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Un paso adelante

Clan Sancho: ya tiene fecha el juicio al narco al que se le caían las avionetas

Volvieron a detener a un miembro del clan Sancho

Volvieron a detener a un miembro del clan Sancho. Crédito: Ministerio de Seguridad.

Gustavo Sancho podría haber caído en 2012 por su relación con Claudio Alejandro Andrada, alias «Piturro» o «Gallo», un traficante santiagueño que supo esquivar durante varios años las investigaciones hasta que, recién en 2018, un tribunal de Salta lo condenó a 18 años de prisión por una de sus tantas operaciones: 583 kilos de cocaína entre Bolivia, Las Lajitas y José C. Paz.

En esa causa, la Dirección Nacional de Migraciones informó que Sancho y Andrada cruzaron el 4 de febrero de 2009 a bordo de un auto el paso fronterizo internacional Tancredo Neves, Brasil, de la triple frontera.

Sancho también podría haber caído el 25 de agosto de 2015 cuando un fiscal antinarco de Asunción, apoyado por la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) de Paraguay, allanó una estancia en Itapúa, detuvo a cuatro personas y secuestró 372 kilos de cocaína en ocho bolsas de arpillera que habían sido descargados en una pista clandestina por el piloto de una avioneta que pudo esfumarse por pocos segundos, pero no así el conductor de una camioneta, que tenía un GPS con track points que llevó a los investigadores a un campo de General Belgrano, provincia de Buenos Aires, propiedad de Gustavo Edgardo Rodríguez.

Sancho podría haber caído el 11 de julio de 2016 cuando la Policía de Entre Ríos encontró un Cessna 210 Centurión chocado en la Colonia Margarita, con cinco bidones de 60 litros al lado, un GPS configurado en idioma portugués y, otra vez, con track points en la estancia de Rodríguez.

El GPS además tenía registrado en su memoria la matrícula de una avioneta que había chocado el 11 de marzo de 2015 en el paraje Las Chilcas, partido de Las Flores.

Sancho también podría haber caído el 9 de septiembre de 2016 cuando otro fiscal antinarco de Asunción, apoyado por la Senad, detuvo al piloto brasileño Heitor Antonio Machado luego de aterrizar su Cessna 210 Centurión con 396 kilos de cocaína en once bolsas de arpillera en Las Maricelas, Yasy Kañy.

Machado guardaba en su teléfono información reveladora: desde fotos de la avioneta accidentada en Entre Ríos hasta mensajes con Rodríguez y Sancho.

Sancho también podría haber caído el 27 de septiembre y el 11 de noviembre de 2016 cuando le entregó 442 mil dólares a Sergio Sanzentea Dimoff para que se los llevara a Rodolfo Darío Tamborini para que se los transfiriera a los bolivianos a los que les había comprado cocaína.

En su cueva financiera del microcentro porteño, Tamborini guardaba, además de dólares, euros y pesos, 40 monedas de oro tipo Krugerrand.

Sancho podría haber caído el 14 de diciembre de 2016 al igual que su Cessna 210 Centurión en los alrededores de un campo de San Jorge.

Sancho en realidad ya había caído mucho antes, en Roque Sáenz Peña, cuando la Policía de Chaco encontró su Cessna 210 Centurión, aunque sin droga, por lo que su abogado Matías Jachesky consiguió anular todo. Jachesky también fue letrado de Carlos Salvatore, el traficante más importante de la Argentina, para luego convertirse en defensor oficial.

Sancho se sintió intocable a partir del logro de su abogado. Tanto que otro letrado le ofreció reunirse con jueces, fiscales y funcionarios en Cocodrilo. Omar Suárez, el dueño, es su primo. Otro abogado le presentó un habeas data para borrar referencias suyas en redes sociales. Por eso, como cada vez era más difícil investigarlo, la jueza Sandra Arroyo Salgado y el fiscal Fernando Domínguez fueron tras cómplices.

A partir del análisis de los GPS de las avionetas, los detectives descubrieron que el responsable del campo con pista clandestina en General Belgrano era Rodríguez, que tenía comunicaciones con el piloto brasileño Machado, que tenía mensajes con el propio Sancho. Así reconstruyeron la ruta de la cocaína: el piloto debía viajar en un avión comercial hacia Paraguay, buscar la avioneta, cruzar a Bolivia para cargar la cocaína, volver a Paraguay para hacer noche y finalmente bajar hacia la Argentina. Para reforzar la hipótesis, una persona confirmó como testigo protegido la relación entre Sancho, Rodríguez y Machado, las Cessna 210 Centurión y las pistas clandestinas de General Belgrano.

Tras cuatro años de investigación, todo cerró: la magistrada ordenó el 14 de noviembre de 2017 la detención de Sancho, sus hijos, su círculo íntimo y varios miembros de la banda que colaboraban en el movimiento de los cargamentos así como en la circulación de las ganancias. Ahora, tras otros tres años, el Tribunal Oral Federal (TOF) 2 de San Martín dispuso que el juicio oral contra el clan Sancho recién comience el 31 de marzo de 2021.

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