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Un paso adelante

Ofrecen una recompensa de hasta 5 millones de pesos por encontrar al financista Damián Stefanini

Ofrecen 5 millones de pesos por encontrar al financista Damián Stefanini

Ofrecen 5 millones por encontrar a Stefanini. Crédito: Facebook.

El Ministerio de Seguridad bonaerense, a cargo de Sergio Berni, incrementó la recompensa a quienes aporten información fehaciente sobre la desaparición del financista Damián Stefanini. Será de hasta 5 millones de pesos para quienes contribuyan a esclarecer lo sucedido con el financista visto por última vez el 17 de octubre de 2014 en Tigre. Deberán presentarse ante la Fiscalía Criminal y Correccional Federal 2 de San Isidro, a cargo del fiscal Fernando Domínguez, o ante la Dirección Provincial de Registro de Personas Desaparecidas. Podrán solicitar la reservar de la identidad.

Como reconstruyeron la jueza federal Sandra Arroyo Salgado y el fiscal Domínguez, aquella mañana Stefanini salió de su casa en Bahía del Sol, San Fernando, a bordo de su Audi S4 patente FRF710.

A las 8.45 llegó al astillero Klase A, ubicado en la calle Pampa 1092, Rincón de Milberg, para ver cómo iba la construcción de tres barcos. Ahí, según declaró el dueño Gustavo Miele, Stefanini estuvo una hora y media. Miele le estaba armando tres embarcaciones a Damián y su amigo Hugo Schwartz.

Tras salir del astillero, una cámara de seguridad registró el Audi S4 a las 10.13 en el puente Tedín con dirección hacia avenida Liniers y Padre Castañeda, donde sería captado dos minutos después.

A las 10.36, según la cámara de seguridad de una Shell, el auto con vidrios polarizados llegó a la estación de servicios y se frenó sobre la calle Melo, casi esquina Mitre, Florida Oeste. A escasos metros se ubicaba el depósito de Cala Fighera SA, vinculado a él. En esa posición se quedó por 42 minutos. En ese tiempo, nadie salió ni entró al vehículo. A las 11.18, reanudó viaje. A las 11.22, estacionó en Roca 2480. A solo cincuenta metros estaba el estudio de su contador Milton Osnajansky. Este hombre, aunque al principio bajó el perfil y dejó de frecuentar su propia casa, en el 2018 creó una empresa, que llegó acumular 691 mil pesos en cheques rechazados en los últimos doce meses.

En ese corto trayecto por Vicente López, desde la estación de servicios hasta su posición final y próxima al estudio de su contador, ninguna cámara lo captó. A los investigadores siempre les llamó la atención esa ventana de tiempo de 3 minutos y 25 segundos, aún hoy, ocho años después de su desaparición.

Algo no les cierra. No es para menos si creen en la versión del testigo que declaró que casi termina atropellado por el Audi S4 y que el conductor no se parecía a Stefanini.

Si ese testigo estuviera en lo cierto, habría dos escenarios determinantes, según pudo reconstruir Encripdata: aquella ventana de 3 minutos y 25 segundos en la que el auto se movió por Vicente López sin que alguna cámara lo registrara o la última vez que Stefanini se bajó del auto, es decir, durante su paso por el astillero, lugar en el que estuvo por 88 minutos, reunido con Miele, de Klase A, y Schwartz, su socio en la construcción, justamente, de tres barcos de 2 millones de dólares.

Los investigadores analizan, entonces, la explosión de llamados que se sucedieron entre varias personas inmediatamente antes y después de ese encuentro y especialmente durante esos 88 minutos.

Descartado que Stefanini se hubiera ido por su propia voluntad, los detectives piensan un móvil posible. Ahí entran en juego los contactos del hombre desaparecido: además de las embarcaciones en común con Schwartz, el financista abrió el 20 de septiembre de 2012 Hamlin Suites Condominium Association Inc junto a un tal Mickey Hague en Florida, Estados Unidos; al mes siguiente le hizo la transferencia al fiscal del caso AMIA, Alberto Nisman, por 150 mil dólares a la cuenta del Merrill Lynch; en esa época viajó con Claudio Picón, amigo y dueño del auto del fiscal, y el propio Schwartz a China para participar de una exhibición de barcos; también hizo viajes con Eugenio «Pipo» Ecke, socio de Picón, vinculado a los servicios de inteligencia. Pero buscar un móvil cuando no hay siquiera un escenario del secuestro identificado es remar contracorriente: siempre se vuelve al punto de partida.

Ni bien se inició la búsqueda, varios dijeron en los medios tener pistas, como el periodista Jorge Boimvaser y el exjuez Héctor Yrimia, pero que cuando fueron citados como testigos, nada aportaron en fiscalía. Con el aumento de la recompensa, los investigadores se esperanzan en que alguien diga algo nuevo y cierto.

A ocho años de la desaparición es eso o que un implicado se quiebre.

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