«Cuenta de mail no localizada»: la manera con la que beneficiaron al jefe de Inteligencia de Gendarmería por el armado de una causa narco
Aquel 23 de mayo de 2017 pasó lo que casi nunca: los jueces del tribunal de Salta, después de escuchar a un gendarme como testigo, ordenaron allanar de urgencia su lugar de trabajo, la Unidad Especial de Procedimientos Judiciales (Uesprojud) de Orán para secuestrar elementos que no habían sido agregados al expediente contra el clan Andrada. Tres semanas después, los magistrados decidieron anular todo porque, como demostraban esas pruebas novedosas, otros gendarmes habían armado esa causa. En consecuencia, los narcos fueron absueltos. Aquel día terminó esa historia y comenzó otra.
En ese allanamiento, el fiscal de juicio Carlos Amad encontró el mail enviado el 16 de septiembre de 2009 por el gendarme Favio Waldo Benegas a su superior Ricardo Daniel Castillo, jefe de esa Uesprojud.
El correo rezaba: «Daniel: te adjunto el posible texto de la denuncia anónima que enviaríamos por mail para comenzar el trabajo. Notarás que es un poco larga, pero es a los efectos de introducir la mayor cantidad de teléfonos y que de esta manera se nos faciliten las cosas para obtener elementos de forma rápida que nos permitan sostener y avanzar en la investigación hasta encontrar los nuevos teléfonos que están usando y los domicilios. Evalualo con el doctor Reynoso y si deciden que es viable, lo enviaríamos al correo de la Dirandro, y el impreso del correo te lo enviaríamos a vos por expediente para que realices la presentación en la justicia jurisdiccional. También pensé en hacer un escrito para que vos lo presentes con tu firma, como obtenido de un análisis, pero a futuro nos pueden objetar de donde obtuvimos los números telefónicos, que son muy precisos. Quizás la fuente de donde provienen sea el origen de una futura nulidad. A un anónimo nadie lo objeta. No obstante, espero tu respuesta de la entrevista con el doctor Reynoso. Te mando un abrazo, nos mantenemos contacto. Favio Benegas».
En ese posible texto de la denuncia anónima, con la excusa de «haber trabajado para ellos por buena plata», pero no le cumplieron, el denunciante marcó, entre otros, al «Gayo» (sic) de Frías, Santiago del Estero, y anotó no uno ni dos sino ocho teléfonos de los integrantes de la banda.
Ahora, Benegas, el que armó esa denuncia anónima trucha, es ni más ni menos el jefe de la Dirección de Inteligencia Criminal de la fuerza. Hoy, Castillo, el que la recibió, es el jefe de operaciones de la Región IV -Salta, Jujuy, Tucumán y Santiago del Estero-.
Pero ahora, también, el juez federal Julio Bavio puso todo en duda: Encripdata pudo saber que el 11 de marzo dictó la falta de mérito para procesar o sobreseer a Benegas y Castillo y, en consecuencia, contradijo la decisión del tribunal que en el 2017 absolvió a Claudio Alejandro Andrada, alias «Gallo» o «Piturro», y quince personas más.
Para eso, tuvo en cuenta dos cosas: por un lado, la duda creada por Benegas al decir que la cuenta desde la que se envió el mail no era de su propiedad y por otro lado, el oficio de la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (Ufeci), a cargo de Horacio Azzolin, en el que informó, con base a la respuesta de Microsoft Corp del 20 de diciembre de 2017, que «no se pudo localizar la cuenta de mail» adjudicada a Benegas ni se pudo identificar redes sociales u otros correos electrónicos relacionados a Benegas, Castillo, el gendarme testigo Sergio Nicolás Guaymas y el exjuez federal Raúl Reynoso, que llevó adelante en el 2009 la instrucción del expediente contra el clan Andrada, que el tribunal de Salta, finalmente, anuló en el 2017.
De todas maneras, los narcos no se salieron con la suya: en otro juicio, los integrantes de otro tribunal de Salta condenaron al «Gallo» Andrada a 18 años de prisión por mover kilos y kilos de cocaína entre Bolivia, Salta, Santiago del Estero y Buenos Aires.
Condenado y enfermo, Andrada falleció el 25 de octubre de 2021 en la cárcel. Tenía 43 años.
Al exjuez Reynoso también lo condenaron por irregularidades en otras causas narcos, pero cada tanto lo benefician con salidas excepcionales para visitar a su esposa enferma en la casa, como el domingo pasado.
Lo que no tuvo en cuenta el juez Bavio fue la línea temporal de los hechos: tras el mail del 16 de septiembre de 2009, en el que Benegas le envió el texto de la denuncia anónima a Castillo, un tal Ismael mandó cuatro días después un correo a la dirección oficial de la Gendarmería con una «denuncia idéntica» a la anterior. Con esos datos, el por entonces juez Reynoso abrió la investigación. Todo eso quedó guardado por ocho años en la Uesprojud de Orán. Por eso, en pleno juicio, cuando el tribunal aceptó allanar esa sede de la fuerza, por confesión de parte del suboficial Guaymas, el fiscal Amad encontró, entre otras cosas, el mail de Benegas a Castillo que no era otra cosa que la denuncia anónima trucha en la que el propio Benegas, ahora jefe de Inteligencia, le explicaba a Castillo por qué lo mejor era proceder de esa manera: porque «a un anónimo nadie lo objeta».
Para despejar sus dudas antes de definir el futuro de los acusados, el juez Bavio planteó dos medidas de prueba: le solicitó a la Ufeci un informe sobre la cuenta de mail desde la que el tal Ismael formalizó la denuncia anónima y le ordenó al tribunal que absolvió a Andrada y su clan que le envíe todos los elementos secuestrados en el allanamiento a la Uesprojud de Orán.
Los fiscales Amad, Eduardo Villalba y Diego Iglesias podrían apelar la falta de mérito aplicando sobre los elementos probatorios una técnica valorativa articulada y contextual en vez de aislada y fragmentada o podrían proponer otras medidas de prueba para fortalecer la acusación fiscal.
Si en el primer informe dijo que no había redes sociales asociadas a los imputados, el fiscal Azzolin podría adjuntar en el próximo oficio de la Ufeci los datos sobre esta cuenta de Twitter en la que, al cierre de esta nota, todavía se podían ver los mensajes compartidos por el jefe de Inteligenia de Gendarmería sobre procedimientos de su fuerza, como el operativo Remolque Narco del 20 de febrero del 2017, u otros hechos por el Ministerio de Seguridad.
El fiscal Amad encontró el 23 de mayo de 2017 en la Uesprojud de Orán la prueba determinante por la que Benegas fue indagado este año.
Dos días después, el gendarme dejó de escribir en Twitter.