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El hilo invisible entre el crimen y el poder

El ocaso de «Tano» Nápoli, un histórico de la Bonaerense a cargo de regular el narcomenudeo en San Martín

El ocaso de "Tano" Nápoli, un histórico de la Bonaerense a cargo de regular el narcomenudeo en San Martín

"Tano" Nápoli, un histórico de la Bonaerense a cargo de regular el narco. Crédito: Encripdata.

-¿Cómo podemos arreglar?
-¿Cómo, señor?
-¿Cuánto para que Owen recupere la libertad?

En los primeros días de agosto, un subcomisario de la Federal se presentó en la Comisaría 5° de Billinghurst porque la Bonaerense había demorado a un transa al que buscaba detener por otro caso, pero en vez de pedirle la orden de captura para iniciar el trámite, le pasaron un celular: del otro lado de la línea, una voz se presentó como Matías Nápoli, del Comando de Patrullas, y, sin vueltas, le propuso solucionar el problema, como pudo reconstruir Encripdata.

Su interlocutor no era policía, pero lo había sido mucho tiempo: Raúl Vicente Nápoli, investigado en 2017 por liberar zonas en San Martín cuando prestaba servicios en Lomas de Zamora, en la otra punta del conurbano bonaerense, finalmente, cayó este jueves por la noche, ocho años después, por seguir intermediando entre organizaciones narcocriminales y policías en actividad en San Martín.

A principios de año, la jueza federal Alicia Vence y el secretario Hernán Roncaglia empezaron por detener a 18 miembros de una banda de narcomenudeo de la Villa 9 de Julio, territorio de Max Alí Alegre, alias «Alicho».

Ahora, sobre el final del año, a partir de lo sucedido entre el federal y los bonaerenses en aquella comisaría, terminaron por arrestar al «Tano» Nápoli.

Con carrera en la División de Drogas Ilícitas, «Tano» Nápoli conservaba contactos de todos los niveles. De un lado y del otro del negocio. Por un lado, planteaba traslados de uniformados para ciertas comisarías y, por el otro, se reunía con Pablo Gabriel Domínguez y Nelson David Gómez, dos transas de Villa Tranquila.

De hecho, tras los allanamientos ordenados por la magistrada, los detectives de Planeamiento y Operaciones Policiales de la Policía Bonaerense incautaron, entre los domicilios de «Tano» Nápoli y los que frecuentaba, alrededor de 1,5 kilos de cocaína, 12 kilos de marihuana y otros elementos de interés para la causa.

Antes, le habían seguido los pasos durante tres meses. Tuvieron que hacerlo con mucho cuidado: había instalado cámaras en toda la cuadra sin dejar puntos ciegos. Es más: al empezar el día, revisaba las patentes de los autos que le llamaban la atención. Solo después salía de su casa en Pablo Podestá.

Conectar las partes le consumía casi todo el día, los agentes a cargo de las tareas encubiertas tenían que seguirle el ritmo, empezaba a primera hora del día y no volvía a su casa hasta bien entrada la noche.

Ahora, la jueza Vence deberá conectar este expediente con otros. Tal vez así pueda reconstruir que el expolicía, además de formar parte de esta organización narcocriminal, era uno de los reguladores del narcotráfico en la zona noroeste del conurbano bonaerense. Puede ser que «Tano» Nápoli haya perdido el uniforme, pero no las mañas.

La agenda la tenía, la experiencia también.

Solo falta que hable su teléfono.


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