«Verdura», el falso espía que destapó las operaciones de los Super Mario Bros, fue condenado por narco
Sergio Cristián Rodríguez trataba de volar bajo en la zona sur del conurbano bonaerense. Tenía sus puntos de venta, sus soldaditos y un gran proveedor. Tenía, también, llegada a la Bonaerense. Y le gustaba vestirse de policía. Pero a comienzos del 2020, «Verdura», como lo conocían en Monte Grande, Don Orione y San Vicente, decidió saltar a la fama: se autoincriminó en una historia de espionaje de la política nacional. En los últimos días, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal 2 de La Plata lo condenó a pasar 10 años en la prisión y a pagar una multa de 7,9 millones de pesos por asociación ilícita, narcotráfico, lavado de activos y tenencia de arma de guerra, según el fallo al que accedió Encripdata. Además, ordenó el decomiso de una humilde casita, que servía como búnker, donde incautaron 2 kilos de cocaína y 5 kilos de sustancias de corte.
Durante el debate, Rodríguez se mostró arrepentido -aunque no declaró como tal-. Ya era tarde para hacerlo. Fue pura estrategia procesal. Como sea, los fiscales Rodolfo Molina y Diego Iglesias solicitaron sentenciarlo a 12 años tras las rejas. La defensa, por el cambio de postura, consideró suficiente 8 años de prisión.
En el banquillo de los acusados hubo otra persona: un abogado llegó imputado por pasarle información de inminentes allanamientos, pero luego lo señalaron por formar parte de la organización narcocriminal. Al final, como los fiscales no sostuvieron la acusación por el beneficio de la duda, los jueces José Antonio Michilini -que lideró el fallo-, Nelson Javier Jarazo y Germán Andrés Castelli lo absolvieron de culpa y cargo.
El juez federal de Lomas de Zamora, Federico Villena, empezó la investigación contra la banda de Rodríguez en el 2018 por actividades compatibles con el narcomenudeo en Monte Grande. Gracias a sus contactos en la Policía Bonaerense, pudo escapar tres veces de los allanamientos, pero uno a uno fueron cayendo sus satélites y hasta sus familiares. Acorralado, ofreció entregarse solo si estaba presente el magistrado. Los detectives utilizaron el UFED Cellebrite para extraer información: en su celular, «Verdura» tenía cinco fotos de Villena.
Además, en otro teléfono, descubrieron que alguien de la banda amenazó a la mamá de uno de los policías que los investigaba.
En las indagatorias, Rodríguez señaló a un hombre misterioso como su proveedor: «El peruano Jesús era el jefe de todo el tema del comercio de estupefacientes. Me vino a buscar porque necesitaba poder, yo accedí y trabajé con él. Jesús tiene gente trabajando en los monoblocks de Llavallol. El peruano nunca viene a la provincia y si lo hace, es solamente con custodia. El peruano Jesús se hace conocer como Martín. La droga siempre se la compraba a él, no le ponía sustancia de corte, pero le ponía algo que hacía que la gente quisiera seguir consumiendo. El problema es que no lo podés ubicar».
Hoy, José Antonio Palacios Calderón, tal el verdadero nombre del peruano Jesús, tiene una causa abierta en el juzgado federal de Sebastián Casanello, acusado de emplear como «mula» a la hermana de dos exjugadores de River.
Pero «Verdura» siguió hablando: como imputado, afirmó que el abogado Facundo Melo prometió darle una credencial de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) para que no tuviera problemas con los policías en sus búnkers de zona sur «a cambio de hacerle un favor»: poner una bomba casera sin detonador en la puerta de la casa donde José Luis Vila, exfuncionario del Ministerio de Defensa, había vivido alguna vez.
Y agregó: «Yo estaba vestido con remera, jean y zapatillas. No tenía gorra ni nada. Me acuerdo que no hacía frío». Sin embargo, aquel 6 de julio de 2018, el hombre que dejó el paquete en el edificio de la avenida Callao al 1200 portaba «campera oscura, pantalón claro y bufanda grande que le tapaba la cara», según la foto a la que accedió Encripdata. Esa noche hacía frío. Mucho. Bueno, era pleno invierno. Ese día hizo 9 grados de mínima y 12 grados de máxima, según el Servicio Meterológico Nacional (SMN).
El juez Villena detectó esas contradicciones, pero consideró necesario comprobar si había empleados de la AFI asociados a Rodríguez. Así descubrió a los Super Mario Bros, una banda de espías todoterreno que operó durante el gobierno de Mauricio Macri. Después, la investigación por la intimidación a Vila pasó al juzgado de Sebastián Ramos y, finalmente, ésta y otras aventuras de Mario y Luigi se unificaron en el juzgado de Marcelo Martínez de Giorgi. Hoy, «Verdura» tiene falta de mérito para procesarlo tanto como para sobreseerlo. En cambio, verdaderos espías están procesados por eso.
Como sea, el magistrado envió a juicio a la banda de Rodríguez. Según pudo reconstruir Encripdata, el tribunal, tras un juicio abreviado del 15 de septiembre del 2023, sentenció a penas de entre 3 y 6 años de prisión a 13 miembros; luego, el 22 de mayo de este año, condenó a 8 integrantes más, entre ellos a la esposa y al hijo del jefe narco.
Solo faltaba conocer la suerte de «Verdura», al que, por considerarlo el líder de la organización, los fiscales se opusieron a negociar las penas como habían hecho con el resto. Ya en el debate, se hizo cargo de los delitos imputados, dijo estar arrepentido y, especialmente, les pidió perdón a sus familiares por arrastrarlos hacia el negocio de la cocaína.
Y hubo una sentencia más: José Rubén Mujica, uno de los oficiales que tenía la misión de ir tras «Verdura», fue condenado a 6 años de prisión por un «cortito» de 6 kilos de cocaína a varios hombres peruanos en Parque Chacabuco. Para zafar, el policía y un compañero de la fuerza mostraron una orden de allanamiento que estaba vencida.
Eso hizo que cayeran dos excomisarios.