Encripdata

El hilo invisible entre el crimen y el poder

Arrestan a «Harry» Zabaleta por hacerse pasar por Los Monos para sacarle más plata del secuestro a la familia de Tallone

"Harry" Zabaleta se hizo pasar por Los Monos para sacarle más plata del secuestro a los Tallone

"Harry" Zabaleta se hizo pasar por Los Monos en el caso Tallone. Crédito: Encripdata.

La división Delitos Fiscales de la Policía Federal arrestó a Mauricio Zabaleta, alias «Harry», por hacerse pasar por los secuestradores de Gastón Tallone, extorsionar a la familia e intentar sacarle más plata -con diálogos revelados en septiembre por Encripdata-, mientras el empresario portuario era víctima de un secuestro trágico pero a manos de Los Monos por robarles 340 kilos de cocaína. «Harry» es hermano de Juan Zabaleta, más conocido como «Juanchi», exintendente de Hurlingham y exministro de Desarrollo Social del gobierno de Alberto Fernández.

La historia del secuestro comenzó a gestarse a mitad del 2023 cuando una organización criminal arrojó papelitos en las puertas de la casa de Tallone y la de su amigo José Uriburu. Tenían el mismo mensaje: «Con la mafia no se jode». Después les prendieron fuego los autos. A eso les siguieron tiros. Peleados por el control de la Terminal Portuaria Concepción del Uruguay (TPCU), en plena Hidrovía, Uriburu intentó que Tallone solucionara el problema al que lo había arrastrado. Él buscó otra salida.

Como reveló Encripdata, Uriburu, amenazado por Los Monos, le rogó a Gustavo Juliá, famoso por aterrizar un jet con 944 kilos de cocaína en 2011 en España, que intercediera por él. Así, levantó el teléfono: «la mafia», le dijo, lo perdonaría, pero, primero debería ir a la cárcel para hablar con Ariel Máximo «Guille» Cantero. En total, Uriburu lo visitó 17 veces en Marcos Paz. En uno de los últimos encuentros, lo puso a prueba: su vida a cambio de la de Tallone.

El 8 de julio de 2024 fue la emboscada: convocado por sus socios, a Tallone lo obligaron a subir a un Volkswagen Gol Trend color gris plata en la zona del Abasto, Ciudad de Buenos Aires. Los investigadores pudieron reconstruir que los secuestradores mantuvieron cautivo a Tallone al menos una noche en Ingeniero Maschwitz. Allí se perdió el rastro. Para siempre.

El juez federal Pablo Seró investigaba desde 2019 a Tallone por maniobras de lavado de activos, narcotráfico y contrabando en la zona del puerto de Concepción del Uruguay. Fue así que el 11 de julio de 2024, cuando revisaron las escuchas diferidas, la Prefectura se enteró que una organización narcocriminal había secuestrado tres días antes a Tallone en la zona del Abasto, Ciudad de Buenos Aires.

Pero mientras Los Monos se cobraban la deuda por el robo de la cocaína, varios amigos del propio Tallone se pusieron de acuerdo para sacarles más plata a la familia de alguna u otra manera, ya sea haciéndose pasar por los secuestradores, proponiendo armar un equipo de búsqueda, ofreciendo custodia o acercando a un abogado, con la condición de pagar por adelantado. Tenían un dato: peleados por el control de terminal portuaria, la víctima, supuestamente, se quedó con «800 lucas verdes estancadas» que «le cagó a Uriburu», pero por el rescate, solo entregó 100 mil.

Entonces, los propios amigos de la víctima pretendían quedarse con el resto, como demuestra la siguiente escucha telefónica a la que tuvo acceso Encripdata:

-Está guardado el gordo, lo tiene Uriburu.
-Vamos a ser sinceros, el gordo está muerto, boludo, qué guardado…
-No, boludo, no, el gordo está guardado, te lo digo yo y por lo que dice el custodio.
-Para mí, el gordo es boleta, boludo.
-No lo van a boletear, si pone la guita, no lo boletean.
-La guita no la va poner, boludo.
-El custodio está esperando que le digan: ‘Bueno, decime cuánto tengo que llevar y adónde’, ¿entendés? Está para hacerle una, pero es muy jodido eso.
-¿Es muy jodido qué cosa?
-De hacer esa movida porque qué sabe quién lo llama, lo llaman de un teléfono x, compra dos chips.
–Como hice yo recién.
-Claro. Che dejá la plata en tal lado y en 24, en 12, en 3 horas está él afuera, dejá 200 mil en tal lado, chau. El tema es cómo lo levantamos después.
-Al que lo tenés que correr es al custodio: ‘Eh abrí más el juego’.
-Decime que yo no le tengo mucha confianza al poli y a su gente, viste, porque si no la hago, operan bien porque cortan a la gente de verdad, te digo porque los conozco, son pesados de verdad, son canas.
-Y sí, qué se yo, viste, es medio raro, yo tengo el mensaje preparado para mandárselo, no se lo mando, entonces.
-Sí, igual, ¿qué tiene que ver una cosa con la otra? Sí está bárbaro el mensaje, boludo, está precioso. Se van a cagar más, sobretodo el consuegro, que es un cagón.

El 11 de julio, a las 14 horas, «Harry» Zabaleta colocó un chip nuevo y, según las constancias del expediente, amenazó al consuegro de la víctima: «Ya mandamos de gira a Tallone. La deuda sigue, más te vale que vos y todos junten la plata. El sábado empiezan los tiros de nuevo. O pagan con plata o con la sangre de tu familia. Caminaron este tiempo y se acabó. Paguen, sorete». Después, volvió a su línea habitual, desde la cual, sin saber que estaba intervenida, reconoció: «Como hice yo recién».

Por el secuestro con final incierto, el juez Seró procesó con prisión preventiva a José Uriburu y Juan Carlos Miró, los socios que le tendieron la trampa a Tallone por orden de Los Monos; ordenó la captura de Juliá; y solicitó medidas para tratar de identificar a las dos personas que llevaron a la víctima hasta Ingeniero Maschwitz con la plata del rescate en las manos.

Después, como la emboscada sucedió en Ciudad de Buenos Aires, declaró la incompetencia de su juzgado. El 9 de enero, Seró cayó al vacío desde la terraza del edificio donde vivía la madre. La fiscal María Occhi comenzó a investigar las circunstancias alrededor de la muerte.

Una vez el expediente en jurisdicción porteña, la jueza federal María Servini y el fiscal Carlos Stornelli pudieron identificar a las últimas dos personas que estuvieron hasta el final con Tallone: Alejandro Ficcadenti y Sergio Di Vanni, integrantes de La Banda de la Lepra de Newell’s. «Rengo» y «Bebé» se hicieron conocidos por poner la cabeza de un chancho con una bala en la puerta de la inmobiliaria de la familia de Ángel Di María, todo para que el campeón con la Selección argentina no vuelva a vestir la camiseta de Rosario Central.

Con el secuestro de Tallone casi resuelto, las autoridades ahora avanzaron sobre el grupo de amigos que se pusieron de acuerdo para acompañar a la víctima al cementerio, pero solamente hasta la puerta.

«Harry» fue el más rápido, pero no el único.


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