Encripdata

Un paso adelante

«Guille» Cantero ya no podrá tener visitas bisexuales en la cárcel ni hablar por teléfono con su familia

"Guille" Cantero, jefe de "los Monos" y dueño de Rosario

"Guille" Cantero, jefe de "los Monos" y dueño de Rosario. Crédito: Ministerio de Seguridad.

-Me dijeron que no puede ingresar más nadie, ni amigos ni parientes, familiar directo nada más, pero, escuchá, ¿y si, entonces, yo te declaro que soy bisexual?
-Ah ¿me vas a mentir ahora?
-Y… pero si ustedes… son las opciones que me dejan, ¿cómo voy a hacer sino?
-Y, bueno, decime el vínculo, entonces, ¿con quién lo querés tener?
-Con ‘Benego’ y con la Sole.

El 14 de febrero, Ariel Máximo Cantero, alias «Guille», puso en jaque al flamante Sistema Integral de Gestión para Personas Privadas de la Libertad de Alto Riesgo en el Servicio Penitenciario Federal. Esta vez lo hizo sin disparar un solo tiro. Simplemente, aplicó pensamiento lateral para resolver el problema de manera creativa, en una charla que tuvo con la asistente social del SPF, como pudo reconstruir Encripdata. Y el sistema le dio la razón: habilitó a Jorge Ramírez, alias «Benego», y Soledad Galarza a visitarlo.

A principios de año, tras el cambio de gobierno, Patricia Bullrich sumó al Ministerio de Seguridad dos áreas que estaban en el Ministerio de Justicia: el Programa Nacional de Protección a Testigos e Imputados y el Servicio Penintenciario Federal. Y, en enero del 2024, implementó este sistema en las cárceles de Ezeiza y Marcos Paz. A partir de entonces, el SPF individualizó a los internos que tienen capacidad de fugarse o generar violencia en las ciudades, y los separó del resto de la población carcelaria. A los presos de «alto riesgo» les redujo las visitas -solo familiares directos y excepcionalmente, allegados, en estos casos con contacto diferido-, controló las llamadas -solo realizar, pero no recibir y los abonados habilitados enlistados-, minimizó los traslados y prohibió las entrevistas con los medios. El 90 por ciento de los presos de «alto riesgo» proviene de Rosario, la ciudad cuna de la Bandera, que se empeñan en manchar.

Pero así, dando órdenes en persona en esas visitas íntimas, que solo ellos pudieron conocer, y dando órdenes por teléfono en modo conferencia, algunas que sí pudieron escuchar los investigadores, «Guille» Cantero continuó al frente de los Monos.

Encripdata lo advirtió hace un mes: desde el teléfono público de la cárcel, ordenó buscar casa por casa a un transa rosarino que se quedó con 495 mil pesos de la organización:

-Igual, después, yo te aviso porque tengo todas las dires de ‘Bigote’, tengo todo yo.
-Avísame que vamos, vamos, vamos, ya sabes.
-Me tienen que dar el OK para cuando vamos.
-Bueno, avísame y vemos.
-Cuando lo encontremos, tiene que ir un par de ‘berretinudos’.
-No pasa nada, si sabes que vamos, vos me pasas o me haces llegar y yo los mando.
-Después le digo a ‘la Flaca’ que te diga bien.
-Ahí está.

Por ese y otros actos intimidatorios, en marzo, el juez federal Jorge Rodríguez y los fiscales Sebastián Basso, de Morón, y Diego Iglesias, de la Procunar, decidieron requisar las celdas de «Guille» y Luciano Cantero -hijo del asesinado Claudio Cantero, alias «Pájaro»- y arrestar a la hermana de «Lucho» -aún menor de edad- y a Débora Soledad Rivas, la encargada de triangular las llamadas.

Las autoridades estaban realmente preocupadas: a pesar del encierro, los Monos encontraban la forma de llevar la contabilidad de la venta de drogas, ordenar balaceras y hasta amenazar a jueces, fiscales, defensores, guardiacárceles y familiares. Ni siquiera el flamante sistema de presos de «alto riesgo» los frenaba del todo.

Hoy, entonces, el juez y los fiscales decidieron reforzar aún más los controles sobre los Monos: «Guille» ya no podrá recibir las visitas de Jorge y Soledad y él y su sobrino Luciano ya no podrán hablar por teléfono con familiares directos, allegados y amigos.

A partir de ahora, solo podrán comunicarse con sus abogados, una situación de doble filo.

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