Clan Loza: condenaron a la banda que compró la Ferrari de Maradona con plata de la cocaína
– Condenar a Erwin Raúl Loza, cuyas demás condiciones personales obran en autos, como…
– Señor presidente, disculpe la interrupción, se cayó la conexión con el complejo penitenciario.
Luego de restablecer la conexión con la sala de videoconferencias de la cárcel de Marcos Paz, el Tribunal Oral en lo Penal Económico (TOPE) 3 porteño finalmente sentenció el jueves a los miembros del clan Loza por haber lavado millones de dólares en la Argentina provenientes del narcotráfico internacional. Erwin Loza, jefe de la organización narcocriminal, fue condenado a diez años de prisión por asociación ilícita, lavado de activos y contrabando de divisas, en este caso en grado de tentativa, según el veredicto en el que estuvo presente Encripdata. No solo eso: deberá pagar una multa de 378 millones, que representa seis veces el valor de las operaciones de lavado.
A sus sobrinos Gonzalo Daniel Loza, alias «Junior», e Iván Alan Loza, el tribunal los condenó a seis y cuatro años de prisión, respectivamente. Ni bien cumplieron la mayoría de edad, en vez de disfrutar la plata que habían hecho su padre José Gonzalo Loza y sus tíos, decidieron sumarse a la organización. En el 2018, con tan solo 22 y 24 años, cayeron presos como el resto de su familia. Su padre falleció el 6 de noviembre de 2019 en una clínica de Madrid, España. Ahora, ellos fueron condenados en la Argentina.
A casi tres años de su detención, Alan pidió acceder a la libertad condicional.
«Junior» podría solicitarlo dentro de un año.
Los jueces Luis Imas, Karina Perilli y Alejandro Zabala consideraron probado la acusación del fiscal de juicio Gabriel Pérez Barberá y los representantes de la fiscalía antidrogas (Procunar) y de la fiscalía antilavado (Procelac) respecto del resto de los miembros del clan Loza sentado en el banquillo de los acusados, por los que los condenaron a William Weston Millones a 8 años de prisión, Gerardo César Guccione, a 7 años, Estela Marí Gallo, a 6 años, Clara Luz Fernández, a 5 años, Américo Alfredo Santi, a 4 años y medio, a Juan Carlos Fernández, a la misma pena y a Eduardo Javier Silveira López, a 4 años.
Según los fiscales, entre todos los ahora condenados cometieron 101 delitos de lavado de activos. Tal vez el más llamativo fue la adquisición de la Ferrari F355 Spider roja de Diego Armando Maradona. No era la Ferrari F40 que Guillermo Coppola consiguió que Enzo Ferrari pintara de negro, porque «Diego la vuole nera», pero sí la que manejó en su vuelta a Boca. Erwin Loza la compró el 14 de julio de 2009, pero la puso a nombre de una de sus empresas, Automóviles The Boss SA, para luego sacar una cédula para poder conducirla. Aunque a ellos los juzgaron por lavado de activos, los acusadores sostuvieron que ese dinero provenía del narcotráfico. De hecho, recordaron, a Gonzalo Loza lo estaban investigando por un cargamento perdido en Málaga y a su hermano Valdemar lo condenaron en 2019 a 15 años de prisión por los 1160 kilos de cocaína secuestrados en 2017 en un galpón de Tapiales.
A Natalia Soledad Grosso, en cambio, la absolvieron.
Los acusadores no habían pedido pena en su contra.
El clan Loza operó entre 2008 y 2018. Pero la investigación no comenzó por un «ladrillo» de cocaína perdido sino por el viaje de dos «mulas» españolas: Víctor Miguel Calvente Cavero y Bienvenido González Ludueña fueron detenidos el 20 de noviembre de 2017 luego de intentar ingresar a Ezeiza, tras un vuelo procedente de Madrid, con 365.800 euros sin declarar. El mismo TOPE 3 los sentenció rápidamente a tres años de prisión en suspenso. A partir de esa pista, la Procunar formó un equipo conjunto de investigación (ECI) con las autoridades judiciales y policiales de España y de Italia y también solicitó información a las autoridades de Perú. Así, los detectives locales descubrieron que las «mulas» reportaban para el clan Loza y que esta banda tenía conexiones con células narcos no solo en estos cuatro países sino también en Bolivia, Colombia, Inglaterra e Irlanda.
El tribunal recién dará a conocer los fundamentos el 2 de marzo del próximo año. Molesto, uno de los abogados de los condenados dijo a Encripdata que esa demora -tres meses- se debe a que «no tiene los fundamentos». Una vez conocidos los argumentos, este letrado apelará la sentencia. Dijo, además, tener a su favor dos cosas: que hubo disidencias entre los magistrados a la hora de, por ejemplo, evaluar algunos delitos y que la revisora «es una buena sala».
Tras conocer la sentencia en contra de Alan Loza, su abogado solicitó la excarcelación por haber superado los dos tercios de la pena ahora impuesta. Los fiscales lo rechazaron. Sin embargo, el juez Imas, presidente del tribunal, tuvo en cuenta que el joven, ni bien pisó la cárcel de Marcos Paz, no solo se anotó en la Licenciatura de Comunicación del Instituto Universitario Nacional de los Derechos Humanos Madres de Plaza de Mayo sino que cursó y aprobó varias materias: Historia y Pensamiento de los Derechos Humanos, Teoría de la Comunicación, Psicología General, seminario Cine Político Latinoamericano, Problemáticas Sociales, Infancia y Adolescencia, todas en 2019, y Sociología, Taller de Redacción Periodística, Derecho a la Comunicación y Observatorio de Medios y Filosofía, estas en 2021.
Las materias de este año las cursó sin faltar siquiera a una sola jornada de las audiencias de este juicio. Además, a septiembre último, según las autoridades del Servicio Penitenciario Federal (SPF) contaba con una «conducta ejemplar diez». Por eso, el tribunal le aplicó el estímulo educativo y le redujo en un mes el plazo de avance de la progresividad de la pena. En consecuencia, el jueves salió de la cárcel.
Ahora, deberá pagar una multa de 8 millones de pesos.
Después, deberá preparar el final pendiente: Filosofía.