Un robo de 3, 30 o 400 kilos, la jugada de Celeste y Florencia para darle un giro al triple crimen de Florencio Varela

Brenda, Morena y Lara, las víctimas del triple crimen de Florencio Varela
Como en una partida de ajedrez, Celeste González movió su primera pieza. Y lo hizo primera. Después se sumó Florencia Ibáñez. Los demás, por ahora, en silencio. Y ya pasaron tres semanas de los crímenes de Brenda del Castillo, de 20 años, Morena Verdi, de 20, y Lara Gutiérrez, de 15, en Florencio Varela.
En los próximos días, el fiscal Adrián Arribas puede dictaminar las prisiones preventivas de todos los detenidos, siete en total, a quienes les reprocha la coautoría de los homicidios de Brenda, Morena y Lara, calificados por el concurso premeditado de dos o más personas, por alevosía y por ensañamiento, y en el caso de los hombres, también por violencia de género. El octavo es Tony Janzen Valverde Victoriano, alias «Pequeño J» o «Julio», arrestado en Lima, Perú, con un proceso de extradición en marcha.
Celeste, la inquilina, declaró que cuando «Pequeño J» y los demás llegaron a su casa con las tres chicas, ella les abrió el portón y se fue adonde estaba su pareja Miguel vendiendo cocaína; él volvió, entró con un parlante y, justo en ese instante, mató a Brenda porque se quería escapar; ella regresó recién a las 4 de la madrugada, cuando ya habían torturado y asesinado a Morena y Lara; compraron botellas de lavandina para limpiar la escena y bidones de nafta para prender fuego la camioneta Chevrolet Tracker; «Papá» y «Lima» monitorearon la secuencia por videollamada desde José C. Paz; «alguien le pagó un millón de dólares a Julio por lo que hicieron»; y todo ocurrió porque «dos de las chicas le robaron 30 kilos de cocaína al ‘Duro'»; pero «Lara no tuvo nada que ver»; y todo eso se lo contó Miguel.
Florencia, copiloto del auto Volkswagen Fox, hizo su descargo al día siguiente: «Que les robaron a Alex y a la gente que le habían comprado; el viaje con Alex y Víctor era para recuperar la droga de Alex, yo no lo sabía, pero era para eso; Alex me contó, después de todo, que la idea era apretar a un tipo, no lastimar a las tres chicas«. Ante el fiscal, ella no especificó los kilos en cuestión, «378» o «casi 400 kilos», como repitió su abogado en televisión, aunque el lunes, cuando vuelva a ampliar, puede aclararlo.
Pero en una investigación donde todos los medios tradicionales exponen, en vivo, los datos personales de testigos, protegidos y menores, las declaraciones con los sellos oficiales y hasta los allanamientos, y donde los abogados adelantan detalles de lo que van a declarar los imputados, las indagatorias de Celeste y Florencia no fueron importantes por los detalles aportados sino por los efectos buscados.
Por empezar, ninguna de las dos confesó una participación primaria ni el dolo sobre una participación secundaria, cuanto mucho un encubrimiento agravado, pero sí ubicaron en tiempo y espacio a tres hombres peruanos y, lo determinante para el futuro de la investigación, dieron una versión sobre el móvil del triple crimen: el robo de droga, como remarcó Arribas. Hasta entonces, corrían versiones de tres kilos, pero eran extraoficiales, como contó Encripdata. Ahora sí figura en el expediente.
En consecuencia, el juez de Garantías Fernando Pinos Guevara ordenó la captura internacional de Manuel David Valverde Rodríguez, tío de «Pequeño J»; David Gustavo Morales Huamaní, alias «Loco David» o «Tarta», por su tartamudez; y Alex Roger Ydone Castillo, novio de Florencia.
Alex Ydone, de 50 años, sí tiene un antecedente: en la Argentina en 2012, un tribunal lo condenó a 2 años de prisión en suspenso por la confabulación para el narcomenudeo; en Perú ese mismo año, un juez ordenó su captura internacional por un transporte de 51 kilos de cocaína. Recién el 13 de febrero de 2020, la Interpol lo arrestó en Buenos Aires, pero un juez lo excarceló el 14 de abril de 2020 por «razones humanitarias»: el coronavirus; Lima no formalizó en tiempo y forma el pedido de extradición; el juez, por no poder proceder, archivó el expediente el 26 de abril de 2021; Lima, al final, envió los papeles el 14 de diciembre de 2021; para ese momento, el buscado ya se había borrado de los lugares que solía frecuentar. Si llegara a estar en Perú, esa hipótetica condena podría demorar años su entrega a la Argentina.
En ese proceso, su socio Edbar Ruiz Pérez también le sacó provecho a la pandemia: consiguió un acta de defunción, fechado el 5 de noviembre de 2022 en San Martín de Porres, Perú, para vivir traquilo en Bolivia. Algo parecido había hecho, ese año, Raúl Martín Maylli Rivera, alias «Dumbo», y hasta con tumba y flores. Casualmente, la semana pasada, un tribunal lo condenó a 18 años de prisión por ser el jefe de una organización narcocriminal asentada en la villa 1-11-14 y le unificó las penas en 32 años.
Hasta ahora, en los diversos allanamientos, los detectives no hallaron ni un solo gramo, solamente una pistola Glock. Sin embargo, las incorporaciones al expediente del apellido Ydone y del robo de droga como móvil cambia el panorama por completo.
Así las cosas, el juez Pinos Guevara y el fiscal, cuando decidan las prisiones preventivas -similar al procesamiento en el fuero federal-, tienen la posibilidad de declarar su incompetencia para continuar entiendo en el expediente y transferirlo al fuero federal por la materia, es decir, un triple homicidio en el contexto de narcotráfico, un movimiento pedido por los abogados en televisión cada vez que destacan el trabajo de Arribas.
En esa instancia, la fiscalía federal podrá hacer acuerdos de colaboración con imputados, los «arrepentidos», con Celeste y Florencia listas para mover su segunda pieza.
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