«Febrero Blanco»: confirmaron la condena a la banda de los concejales narcos de Salta
La Sala III de la Cámara Federal de Casación Penal confirmó el martes la sentencia a los integrantes de la banda liderada por dos exconcejales salteños, Gabriel Alejandro Maurín y Mauricio Gerónimo, por contrabandear 247 kilos de cocaína facilitada por el narcotraficante boliviano Wilson Maldonado Balderrama, alias «W» o «BMW», por las iniciales de su nombre al revés.
Los camaristas ratificaron las condenas que el Tribunal Oral en lo Criminal Federal 1 de Salta había impuesto el 2 de octubre de 2018 al exconcejal Gabriel Alejandro Maurín, su hermano Rubén Alfredo Maurín y Sergio Rafael Velarde a 14 años de prisión; a José Martín Melgarejo, Francisco Javier Escudero y Rubén Darío Velarde, a 12 años; y a Jesús Sebastián Gerónimo, a 9 años.
Mauricio Gerónimo, concejal de Salvador Mazza hasta el momento en que la Gendarmería activó «Febrero Blanco», todavía no fue enjuiciado porque en 2016 se escondió en Bolivia, donde cayó en 2019, por lo que el tribunal deberá realizar un nuevo debate para el legislador destituido por este caso.
Todo comenzó el 14 de mayo de 2015 cuando una persona que no quiso revelar su identidad le advirtió al fiscal federal Ricardo Toranzos que un grupo había acondicionado un camión en un taller mecánico de la capital para trasladar cocaína desde la localidad de Anta, en el sureste de la provincia, hasta la de Cañuelas, en la zona sur del conurbano bonaerense.
El testigo sabía de lo que hablaba: aportó una patente. Los traficantes cometieron el error de usar un vehículo que estaba a nombre de una persona que había caído con 180 kilos de cocaína en Tostado, Santa Fe, tras partir desde El Quebrachal con rumbo hacia Buenos Aires. Aunque luego usaron otro camión con otra chapa, el fiscal ya los tenía en la mira.
La avioneta de Balderrama «bombardeó» los 250 paquetes en un campo alquilado por Sergio Velarde. Escudero y Darío Velarde los recogieron. Los hermanos Gerónimo, mientras tanto, se ocupaban de conseguir el dinero para financiar la operación. Estaba todo en marcha.
La madrugada del 14 de febrero de 2016 fue la elegida por los gendarmes para cortarle el paso al vehículo a la altura de Taco Pozo, Chaco. Allí, detuvieron al chofer del camión, identificado como Melgarejo, y más adelante a Rubén Maurín, el hermano del exconcejal, que pretendía «barrer» la ruta ante posibles controles. En total, los uniformados secuestraron 247 kilos de cocaína con una pureza de entre 9% y 80%.
La droga, no había dudas, la suministró Balderrama, alias «W» o «BMW». Los envoltorios tenían su sello: BMW. Los investigadores además escucharon a Gabriel Maurín hablar sobre «W, por Wilson, aunque yo le digo ‘Chichin'». Pero la mayor sorpresa fue cuando descubrieron que el exconcejal tenía contratado a Freddy Barberi, sobrino de su proveedor boliviano, en su veterinaria y hasta lo había hecho entrar a trabajar en la Municipalidad de Salvador Mazza.
Pero hubo otra sorpresa: el camión en el que Melgarejo llevaba los 247 kilos de cocaína estaba a nombre de Ernesto José Aparicio, un diputado provincial de Salta que murió en 2013 mientras el por entonces juez federal de Orán, Raúl Reynoso, lo investigaba como el verdadero jefe de la banda encabezada por los hermanos Delfín y Raúl Castedo, los tres luego acusados por el crimen de Liliana Ledesma, que llevó a la cárcel a María Gabriela Aparicio, hermana del legislador.
El juez Reynoso, presentado como un héroe de la frontera, fue condenado a 13 años porque en realidad detenía a narcos para extorsionarlos.