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Un paso adelante

Autopsia, «ventana» de 90 horas y una larga espera para saber el origen de la intoxicación mortal en la cárcel de Ezeiza

Cuatro presos intoxicados de la cárcel de Ezeiza

Cuatro intoxicados de la cárcel de Ezeiza. Crédito: Ministerio de Seguridad (archivo).

La noche del domingo 29 de mayo, alrededor de las 23 horas, cuatro internos de la cárcel de Ezeiza se descompusieron. Leandro Abel Rosa fue el más afectado: durante el traslado al Hospital Zonal General de Agudos Doctor Alberto Antranik Eurnekian, sufrió un paro y le hicieron primeros auxilios. Ya internado, sufrió un segundo episodio y le praticaron otro RCP. El jueves 2 de junio, su cuerpo no aguantó más. Eran las 2.20 de la madrugada.

Rosa tenía 38 años. Estaba en Ezeiza a disposición de un tribunal oral criminal que lo había sentenciado a 7 años y 3 meses de prisión por haberlo encontrado penalmente responsable de un robo con armas.

Informado sobre lo sucedido, el juez federal Luis Antonio Armella ordenó allanar ese mismo día el pabellón de la cárcel donde había comenzado todo. Para ese entonces, ya habían pasado 90 horas. Tras esa «ventana» de tiempo, según pudo reconstruir Encripdata, los investigadores, al mando del jefe de la División Antisecuestro Norte de la Policía Federal (PFA), solo pudieron incautar los alimentos y los remedios de los intoxicados. Tenían prescripción médica del Hospital Penitenciario Central (HPC) del propio Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza. En sus celdas no encontraron sustancias prohibidas.

Las autoridades del Servicio Penitenciario Federal (SPF) tal vez habrían podido acotar esa «ventana» de tiempo a través de la Dirección de Análisis de la Información (Área 50), pero como el gobierno macrista usó esa unidad para espiar de manera ilegal a políticos y empresarios vinculados al kirchnerismo y alojados en Ezeiza y Marcos Paz, la interventora María Laura Garrigós de Rebori, en vez de reformarla para que eso no volviera a ocurrir, directamene la eliminó. Nunca más hubo inteligencia criminal intramuros.

Aunque al principio se corrió el rumor de que los presos se habían intoxicado con alguna droga cortada con opioides, fuentes judiciales aclararon ante Encripdata que a Rosa no le aplicaron naloxona, un agonista para esas sustancias.

La naloxona fue determinante para salvar por decenas a los que consumieron cocaína en Puerta 8 sin saber que estaba cortada con carfentanilo. Lamentablemente, aquel 2 de febrero no todos llegaron a tiempo: 24 personas murieron en cuestión de horas en sus casas, en las calles o en las salas de urgencias.

En los Estados Unidos, los opioides son una verdadera epidemia hace rato: algunos por consumo de oxicodona, incluso bajo receta, y otros por heroína, que es más barata, o fentanilo, todos los días mueren cientos de jóvenes y no tanto por la voraz adicción que provocan. Antes de traficar toneladas de efedrina hacia cárteles mexicanos, Ibar Esteban Pérez Corradi contrabandeó 1800 pastillas de oxicodona hacia Maine. Llamativamente, después de reclamarlo por 13 años, la Embajada canceló la extradición. El carfentanilo, la droga de Puerta 8, tiene efectos 100 veces más fuertes que el fentanilo y hasta 10 mil veces más que la heroína, según la Drug Enforcement Administration (DEA).

De regreso en la Argentina, al cuerpo de Rosa le practicaron la operación de autopsia. El informe ya llegó al escritorio del fiscal federal Sergio Mola. De todas maneras, sabe que para determinar qué fue lo que causó la intoxicación, deberá esperar los resultados del estudio complementario histopatológico sobre los restos de la víctima y también los exámenes toxicológicos sobre las muestras de sangre y orina de los otros tres presos: dos ya recibieron el alta médica y el restante continúa internado en terapia intensiva con evolución favorable.

Los investigadores revisaron una por una todas las celdas del pabellón C de la unidad residencial 3. Ni al resto de los internos ni a los guardiacárceles les encontraron elementos de interés para la causa. El juez Armella fue preciso: ordenó el secuestro de los videos de las cámaras de seguridad de ese sector desde el primer minuto del 28 de mayo hasta el último día del mes. Las autoridades de la cárcel de Ezeiza todavía no se los entregaron.

A la espera de los resultados médicos, que pueden demorar 30 días, el fiscal les tomará en las próximas horas declaración testimonial a los dos recuperados para avanzar con la investigación.

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