Encripdata

El hilo invisible entre el crimen y el poder

«A un anónimo nadie lo objeta»: indagaron al jefe de Inteligencia de Gendarmería por armarle una causa a «Gallo» Andrada

Indagaron al jefe de Inteligencia de Gendarmería por armarle una causa al narco "Gallo" Andrada

Indagaron al jefe de Inteligencia de Gendarmería por armar una causa narco. Crédito: Gendarmería.

«Daniel: te adjunto el posible texto de la denuncia anónima que enviaríamos por mail para comenzar el trabajo». Por ese correo, enviado en 2009, el juez federal de Salta Julio Bavio indagó en los últimos días a los dos gendarmes involucrados y también al exmagistrado que, a partir de esa falsa denuncia anónima, abrió una causa contra un narcotraficante, pero que un tribunal, por esa irregularidad, debió anular por completo muchos años después. Las vueltas de la vida quisieron que los dos uniformados acusados ahora ocupen cargos muy importantes en la fuerza: según le confirmaron fuentes judiciales e internas a Encripdata, Ricardo Daniel Castillo, el que recibió ese mail, es el jefe de operaciones de la Región IV -Salta, Jujuy, Tucumán y Santiago del Estero- y Favio Waldo Benegas, el que armó esa denuncia anónima trucha, es ni más ni menos el jefe de la Dirección de Inteligencia Criminal.

Todo comenzó el 16 de septiembre de 2009 cuando Benegas le mandó el mail «trabajo futuro» a Castillo, jefe de la Unidad Especial de Procedimientos Judiciales (Uesprojud) de Orán, Salta. Rezaba: «Notarás que es un poco larga, pero es a los efectos de introducir la mayor cantidad de teléfonos y que de esta manera se nos faciliten las cosas para obtener elementos de forma rápida que nos permitan sostener y avanzar en la investigación hasta encontrar los nuevos teléfonos que están usando y los domicilios. Evalualo con el doctor Reynoso y si deciden que es viable, lo enviaríamos al correo de la Dirandro, y el impreso del correo te lo enviaríamos a vos por expediente para que realices la presentación en la justicia jurisdiccional. También pensé en hacer un escrito para que vos lo presentes con tu firma, como obtenido de un análisis, pero a futuro nos pueden objetar de dónde obtuvimos los números telefónicos, que son muy precisos. Quizás la fuente de donde provienen sea el origen de una futura nulidad. A un anónimo nadie lo objeta. No obstante, espero tu respuesta de la entrevista con el doctor Reynoso. Te mando un abrazo, nos mantenemos contacto».

Con semejante prueba en las manos, los fiscales Carlos Amad, Eduardo Villalba y Diego Iglesias le solicitaron al juez Bavio las indagatorias de Reynoso, Castillo y Benegas. Y eso fue, justamente, lo que sucedió en los últimos días.

El 4 de febrero, el exjuez Raúl Reynoso le pidió al juez Bavio «tener a la vista la causa ‘Andrada’ porque es imprescindible compulsarla para dar más explicaciones» sobre sus resoluciones al decir que en aquella época tenía en su despacho alrededor de 8 mil causas en trámite. De todas maneras, justificó su desempeño al asegurar que «siempre se le dio inmediata participación al Ministerio Público Fiscal (MPF)», como si eso alcanzara para garantizar el control de legalidad. De hecho, el acusado ya tiene una condena en su contra a 13 años de prisión por armar otras causas a otros narcos para luego exigirles plata.

El 8 de febrero, el comandante mayor Castillo, acompañado por un abogado de la fuerza, declaró: «Desconozco las circunstancias de lo que me acaba de mencionar respecto al correo electrónico. Y con relación a las circunstancias, tampoco me constan, las desconozco. En esa época fui objeto de amenazas, daños contra mis bienes y persona, cuando cumplía servicios en el norte. Estos hechos están debidamente denunciados en la justicia federal de Orán».

Al día siguiente, el comandante mayor Benegas, asistido por el mismo abogado que Castillo, apeló a su carrera dentro de la fuerza para rechazar el delito imputado: «Niego totalmente la autoría de esa denuncia que me acaba de leer y la cuenta de correo que me acaba de leer no es de mi propiedad ni titularidad. Mis cuentas de correo son del servidor Google y la cuenta oficial de Gendarmería. Esta situación en la que me veo involucrado y que tuvo amplia repercusión en medios de comunicación nacionales y provinciales desde 2017 me produjo mucho daño. Siempre fui un funcionario que desarrolló sus actividades profesionales en el marco de la ley. Prueba de esto es mi legajo personal. En 35 años de carrera no registro ninguna sanción disciplinaria, cuestión que se podría hasta denominar extraña o rara en la carrera de un gendarme. En 35 años de servicio solo registro un día de parte enfermo, en 35 años solo falte un día. Siempre fui un funcionario dedicado a la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado».

Pero ese mail, esa falsa denuncia anónima, existe. De hecho, fue la prueba para anular un juicio contra Claudio Alejandro Andrada, alias «Gallo» o «Piturro». El fiscal Amad, que acusaba al clan Andrada, tuvo que allanar de emergencia en el 2017 la Uesprojud de Gendarmería en Orán a partir de los dichos de otro gendarme que intervino en esa causa. Y en esa base, encontró el correo en cuestión.

Aquel año, el tribunal anuló el juicio al clan Andrada.

Pero también ordenó investigar a los gendarmes.

Y eso sucedió en los últimos días: pero ni Benegas ni Castillo explicaron cómo, si no fueron ellos, ese mail llegó a la base en la que trabajaban; cómo, si no fueron ellos, ese mail fue usado por el por entonces juez Reynoso para abrir, casi que en la misma fecha, el expediente contra el clan Andrada y cómo, si no fueron ellos, ese mail todavía estaba guardado en la base cuando el fiscal la allanó.

Otro tribunal de Salta condenó al «Gallo» Andrada a 18 años de prisión por triangular cocaína entre Bolivia, Salta, Santiago del Estero y Buenos Aires. A los 43 años, el jefe narco murió el 25 de octubre de 2021 en prisión.

En la Argentina del revés, el clan Andrada tiene el récord -al menos en hechos demostrados- de haber sido extorsionado de principio a fin: en el norte, por la banda del juez Reynoso; en la provincia de Buenos Aires, dos veces por la banda de Claudio Scapolan, el fiscal que, de hecho, quedó grabado recibiendo de parte de un policía una bolsa de nylon con dinero en un estacionamiento luego de extorsionar a una de las hijas del «Gallo» y el marido.

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