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"Mayo" Zambada, en 2010, tras le entrevista con el periodista Julio Scherer. Gentileza: Proceso.
Luego de esconderse por 57 años en la zona del triángulo dorado, Ismael Zambada García se declaró culpable este lunes ante un Tribunal del Distrito Este de Nueva York, que sumó el proceso de un Tribunal del Distrito Oeste de Texas. El «Mayo» reconoció haber sido el líder principal de una empresa criminal continua, entre 1989 y 2024, primero conocida como La Federación y luego como el Cártel de Sinaloa.
La fiscal general de los Estados Unidos, Pamela Bondi, consideró lo sucedido con el «Mayo» como una victoria de las agencias de seguridad bajo el liderazgo del presidente Donald Trump: «Zambada, con toda una vida en una organización narcocriminal terrorista, ahora pasará el resto de sus días detrás de las rejas y morirá en la cárcel federal donde se encuentra«.
En el acuerdo de culpabilidad, «Mayo» Zambada, de 75 años, aceptó una multa de 15 mil millones de dólares, con sentencia programada para el 13 de enero de 2026, como pudo saber Encripdata.
Con solo tener en cuenta los ceros de la multa, Forbes podría ubicar al cofundador del Cártel de Sinaloa en el puesto 143 de la lista sobre las personas más ricas del mundo, a la altura de la familia alemana que controla Aldi y Trader Joe’s, dos supermercados con presencia en Europa y Estados Unidos.
Años atrás, en la Lista Forbes 2009, el otro cofundador, Joaquín Guzmán Loera, apareció en el puesto 701, con mil millones de dólares. La familia del «Chapo» aprovechó el minuto de buena fama para lanzar una marca de ropa con ese número, pero luego salió del mercado. Cuando lo condenaron, en 2019, el tribunal le impuso una multa de 12.600 millones.
Ante el juez Brian Cogan, Zambada leyó una carta, pidió perdón por los delitos cometidos y admitió haber tenido en su nómina a jefes policiales, mandos militares y dirigentes políticos mexicanos, y aunque su abogado Frank Pérez afirmó que no ha colaborado con las autoridades de los Estados Unidos.
Sin embargo, fue su propio hijo, Vicente Zambada Niebla, el «Vicentillo», quien inició, en 2009, el intercambio de información por beneficios, con hitos como su testimonio en el «juicio del siglo» de 2017 contra su compadre, el «Chapo», y su liberación en 2021.
A los 18 años, el «Señor del Sombrero» comenzó a trabajar en las plantaciones de marihuana en la zona del triángulo dorado, donde alguna vez le concedió una entrevista a Julio Scherer García para la revista Proceso.
Entre 1985, con el crimen del agente de la DEA, Enrique «Kiki» Camarena, y el 8 de abril de 1989, con la caída de Miguel Ángel Félix Gallardo, el Cártel de Guadajalara se desintegró. Entonces, los demás se repartieron los territorios: Zambada y Guzmán se adueñaron de Sinaloa.
En los noventa, con la muerte de Pablo Escobar, del Cártel de Medellín, el fin de los Rodríguez Orejuela, del Cártel de Cali, y la ambición de Amado Carrillo Fuentes, el «Señor de los Cielos», líder del Cártel de Juárez, los grupos criminales colombianos, de ser socios, pasaron a ser proveedores de los cárteles mexicanos. Eso multiplicó las ganancias de las organizaciones, especialmente, de Sinaloa.
Y aunque los medios del mundo consideraron la capitulación de Zambada como el fin del Cártel de Sinaloa como se lo conocía hasta entonces, eso, en realidad, sucedió el 25 de julio de 2024, con la mayor traición en la historia del narcotráfico internacional, cuando Joaquín Guzmán López, alias «Güero Moreno», secuestró al «Mayo» en Culiacán, lo subió a una avioneta y se rindió y lo entregó en el aeropuerto de Santa Teresa, cercano a Texas, a los agentes federales de los Estados Unidos.
Lo que sucedió después es historia conocida o escrita, ahora mismo, en caliente: la batalla final entre Los Chapitos y Los Mayos, donde los Estados Unidos ponen las armas y Sinaloa pone los muertos; y la continuidad del negocio del otro lado de la frontera, donde los cárteles gringos, asociados a los mexicanos, ponen el fentanilo y los Estados Unidos ponen los muertos por sobredosis.
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