Encripdata

El hilo invisible entre el crimen y el poder

Con tal de no ser extraditado, el espía Martins ya pasó 6 años en prisión y ahora tiene domiciliaria en Cancún

El espía Martins ya pasó 6 años en prisión preventiva en México

El espía Martins ya pasó 6 años en prisión preventiva en México: Encripdata.

Aquel día, se puso remera, anteojos y peluca, y se echó a andar. Mirar atrás ya no tenía sentido. Su idea era llegar hasta la frontera con Belice. No corría contra ninguna tragedia, jugaba a esconderse de la Policía. Ahora, seis años después, el espía argentino Raúl Martins ya pasó todo ese tiempo bajo prisión preventiva en México, primero en el Reclusorio Norte y por estos días, en domiciliaria en Maralago, un condominio en Cancún.

La jueza federal María Servini ordenó en septiembre de 2019 la captura internacional del exagente de la Secretaría de Inteligencia (SIDE) por la «explotación del ejercicio de la prostitución ajena y lavado de activos», lo mismo que hacía en Cancún, México, hasta el 3 de octubre de 2019 en el que finalmente cayó con remera, anteojos y peluca, como ilustraba la foto a la que accedió Encripdata.

Seis años después, la situación procesal es bien simple: México, por alguna razón, no extradita a Martins a la Argentina. Él tampoco allana el camino. Y si bien el Tribunal Oral en lo Criminal Federal (TOF) 7 de la Ciudad de Buenos Aires prorrogó por seis meses más la prisión preventiva del espía, aún no fijó fecha para abrir el juicio contra los consortes de causa. El beneficio de la prisión domiciliaria en Maralago, con custodia de la Guardia Nacional, sugiere improbable su extradición.

Los fiscales Federico Delgado -ya fallecido-, Alejandra Mangano y Marcelo Colombo -estos dos, de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex) acumularon pruebas de la red de explotación sexual de Martins a través de diez prostíbulos: Hot Area (Juan B. Justo 5302), Top Secret (Artigas 1444), Anchorena Swinger Club (Anchorena 1121), Brut (Vicente López 2257), Fama (Rivadavia 7373), Oba-Oba (Rivadavia 2434), Hippopotamus (Junín 1787), Aproach (San Martín 957), Extra Brut (Las Heras 2311) y Sweet Club (Chacabuco 160), a solo cuatro cuadras de la Casa Rosada.

Martins no actuó solo: también esperan el juicio su pareja Estela Percival, su suegra Virginia Solís y policías que lo protegieron durante varios años. Ellas se mueven libremente, entre Buenos Aires y Cancún. El espía contaba con la protección de la SIDE: las malas lenguas aún dicen que «la Casa» tenía cámaras y micrófonos en Top Secret para poder extorsionar a clientes muy importantes.

Pero una mujer de su familia se animó a denunciar lo que sucedía en aquellos prostíbulos: fue Lorena, ni más ni menos que la hija. La vergüenza fue más grande que el miedo. Tras denunciarlo en los tribunales federales, se fue del país para no sufrir represalias.

En México, Martins extendió esta red de trata. En 2017, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), por una disputa de la plaza, le dedicó una narcomanta a uno de sus socios por brindar apoyo a una organización rival en Cancún.

En Argentina, en un allanamiento totalmente ajeno a estos hechos, a Cristina Kirchner le encontraron carpetas de inteligencia. Una tenía detalles sobre el agente de contrainteligencia Pedro Tomás Viale, alias «Lauchón», asesinado por la Policía Bonaerense. En el informe, alguien se encargó de contarle a la expresidenta sobre la SIDE, Martins y la prostitución VIP.


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