La Corte dejó firme la prisión preventiva del espía Martins por explotación sexual en sus prostíbulos porteños
Por segunda vez en lo que va de agosto, el espía Raúl Martins, detenido en México, recibió una mala noticia desde la Argentina: la Corte Suprema de Justicia de la Nación rechazó este jueves el recurso extraordinario presentado por la defensa y, en consecuencia, dejó firme el procesamiento con prisión preventiva en su contra como jefe de una asociación ilícita que se dedicó a la «explotación del ejercicio de la prostitución ajena» en Buenos Aires, según el fallo al que accedió Encripdata.
Los «supremos» Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti desestimaron la queja por cuestiones técnicas del recurso extraordinario, que ya había rechazado la Sala I de la Cámara Federal porteña y la Sala IV de la Casación Penal, por lo que a Martins, extradición mediante, solo le queda sentarse en el banquillo de los acusados en los Tribunales Federales de Comodoro Py.
A principios de agosto, los camaristas Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi rechazaron el planteo de sobreseimiento por prescripción de la acción penal, es decir, por el simple paso del tiempo. Además, recordaron lo obvio: que Martins está acusado de cometer hechos que «supone la infracción de múltiples delitos contra la libertad, la integridad sexual y la dignidad» y que de todos esos, el delito más gravoso, es el de trata de personas con explotación consumada, con penas en expectativa de hasta 10 años de prisión y llegado el momento del juicio, si el fiscal pudiera demostrar que entre las víctimas hubo menores de edad, podría aumentar a 15 años de prisión.
Al ordenar la captura internacional, la juez federal María Servini le reprochó a Martins la «explotación del ejercicio de la prostitución ajena y lavado de activos», lo mismo que hacía en Cancún, México, hasta el 3 de octubre de 2019 en el que finalmente cayó con remera, anteojos de sol y peluca, recuerdos de un pasado mejor como espía al amparo de sus contactos en la vieja Secretaría de Inteligencia (SIDE) y los Tribunales Federales de Comodor Py.
Los fiscales Federico Delgado, Alejandra Mangano y Marcelo Colombo -los dos últimos de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex)- tienen pruebas de que el espía lideró una red de trata a través de sus diez «whiskerías» que no eran otra cosa que prostíbulos: Hot Area (Juan B. Justo 5302), Top Secret (Artigas 1444), Anchorena Swinger Club (Anchorena 1121), Brut (Vicente López 2257), Fama (Rivadavia 7373), Oba-Oba (Rivadavia 2434), Hippopotamus (Junín 1787), Aproach (San Martín 957), Extra Brut (Las Heras 2311) y Sweet Club (Chacabuco 160), a solo cuatro cuadras de la Casa Rosada.
Martins no actuó solo: también esperan el juicio su pareja Estela Percival, su suegra Virginia Solís y policías que lo protegieron durante varios años. Ella viven en Cancún, donde esperan en libertad el juicio.
Además de policías puntuales, el espía contaba con la protección de la SIDE. Otro espía reconoció ante Encripdata algo que era un secreto a voces: que «la Casa» puso cámaras y micrófonos en Top Secret para extorsionar a clientes VIP.
Pero una mujer de su familia se animó a denunciar lo que por años sino década sucedió en aquellos prostíbulos: fue Lorena, ni más ni menos que la hija. El asco que le producían todas las historias que se contaban sobre su padre fue más grande que el miedo y las amenazas. Tras denunciarlo en los tribunales federales, se fue del país para no sufrir represalias.
Tras años de protección en la Argentina y México, elementos del Instituto Nacional de Migración (INM) lo arrestaron el 3 de octubre de 2019 en Cancún. Desde entonces, sus abogados plantearon todo tipo de quejas contra la extradición.
De la Suprema Corte de México depende la entrega del espía a las autoridades argentinas para que, después de tres años de demora, empiece el juicio.