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Un paso adelante

El video del testigo que complica a los oficiales acusados de encubrir a los policías que mataron a Lucas en Barracas

Ya son 16 los policías detenidos por el crimen de Lucas

Ya son 16 los policías detenidos por el crimen de Lucas. Crédito: Encripdata.

Aquella mañana, Nicolás tal vez no tomó real dimensión de lo que acababa de hacer, pero eso ahora mismo sirve para que ninguno de los policías que mataron a Lucas González o que quisieron encubrir el crimen se saliera con la suya. Aquel 17 de noviembre era un día más en Barracas hasta que el ruido de los disparos terminó con la tranquilidad del barrio. Cuando llegó al lugar, los uniformados ya habían «acordonado» el área con patrulleros por todos lados para que nadie pudiera pasar. Pero en vez de desentenderse de lo que había visto, decidió grabar la secuencia con su celular. Para que no lo descubrieran, prendió la cámara y giró el teléfono hacia bajo, como quien lo lleva en la mano sin más mientras camina. Encripdata lo dio vuelta para facilitar la visión.Uno de los policías lo invitó a irse por donde había venido: «¿Usted también vive por acá…?». Lo mismo hizo con una chica que sí tenía que atravesar esa cuadra para llegar a su casa. Ella dio la vuelta para ir a su hogar.

En el video revelado por Encripdata, el testigo le comentó al uniformado: «No, no, no. Yo porque vi la secuencia desde allá arriba, no, yo porque vi la secuencia desde allá. ¿Qué eran? ¿Unos chorros o qué?«. Por toda respuesta, el agente le dijo que sí como quien no quiere seguir hablando y busca que el otro se vaya.

Lo que Nicolás le respondió al policía fue lo mismo que declaró ante los fiscales Leonel Gómez Barbella y Andrés Heim. Obviamente, más ampliado ante las repreguntas de los investigadores: «Pensé que era un afano y todo el tiempo me pareció lo mismo. No escuché ni una sirena ni un pito ni un grito de alto policía».

Aunque a Lucas lo acribillaron a las 9.30 de la mañana del 17 de noviembre y murió al día siguiente en el hospital, la investigación ya pasó por muchas manos: el juez de menores Alejandro Cilleruelo, la fiscal María Fernanda Poggi, el juez Martín del Viso y, ahora, los fiscales que tienen delegado el expediente. Lo primero que hicieron Gómez Barbella y Heim fue solicitar la inmediata detención del inspector Gabriel Alejandro Isassi, el oficial mayor Fabián Andrés López y el oficial Juan José Nieva por el crimen del juvenil de Barracas y por «intentar dar muerte» a sus amigos Julián, Niven y Joaquín, todos menores de edad.

Mientras más inexplicable parece la forma en la que actuaron Isassi, López y Nieva, de civil en un auto sin identificación policial, más probable es la hipótesis que sobrevuela el expediente: que, como en tantos otros casos, estos policías porteños hayan querido cobrar un «peaje» a los ocupantes del auto que, por moverse cerca del barrio Zavaleta, pensaron que habían comprado o vendido droga. En esos «cortitos», los uniformados siempre se quedan con la plata o la droga y los extorsionados, con la libertad. Tras indagarlos, los fiscales avanzaron sobre los que, una vez producido el ataque, participaron de la privación ilegal de la libertad de los chicos.

Con la secuencia reconstruida, los fiscales ahora pidieron la detención de seis policías más por detener a los tres amigos de Lucas, encubrir el crimen y falsedad ideológica. Para eso tuvieron en cuenta el video aportado por el testigo y revelado por Encripdata. A Julián y Joaquín, los de la Policía de la Ciudad los retuvieron diez horas en la escena del crimen de su amigo, luego los llevaron, ya oficialmente imputados y detenidos, al Centro de Admisión y Derivación. Niven, acompañado por su mamá a una comisaría, terminó en el mismo lugar. Por unas horas, Isassi, López y Nieva consiguieron imponer su versión, la del «enfrentamiento con delincuentes», Así, mientras Lucas luchaba por su vida en el hospital, sus amigos pasaron la noche privados de la libertad.

Con el video, los investigadores comprobaron otros detalles: cuando Nicolás filmó la secuencia, en la escena solo había uniformados de la fuerza a la que pertenecen los tres acusados del crimen. Ni siquiera habían llegado las ambulancias. Menos los medios. En ese período, al menos un policía plantó el arma de juguete en la Volkswagen Suran en la que viajaban los chicos. En la grabación, de hecho, se observa a un oficial sacar cosas de una mochila. Si los fiscales determinan que los que plantaron la pistola de utilería no son los mismos que los que mataron a Lucas, estarían frente a una brigada organizada. Si fuera así, quien sabe qué otros delitos tendrían en su haber.

Sería una brigada hecha para matar y echarle la culpa al muerto.

No tres sino ya nueve son los acusados por el crimen de Lucas.

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