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Un paso adelante

El Gobierno endureció los controles del fentanilo para que no sea la nueva «ruta de la efedrina»

Endurecen los controles del fentanilo para que no se convierta en la nueva "ruta de la efedrina"

La dosis letal de fentanilo es más chica que una moneda. Crédito: DEA.

Un perro de la Aduana detectó 1276 gramos de fentanilo. Estaban ocultos en una encomienda con destino a Miami. Dentro había dos bolsas más: una con 41 gramos de valium y la otra con 1586 gramos de proteínas. Todo en pastillas. Eso sucedió el 24 de septiembre de 2022 en el aeropuerto internacional de Ezeiza. Ahora, un año después, la Aduana creó un registro para el comercio internacional de este opioide sintético. El objetivo: evitar la ruta del fentanilo a los Estados Unidos.

A partir de ahora, quienes deseen importar o exportar fentanilo deberán presentar una declaración anticipada jurada de fentanilo o sales de fentanilo.

La autoridad de aplicación será la Anmat porque el fentanilo y sus sales tienen uso de carácter medicinal, por ejemplo las ampollas de fentanilo se utilizan en las unidades de terapia intensiva (UTI/UCI).

La Aduana decidió que las operaciones internacionales de este opioide sintético y sus sales sean controladas por el canal rojo. Así, una vez aprobada la DJF, el Servicio Aduanero, a través de los agentes verificadores, realizarán un control documental y físico de la mercadería, es decir, especie, calidad y cantidad de la misma, sin excepción.

De esta manera, el Gobierno busca evitar el contrabando de fentanilo hacia Europa y, principalmente, hacia los Estados Unidos, donde padecen hace muchos años una crisis de salud pública, ya sea por su consumo problemático o recreativo. En 2021 fallecieron 107 mil personas por sobredosis. El 66% fue por este opioide sintético.

La Argentina ya sufrió las consecuencias del desvío de este tipo de drogas: el 2 de febrero del 2022 murieron 24 personas en Puerta 8 y alrededores por consumir cocaína sin saber que estaba cortada con carfentanilo.

Si el fentanilo es 100 veces más potente que la morfina y 50 veces más que la heroína -según la Drug Enforcement Administration (DEA)-, el carfentanilo es 100 veces más potente que el fentanilo. Aunque la Justicia desarticuló a la organización que provocó este desastre, hasta hoy es un misterio cómo llegó este sedante de elefantes a una de las villas más pobres del conurbano bonaerense.

Algo parecido ocurrió a principios de siglo con las metanfetaminas. En aquella época, Estados Unidos consiguió que México y Canadá restringieran al máximo la importación de efedrina, un precursor químico para elaborar las meths, ice o crystal, pero los cárteles mexicanos bajaron desde 2003 a la Argentina para triangular el contrabando.

Cuando el gobierno de Cristina Kirchner reaccionó, en septiembre del 2008, por el país ya habían circulado libremente 47 toneladas de efedrina, a sola firma de la Sedronar y la Aduana, un cártel mexicano había instalado el primer laboratorio de metas a una hora de la Casa Rosada y, en todo ese contexto, los argentinos se despertaron con el triple crimen de General Rodríguez: los asesinatos a sangre fría de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina.

Ahora, el objetivo es que el fentanilo no sea la nueva efedrina en la Argentina y que la historia no se repita.

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