Fracasó la última operación del espía Martins y quedó al borde de la extradición
El juez Jesús Alejandro Ávila Gutiérrez finalmente no hizo lugar a la denuncia de Raúl Martins, rechazó vincular a proceso a los servidores públicos que lo arrestaron en 2019, según pudo confirmar Encripdata, y entonces dejó al espía más cerca de ser extraditado a la Argentina para que se siente en el banquillo de los acusados por explotación del ejercicio de la prostitución ajena y lavado de activos a partir de las ganancias producidas en sus prostíbulos de Buenos Aires.
Martins, como aprendió en la Secretaría de Inteligencia (SIDE o AFI), creó un escenario a su favor: denunciar que su detención había sido ilegal porque los elementos del Instituto Nacional de Migración (INM) que lo detectaron en Cancún no le explicaron los motivos del arresto, lo dejaron incomunicado y hasta lo maltrataron. Los abogados del espía llegaron a decir que los servidores públicos lo torturaron.
Y, como publicó Encripdata el 2 de abril, el fiscal César Eduardo Cervantes Saavedra le creyó a Martins. En consecuencia, le pidió al magistrado que imputara a los servidores públicos por el «delito contra la administración de justicia». De fondo, lo que buscaba el espía era hacer caer su detención pedida por la jueza federal María Servini, conseguir la excarcelación y escapar de México para que no pudieran extraditarlo a la Argentina.
De hecho, el impulso del fiscal a la denuncia de Martins frenó la extradición. Tanto que las autoridades del INM debieron presentar a los dos testigos que dieron fe del operativo que terminó con el acusado preso, entregaron dos «constancias de no lesiones», un certificado médico firmado por el médico del aeropuerto internacional de Cancún, otro del perito de la Fiscalía General de la República (FGR) y uno más del Reclusorio Norte.
En esas ocasiones, Martins nunca indicó haber sufrido lo que luego denunció ante el fiscal: violencia física y psicológica de sus captores.
Por eso, cuando recibió la carpeta administrativa 5/2021, el juez Ávila Gutiérrez se dio cuenta de qué se trataba, del último intento del espía por evitar lo inexorable, la extradición ya aprobada por el secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard.
En la Argentina, Martins deberá enfrentar un juicio junto a integrantes de su familia por la red de trata que montó en diez «whiskerías»: Hot Area (Juan B. Justo 5302), Top Secret (Artigas 1444), Anchorena Swinger Club (Anchorena 1121), Brut (Vicente López 2257), Fama (Rivadavia 7373), Oba-Oba (Rivadavia 2434), Hippopotamus (Junín 1787), Aproach (San Martín 957), Extra Brut (Las Heras 2311) y Sweet Club (Chacabuco 160).
Lo inexorable cada vez está más cerca y no incluye el sonido de las olas del mar Caribe.