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El hilo invisible entre el crimen y el poder

El último vuelo de Bilbao: una tonelada de cocaína, tres avionetas y la marca del «Rey del Sur»

El último vuelo de Bilbao: una tonelada de cocaína, tres avionetas y la marca del "Rey del Sur"

Una tonelada de cocaína, tres avionetas y la marca del "Rey del Sur". Crédito: MinSeg.

El lunes, mientras caía la tarde, los gendarmes reportaron tres incidentes de tránsito aéreo irregular (TAI) en la región del triángulo sojero: tres avionetas sin hoja de ruta volaban bajo entre Santa Fe y Buenos Aires. Una les llamó por demás la atención: se acercaba a la zona donde esperaba, impaciente, un tal Pablo Aranda en una camioneta monitoreada con GPS. Cuando hicieron match, lo cortaron, pero a bordo, no sabían, también estaba Brian Walter Bilbao, uno de los narcotraficantes más buscados del país, por el que la provincia ofrecía 50 millones de pesos, un precio muy bajo para alguien que movió, esa misma noche, 956 kilos de cocaína.

La segunda aeronave se perdió en el horizonte luego de bombardear parte de ese cargamento. A la mañana siguiente, los gendarmes incautaron la tercera avioneta, abandonada en un camino de tierra de Arequito, una localidad ubicada a 78 kilómetros al suroeste de Rosario, chocada pero no incendiada y con un bolso verde y 60 kilo.

Los fiscales federales Matías Scilabra, de Rosario, y Diego Iglesias, de la Procunar, llegaron hasta «Negro» Bilbao tirando del hilo del TAI del 30 de octubre de 2024 por el que arrestaron al coronel retirado de la Fuerza Aérea Boliviana, Oscar Armando Caba Hurtado, cerca de una aeronave accidentada con 475 kilos de cocaína en Luis Palacios, un paraje rural ubicado a 30 kilómetros al noroeste de Rosario.

Encripdata pudo reconstruir que los fiscales relacionaron la aeronave de Caba Hurtado con un teléfono que impactaba en antenas de la zona del aterrizaje, luego con el tránsito aéreo irregular de un piloto peruano y otro boliviano detenidos el 3 de junio de este año en Estación Díaz, luego uno de sus celulares con este tal Aranda, luego le colocaron un GPS a la camioneta y finalmente, cuando fueron a arrestar a este hombre, se toparon con Bilbao.

Los «ladrillos» del cargamento tenían dos stickers: Rey del Sur y Chanel. El sello en bajorrelieve indica el proveedor y el sticker en envoltorio, el cliente, advertencia para las organizaciones criminales dedicadas a los «vuelcos» en los puertos. El robo es una condena a muerte.

El 14 de septiembre, policías de Santa Fe arrestaron a Waldo Alexis Bilbao, hermano del «Negro», queriendo escapar por el ducto de ventilación de un departamento a solo cinco cuadras del Monumento a la Bandera.

En su época de esplendor, los Bilbao estaban asociados con una banda criminal de Medellín, representada por Santiago Arbelaez Zapata y Julián David Correa Posso, mecánicos de aviones, y Juan Manuel Gómez Orrego, piloto.

Uno de los investigadores explicó a Encripdata que los Bilbao ofrecían el servicio de bajada por 5400 dólares el kilo de cocaína en las afueras de Rosario, Córdoba y Buenos Aires y otro grupo ofrecía la subida a los puertos de la Hidrovía.

Para lavar los millones, los Bilbao contaban con un conglomerado de empresas, algunas clásicas, como los locales gastronómicos y las concesionarias de autos, una importada de la época de Escobar en Medellín, como la explotación de licencias de taxis, y otra que causó preocupación en el mundo de los medios de comunicación, por las inversiones en los teatros de Vorterix de Rosario y Mar del Plata.

Así, en los últimos dos meses, la banda criminal de Medellín asociada al grupo de los Bilbao no solo perdió a los jefes de la conexión local sino también varios elementos de la ruta más costosos que la cocaína misma: dos avionetas, dos pistas de aterrizaje y, especialmente, los campos de Eduardo Del Piano.

Les queda su anonimato, garantía de libertad.

Y eso es mucho. Por ahora.


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