan.
También sobre Pereyra, el otro al que acusan de estar detrás del velero Quo Vadis. El juez Armella ya procesó a seis cómplices de Marano y Pereyra y a ellos dos los quiere indagar, por eso las órdenes de captura internacional.
El sábado arrestaron a otro acusado más. Gustavo Enrique Fabricius cayó por amor: lo atraparon cuando hablaba con su novia desde un locutorio en Ituzaingó.
Como Fabricius, Pereyra creció en Necochea. Después salió al mundo. En Marbella abrió dos restaurantes de lujo: The Point y Funny Beach. Hoy por hoy no se saben dónde está.