Empieza el juicio al narco que se creía el Pablo Escobar de la zona oeste
Vendedor de electrodomésticos. Eso fue lo que dijo Silvio Gastón Canteros cuando declaró el 8 de agosto de 2019 ante el juez federal Néstor Barral. Esa coartada no le sirvió. Se cayó ese mismo día. Este viernes, casi dos años exactos después, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal (TOCF) 1 San Martín comenzó el debate por la venta de drogas al hombre que se hacía llamar «El Patrón» en la zona oeste del conurbano bonaerense por su fanatismo por el mismísimo Pablo Escobar, el capo que marcó un antes y un después en la historia de Colombia y el narcotráfico.
La camioneta 4×4 ploteada con su apodado, «El Patrón», el letrero en la entrada de su quinta, «Hacienda Nápoles», y un reloj en la pared del lugar con el rostro del verdadero Escobar, todo en la vida de Canteros parecía salido de «El Patrón del Mal», la novela producida por Caracol TV que se convirtió en un éxito mundial a partir de su llegada a Netflix.
Pero Canteros ni cerca estuvo de ser Escobar: cuando allanaron su «Hacienda Nápoles» de Moreno, los detectives encontraron solo 873 dosis de marihuana y 924 de cocaína listas para vender. Insignificantes frente al imperio narco que supo montar el colombiano, pero suficientes para que él y su banda pasen un buen tiempo en la cárcel. Eso decidirá el TOCF en el juicio abierto este viernes.
Uno de los investigadores consideró ante Encripdata que «la ficción se comió al personaje». A Canteros no le alcanzaba con imitar a Escobar sino que también se apodaba «Carrillo Fuentes» por Amado Carrillo Fuentes en Instagram. El líder del Cártel de Juárez, conocido como «Señor de los Cielos», estuvo algún tiempo en la Argentina, pero murió en su país durante una cirugía estética con la que pretendía pasar desapercibido para la Drug Enforcement Administration (DEA) de los Estados Unidos.
Pero en sus propiedades no solo había drogas: en su quinta, la casa de sus papás, un lavadero de autos y un call center, los investigadores secuestraron 200 mil pesos, 93 DNI, 30 tarjetas de crédito y una máquina para contar billetes.
No es la primera vez que a Canteros le encontraron documentos de otras personas. Los policías bonaerenses lo detuvieron en 2013 por «tenencia ilegítima de 9 DNI ajenos». Aquella vez, el Tribunal Oral Federal (TOF) 5 San Martín aceptó suspender el juicio a prueba porque «el hecho imputado no revestía gravedad».
El tribunal, a cambio, le ordenó pagar mil pesos -en dos cuotas- a la cooperadora del Hospital Zonal de Agudos General Manuel Belgrano, realizar tareas comunitarias en el Hogar Jesucristo de Nazaret y no cometer delitos por un año y medio.
Ahora, con tantas pruebas en su contra, el argentino que se creía Pablo Escobar deberá buscar una salida para no terminar en prisión porque las argentinas no son tan cómodas como La Catedral.