Encripdata

El hilo invisible entre el crimen y el poder

Zabaleta cobraba 10 mil dólares por «vender» custodias del Ministerio de Seguridad

"Harry" Zabaleta se hizo pasar por Los Monos para sacarle más plata del secuestro a los Tallone

"Harry" Zabaleta se hizo pasar por Los Monos en el caso Tallone. Crédito: Encripdata.

Después de pasar 64 días en la Alcaidía de Madariaga, la Policía Federal (PFA) trasladó a Mauricio Zabaleta a la cárcel. El motivo: hacerse pasar por los secuestradores de Gastón Tallone, extorsionar a la familia e intentar sacarle más plata -con diálogos revelados en septiembre por Encripdata-, mientras el empresario portuario era víctima de un secuestro trágico pero a manos de Los Monos.

Mauricio es hermano de Juan Zabaleta, exintendente de Hurlingham. Cuando el expresidente Alberto Fernández designó a «Juanchi» como ministro de Desarrollo Social, «Harry» aprovechó su apellido para hacer negocios en el Ministerio de Seguridad.

La historia del secuestro comenzó a gestarse a mitad del 2023 cuando Los Monos arrojaron papelitos en las puertas de las casas de Tallone y la de su amigo José Uriburu -primo de Manuel José García-Mansilla, nuevo ministro de la Corte Suprema de Justicia-. Tenían el mismo mensaje: «Con la mafia no se jode». Tallone y Uriburu manejaban la Terminal Portuaria Concepción del Uruguay, en la Hidrovía, pero en algún momento se pelearon. Y, en el medio, de allí desapareció un cargamento de 340 kilos de cocaína.

Después de los papelitos, les prendieron fuego los autos. A eso les siguieron tiros. Las balas picaban cada vez más cerca.

Entonces, Tallone le contó el problema a sus amigos. Con llegada al Ministerio de Seguridad, «Harry» Zabaleta le ofreció custodias aunque de civil para él y sus familiares. Por el servicio, Tallone -como declararía tiempo después su hijo- les pagaba 2,7 millones de pesos a Zabaleta y a un empleado de la Agencia de Recaudación de la provincia de Buenos Aires (ARBA). Al tipo de cambio de julio de 2023, alrededor de 10 mil dólares. Por semana.

En cambio, Uriburu habló con Gustavo Juliá, famoso por aterrizar un jet con 944 kilos de cocaína en 2011 en España, para que intercediera por él. Así, levantó el teléfono: «la mafia», le dijo, lo perdonaría, pero, primero debería ir a la cárcel para hablar con Ariel Máximo «Guille» Cantero.

En total, lo visitó 17 veces en Marcos Paz. En uno de los últimos encuentros, el líder de Los Monos puso a prueba a Uriburu: su vida a cambio de la de Tallone.

El 8 de julio de 2024 fue el secuestro: a las 13.38 horas lo obligaron a subir a un Volkswagen Gol Trend color gris plata ante las cámaras de seguridad de Nación Servicios, una empresa del Banco Nación, ubicada en Anchorena 454, en la zona del Abasto. La propia víctima pagó 50 mil dólares para que lo liberaran, pero Los Monos lo mantuvieron cautivo una noche en Ingeniero Maschwitz. Allí se perdió su rastro. Para siempre.

Pero mientras Los Monos le cobraban la deuda por el robo de la cocaína, varios amigos de Tallone se pusieron de acuerdo para sacarles más plata a la familia, ya sea haciéndose pasar por los secuestradores, proponiendo armar un equipo de búsqueda o acercando a un abogado, con la condición de pagar por adelantado.

Tenían un dato: peleados por el control de la terminal portuaria, la víctima, supuestamente, se quedó con «800 lucas verdes estancadas» que «le cagó a Uriburu».

Entonces, los propios amigos de la víctima pretendían quedarse con el resto, como demuestra la siguiente escucha telefónica a la que tuvo acceso Encripdata:

-Está guardado el gordo, lo tiene Uriburu.
-Vamos a ser sinceros, el gordo está muerto, boludo, qué guardado…
-No, boludo, no, el gordo está guardado, te lo digo yo y por lo que dice el custodio.
-Para mí, el gordo es boleta, boludo.
-No lo van a boletear, si pone la guita, no lo boletean.
-La guita no la va poner, boludo.
-El custodio está esperando que le digan: ‘Bueno, decime cuánto tengo que llevar y adónde’, ¿entendés? Está para hacerle una, pero es muy jodido eso.
-¿Es muy jodido qué cosa?
-De hacer esa movida porque qué sabe quién lo llama, lo llaman de un teléfono x, compra dos chips.
–Como hice yo recién.
-Claro. Che dejá la plata en tal lado y en 24, en 12, en 3 horas está él afuera, dejá 200 mil en tal lado, chau. El tema es cómo lo levantamos después.
-Al que lo tenés que correr es al custodio: ‘Eh abrí más el juego’.
-Decime que yo no le tengo mucha confianza al poli y a su gente, viste, porque si no la hago, operan bien porque cortan a la gente de verdad, te digo porque los conozco, son pesados de verdad, son canas.
-Y sí, qué se yo, viste, es medio raro, yo tengo el mensaje preparado para mandárselo, no se lo mando, entonces.
-Sí, igual, ¿qué tiene que ver una cosa con la otra? Sí está bárbaro el mensaje, boludo, está precioso. Se van a cagar más, sobretodo el consuegro, que es un cagón.

El 11 de julio, a las 14 horas, Zabaleta colocó un chip nuevo y amenazó al consuegro de la víctima: «Ya mandamos de gira a Tallone. La deuda sigue, más te vale que vos y todos junten la plata. El sábado empiezan los tiros de nuevo. O pagan con plata o con la sangre de tu familia. Caminaron este tiempo y se acabó. Paguen, sorete». Después, volvió a su línea habitual, desde la cual, sin saber que estaba intervenida, reconoció: «Como hice yo recién».

Por el secuestro de Tallone, los jueces federales Pablo Seró, primero, y María Servini, después, procesaron con prisión preventiva a José Uriburu y Juan Carlos Miró, los socios que le tendieron la trampa a Tallone por orden de Los Monos; a Gustavo Juliá, nexo entre Uriburu y Los Monos; a Alejandro Ficcadenti, alias «Rengo», fugaz líder de la barra de Newell’s, y Sergio Di Vanni, alias «Bebé», su mano derecha; y a Lucas Leiva, alias «Teletubi», sicario de Los Monos. Y también a Zabaleta, por extorsionar a los familiares de Tallone.

De hecho, el fiscal Carlos Stornelli le tomó declaración al líder de Los Monos, pero aún no como imputado sino como testigo: «Yo creo que Tallone no está vivo, pienso que puede estar enterrado en algún lado o en un tanque con algo«, como dejó constancia en el documento oficial al que accedió Encripdata.

Así las cosas, en los últimos días, el hijo de Tallone inició un proceso en el fuero civil para declarar la ausencia de su padre con presunción de fallecimiento.


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