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Un paso adelante

«Bitcoins manchados con sangre»: la caída del «Croata» Rojnica por las operaciones espejo de «Bobinas Blancas»

Las condenas por narco y lavado en "Bobinas Blancas"

"Bobinas Blancas": condenas por narco y lavado. Crédito: Ministerio de Seguridad.

La Unidad de Información Financiera (UIF) solicitó la semana pasada la detención de Ivo Esteban Rojnica, alias «Croata», por maniobras de lavado de activos que afectarían el orden económico y financiero del país, pero este financista no era un desconocido para el Gobierno, todo lo contrario, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) contaba desde 2017 con información sobre sus actividades en la city porteña y, durante el juicio por «Bobinas Blancas», incluso pidió investigarlo.

En marzo de 2017, la oficina de la DEA (Drug Enforcement Administration) en Buenos Aires compartió con la Policía Federal (PFA) información sobre una operación de narcotráfico internacional en marcha: así, advirtió que una organización financiada desde México pretendía utilizar el puerto de Campana para exportar cocaína a Barcelona, España, en bobinas de láminas de acero.

En el informe, la DEA aportó los nombres de la empresa exportadora, de la importadora y de tres despachantes aduaneros, teléfonos de contacto, patentes de los autos y hasta la dirección del depósito de Bahía Blanca donde preparaban los «ladrillos».

Con semejantes detalles, al juez federal de Campana Adrián González Charvay y a los detectives de Drogas Peligrosas de la PFA les bastó solo tres meses para realizar el 18 de junio de 2017 los allanamientos, arrestar a siete involucrados y secuestrar 1376 kilos de cocaína en el depósito señalado de Bahía Blanca y otros 486 kilos en un galpón de Luján de Perdriel, Mendoza.

Rojnica hizo negocios con un condenado por lavado narco
Rojnica hizo negocios con un condenado por lavado narco. Crédito: Encripdata.

En la organización, todos tenían su rol: Max Rodríguez Córdova y Rodrigo Alexander Naged Ramírez fueron los jefes de la banda en la Argentina; Gilberto Acevedo Villanueva y Jesús Madrigal Vargas se encargaron de preparar los paquetes de cocaína; Marcelo Rafael Cuello y Darío Maximiliano Cuello, hermanos argentinos, consiguieron los autos y el galpón; el argentino Amilcar Darío Martino fue el dueño de Can Trade Connections y como tal importó las láminas de acero para que los mexicanos ocultaran allí los «ladrillos».

Por encima de todos ellos estaba alias «Licenciado», que coordinaba dos células en el país, una en Mendoza y la otra en Bahía Blanca. En el bajo mundo del narcotráfico dicen que en ese puerto, de un tiempo a esta parte, opera el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) aunque las autoridades nunca lo confirmaron.

El jefe operativo de una de esas células nunca fue enjuiciado. Lo mataron antes. La noche del 4 de junio de 2018, un sicario encapuchado ingresó al edificio de la avenida Cabildo 2659, subió hasta el piso 10, entró al departamento D y ejecutó de un tiro en la cabeza a Naged Ramírez y al hijo John Naged. Lo hizo en presencia de Julieta Bonanno, abogada argentina del narcotraficante mexicano. A la joven letrada, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal 8 porteño la condenó a cadena perpetua por «entregar» a su cliente y al hijo al misterioso sicario.

En el juicio por «Bobinas Blancas», el argentino Emmanuel García estuvo sentado en el banquillo de los acusados por realizar maniobras de lavado de activos vinculadas al contrabando de cocaína en las láminas de acero. Según el fiscal de juicio, las operaciones ilegales sumaron 468.400 dólares; según la AFIP, 818.400 dólares.

Para el fiscal de juicio Gabriel González Da Silva, García debió ser juzgado también por la operación de narcotráfico, según las pruebas recolectadas, pero como el juez de instrucción no se la imputó, «tendría que haber ido caminando a Luján para agradecerle».

Como querellante, la AFIP se encargó de explicar cómo hizo García para poner en circulación los dólares para el cártel: el «Licenciado» le enviaba los bitcoins y García le entregaba los dólares en efectivo a los mexicanos. A García no le importaba que las «monedas», como llamaba a los bitcoins, estuvieran «marcadas» o «manchadas con sangre».

En este expediente, la Policía Federal extrajó 5066 hojas de información del celular de García, en el que constaban llamadas, mensajes, audios y fotos con diversos jugadores de la city porteña, incluido un exfuncionario de alto rango de la AFIP.

