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El hilo invisible entre el crimen y el poder

Efecto «Guille» Cantero: el Gobierno elimina beneficios para presos por cambios de identidad de género

"Guille" Cantero, jefe de "los Monos" y dueño de Rosario

"Guille" Cantero, jefe de "los Monos" y dueño de Rosario. Crédito: Ministerio de Seguridad.

Durante la ceremonia de Entrega de Sables y despachos de las Fuerzas Armadas (FFAA), el presidente Javier Milei anunció este martes que les prohibirá a los internos a disposición del Servicio Penitenciario Federal (SPF) acceder a mejores condiciones de detención, como la ampliación de las visitas familiares o el traslado a unidades de otro sexo, a partir de los cambios en la identidad de género.

«Tan sólo la semana pasada se supo que el jefe de la banda de Los Monos pidió diez hábeas corpus para cambiarse de género y poder recibir visitas de hombres. Sólo en un país cuyos valores han sido profundamente trastocados puede permitirse semejante barbaridad», advirtió.

A principios de año, tras el cambio de gobierno, Patricia Bullrich sumó al Ministerio de Seguridad dos áreas que estaban en el Ministerio de Justicia: el Programa Nacional de Protección a Testigos e Imputados y el Servicio Penintenciario Federal.

Y, en enero del 2024, implementó el Sistema Integral de Gestión para Personas Privadas de la Libertad de Alto Riesgo en Ezeiza y Marcos Paz, las dos principales unidades del SPF, para evitar que las organizaciones criminales gobiernen las dos principales unidades del SPF, como ocurre en otros países de América Latina.

A partir de entonces, el SPF individualizó a los internos que tienen capacidad de fugarse o generar violencia en las ciudades, y los separó del resto de la población carcelaria. A los presos de «alto riesgo» les redujo las visitas -solo familiares directos y excepcionalmente, allegados, en estos casos con contacto diferido-, controló las llamadas -solo realizar, pero no recibir y los abonados habilitados enlistados-, minimizó los traslados y prohibió las entrevistas con los medios.

El 90 por ciento de los presos de «alto riesgo» proviene de Rosario, donde nació el clan Cantero, la línea fundadora de Los Monos, la principal organización criminal argentina. El gobernador Maximiliano Pullaro replicó este sistema en las cárceles de Santa Fe. Entre Nación y Provincia lograron reducir drásticamente los homicidios dolosos en la ciudad cuna de la Bandera.

Este 14 de febrero, Ariel Máximo «Guille» Cantero puso en jaque el férreo control para los presos de «alto riesgo» sin disparar un solo tiro: simplemente, aplicó pensamiento lateral para resolver el problema de manera creativa, en una charla que tuvo con la asistente social, como pudo reconstruir Encripdata:

-Me dijeron que no puede ingresar más nadie, ni amigos ni parientes, familiar directo nada más, pero, escuchá, ¿y si, entonces, yo te declaro que soy bisexual?
-Ah ¿me vas a mentir ahora?
-Y… pero si ustedes… son las opciones que me dejan, ¿cómo voy a hacer sino?
-Y, bueno, decime el vínculo, entonces, ¿con quién lo querés tener?
-Con ‘Benego’ y con la Sole.

Y aquel Día de los Enamorados, el sistema le dio la razón: habilitó a Jorge Ramírez, alias «Benego», y Soledad Galarza a visitarlo.

Su despertar bisexual duró dos meses: el 24 de abril, el juez federal Jorge Rodríguez y los fiscales Sebastián Basso, de Morón, y Diego Iglesias, de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), le prohibieron a «Guille» Cantero recibir a aquellos o hablar por teléfono con familiares directos, allegados y amigos, los transmisores de sus órdenes para continuar al frente de la organización.

Ahora, el presidente Milei anunció que hará extensiva esa decisión a todos los internos del SPF. No solo el líder de Los Monos hizo abuso de la Ley 26.743 de Identidad de Género. Recientemente, un preso acusado por violencia de género dijo sentirse mujer para que no pudieran juzgarlo por ese delito, solicitó el traslado a una cárcel de mujeres y allí violó y embarazó a una interna.

A principios de año, cuando el magistrado ordenó que Cantero solo pudiera comunicarse con sus abogados, Encripdata advirtió que esa situación era de doble filo. El tiempo puso las cosas en su lugar: José Uriburu, señalado por el robo de 340 kilos de cocaína, visitó 17 veces a «Guille» en la cárcel de Marcos Paz para intentar solucionar el problema, de vida o muerte.

Las visitas empezaron en 2023 y continuaron este año, cuando ya estaba vigente el sistema para presos de «alto riesgo». Para poder sortear este obstáculo, Uriburu se presentó una y otra vez en su condición de abogado con la excusa de arreglar los términos de una posible representación en causas penales.

Pero arreglaron otra cosa. Sabiendo que su visita tenía llegada a la política nacional, «Guille» le ordenó transmitir un mensaje: «Que me mejoren las condiciones de detención y yo paro el baño de sangre». Dicen que así consiguió volver a ver a sus hijos. Al final, Cantero puso a prueba a Uriburu: su vida a cambio de la de Gastón Tallone, el otro señalado por la desaparición del cargamento.

Acorralado, Uriburu no pudo, no supo o no quiso salir de esa encerrona: acompañado a sol y sombra por dos «fusibles» rosarinos y por Gustavo Juliá, se reunió varias veces con Tallone. Primero logró que devolviera parte de lo robado. Pero eso no bastó. Los Monos no perdonan: tenía que «entregarlo».

Desde este 8 de julio, nada se sabe de Tallone.

Cada vez más abogados son parte del problema.


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