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Un paso adelante

«Primo» Madrigal, «Billy» Meech y el doble ajuste de cuentas de los 7 millones de euros en México

"Primo" Madrigal, "Billy" Meech y el doble ajuste de cuentas de los 7 millones de euros en México

El doble ajuste de cuentas de los 7 millones de euros en México. Crédito: Encripdata.

A la tarde del 2 de marzo de 2019 un sicario acribilló al guadalajarense Timoteo Madrigal Mendoza en la zona hotelera de Cancún.

Y, después, otro crimen tapó al anterior.

Porque el día que mataron a Madrigal Mendoza también se registraron otros 88 homicidios dolosos en todo México.

También a la tarde, pero del 19 de marzo de 2020, otro sicario ejecutó al inglés Magcin Pinichsde en las afueras de Ciudad de México.

Y, después, otro crimen tapó al anterior y el siguiente crimen tapó aún más al anterior del anterior. Y así.

Porque el día que mataron a Pinichsde también se registraron otros 60 homicidios dolosos en todo el país.

16.493 fueron los crímenes registrados en los primeros siete meses del año, según la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.

40.116 fueron las muertes por coronavirus en el mismo período, según la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud.

Una pandemia, más temprano que tarde, llegará a su fin, pero la otra solo depende de México y sus autoridades.

Esta otra pandemia, la protagonizada por el crimen organizado, no es nueva: tanto que la BBC escribió en 2018 «por qué en México es tan fácil matar y nunca pisar la cárcel». Dos años después, casi como una respuesta a ese interrogante, El País publicó «el delito más grave: la impunidad».

Homicidios dolosos desde diciembre 2018. Fuente: Gobierno México.

A diferencia de la ley de la utilidad marginal decreciente, donde el consumo de una unidad adicional produce menos utilidad que la anterior, en México pareciera existir la ley de la impunidad marginal creciente impuesta a sangre y fuego: cada crimen adicional no solo provoca que los investigadores, los que no están coludidos con el narco, tengan aún más problemas para resolverlos, pues se les acumulan expediente tras expediente, sino que los asesinos tengan menos temor a ser descubiertos. En otras palabras: crimen tras crimen lo que pierde valor es la vida misma.

Así fue como Magcin Pinichsde ordenó matar a Timoteo Madrigal Mendoza. Así fue como los sicarios que contrató ubicaron al objetivo, esperaron que el semáforo de la avenida Bonampak se pusiera rojo para imposibilitarle la huida y lo acribillaron arriba de su camioneta. A él y dos más.

Eso fue el 2 de marzo de 2019 en la zona hotelera de Cancún.

Dijeron que era un abogado oriundo de Guadalajara, pero lo que nunca contaron era a qué se dedicaba alias «Primo»: al contrabando de precursores químicos en Quintana Roo como base de operaciones. No lo hacía solo: lo hacía justamente con quien lo mandó a matar. Encripdata pudo saber que el victimario le debía 7 millones de euros a la víctima y, para no pagarle, ordenó su ejecución.

Cuando los allegados a «Primo» se enteraron de la traición, fueron tras el traidor. Al final lo ubicaron en Cuajimalpa, en las afueras de Ciudad de México. Estudiaron su rutina, sus movimientos, su seguridad. El 19 de marzo de 2020 decidieron que era el día: esperaron que se fuera a dar un paso en bicicicleta con su novia y su perro al parque Desierto de los Leones y, mientras acomodaba las bicicleta en la camioneta, le ajustaron las cuentas de varios disparos a quemarropa.

La Secretaría de Seguridad Ciudadana (SCC) informó que la víctima se llamaba Magcin Pinichsde, 41 años, origen ingés. De hecho, autoridades de la Embajada de Gran Bretaña en México estuvieron presentes en la escena del crimen. Luego no comunicaron nada.

Sicario ejecutó a «Billy» Meech frente a su novia. Crédito: SSPC.

La víctima en realidad no se llamaba Magcin Pinichsde sino Martín «Billy» Meech y era inglés por parte de padre y belga por parte de madre. Según CrimeSite, «Billy» Meech, bajo el nombre de Sean Paul Preston, había caído en 2011 junto a un cómplice con 53 kilos de cocaína en Líbano. Tras cumplir la sentencia, pareció esfumarse hasta recalar con nueva identidad en México. Allí, según pudo reconstruir Encripdata, primero se hizo llamar Demián, de Noruega, pero luego cambió el alias por David. Tantas vidas como un gasto. El 19 de marzo de 2020 todo acabó para él.

Muy lejos de allí, en Atenas, capital griega, el 29 de mayo de 2020, otro sicario le encajó dos balazos en la cabeza a Kristof Waegeman, un belga que estaba implicado justamente con «Billy» Meech en un caso narco de escala internacional, pero esa es otra historia.

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