Y en eso apareció Rojnica, el «Croata». Según reconstruyó el abogado de la AFIP, García, una vez que recibía los «bloody bitcoins» del «Licenciado», al menos una vez le transfirió el equivalente en dólares al «Croata» a un fondo en el exterior, este le dio el efectivo en una financiera del microcentro porteño y García, finalmente, se lo entregó a los mexicanos para pagar la logística de la operación de narcotráfico.

El 8 de mayo de 2017, García le mandó a Rojnica un Excel. Allí constaba que le había hecho tres días antes un wire (transferencia) por 100 mil dólares y que, a cambio, retiró en persona lo mismo por la financiera. Ese dinero terminó en manos de los mexicanos, según el libro de contabilidad de los narcotraficantes: «‘Chuy’ entregó 100 mil verdes y los recibió bebe el 5 de mayo».

Por el «tráfico de bitcoins», los investigadores abrieron otra causa contra García. El juez federal Julián Ercolini sobreseyó a García en los términos del artículo 336 inciso 3 del Código Procesal Penal de la Nación, es decir, porque el hecho imputado no encuadraba en una figura legal, pero el fiscal Gerardo Pollicita, apoyado por el fiscal de la instancia superior, consiguió que la Sala 2 de la Cámara Federal porteña ordenara seguir investigándolo.

Como sea, en el alegato por las «Bobinas Blancas», el abogado de la AFIP, apoyado en los mensajes entre García y el «Croata», planteó: «Rojnica también debería ser investigado porque este movimiento de dinero en la forma en el que lo mueve García sin ningún recibo y en la marginalidad total, creemos que debería ser investigado, no sé si Ivo, pero sí el dueño de la financiera, si es que no es él, lo ignoramos».

En esa línea, reiteró el pedido para que la AFIP, UIF y el Banco Central (BCRA) analizaran la información extraida del teléfono de García, el Trezor (billetera virtual de criptomonedas) y las operaciones realizadas en la financiera de la calle Maipú 311, que García usaba para montos chicos, y en la financiera de la calle Perón 346, para montos grandes, es decir, 50 mil dólares o más.

Los jueces Pablo Díaz Lacava, Pablo Candisano Mera y Pablo Larriera, del Tribunal Oral Federal (TOF) de Bahía Blanca, sentenciaron en septiembre de 2021 a tres mexicanos y tres argentinos a penas de entre 15 años y 5 años de prisión por el contrabando de 1862 kilos de cocaína y a García por el lavado de 468.400 dólares. Los magistrados, además, ordenaron que García pagara una multa de 3,7 millones de dólare -ocho veces el monto de las operaciones-, pero que empezara a cumplir la pena una vez que la sentencia estuviera firme.

Del pedido para investigar a Rojnica y otros jugadores de la city, en cambio, el tribunal hizo saber a las partes que el expediente y la documentación se encontraban a disposición a los fines que estimaran corresponder, o sea, que fueran aquellos quienes impulsaran una nueva acción penal.

A su turno, la defensa de García se había opuesto a la extracción de testimonios porque esos hechos ya estaban siendo investigados en los Tribunales Federales de Comodoro Py.

El juez Ercolini y el fiscal Pollicita no respondieron a la consulta de Encripdata sobre el estado del expediente contra García y que podría complicar a Rojnica.

Del celular de García había meses, años, de charla. En un audio al «Croata», le profesó fidelidad: «Yo solo pregunto afuera cuando vos no tenés. No me siento cómodo operando en el mercado financiero. Siempre soy fiel a mi grupo. Cuando trabajé en el Gobierno, me echaron por defender a un inocente acusado de corrupción. Si vos me decís que me cobras 3% y vale 3%, yo pago».

En otro audio, Federico Pulenta, otro jugador importante de la city, le pidió a García que se manejara con cuidado: «Se cortó che, estoy manejando, pero nos juntemos mañana, pasado, vos avisá, pero, digo, tenés que venir vos a la oficina, o sea, nada, nosotros te podemos ayudar, pero, digamos, no es fácil tu tema, así que hay que dedicarle cabeza».

A los pocos días, la Federal le tiró abajo la puerta recién blindada a García.

En su departamento, tenía 160 mil dólares en una caja fuerte.

Eso fue en junio de 2017. Recién hoy, seis años después, y por orden de otro juez federal, Federico Villena, de Lomas de Zamora, la Policía de la Ciudad arrestó a Rojnica y Pulenta.


*Encripdata reconstruyó esta historia con base a fuentes judiciales y documentos oficiales de los expedientes sobre «Bobinas Blancas», el doble crimen de Belgrano y el allanamiento a Rojnica.

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