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Un paso adelante

Condenaron a un mexicano por traficar efedrina en avión para una célula clave

Condenaron a un mexicano por traficar efedrina en avión para una célula clave

Condenaron a un mexicano por traficar efedrina para una célula clave. Crédito: Ministerio de Seguridad.

El último día hábil del 2020, mientras la mayoría agradecía por haber sobrevivido al año de la pandemia, un mexicano aprovechó la jornada para resolver sus cuentas pendientes desde 2007 con la Justicia, firmó un juicio abreviado y recuperó la libertad, según pudo saber Encripdata, luego de reconocer que había traficado efedrina para una célula clave en la ruta de ese precursor químico necesario para fabricar las metas o el ice, pastillas que hicieron millonarios a sus jefes, pero que a él lo llevaron a pasar 4 años, 7 meses y 7 días detenido en México y la Argentina.

Se trata de Fernando Mora Alaniz, mexicano nacido hace 37 años en Baja California, pero nacionalizado estadounidense. Tenía solo 23 años cuando el 5 de agosto de 2007 intentó abordar un vuelo en el aeropuerto de Ezeiza para llevar la efedrina que ocultaba entre sus ropas a Ciudad de México.

No iba solo: en la misma estaban otras tres «mulas».

En total, pretendieron contrabandear 5 kilos de efedrina.

No eran aventureros: detrás de ellos había una célula que desvió 9.050 kilos entre 2006 y 2008 desde Argentina a México.

En aquel momento, los policías de seguridad aeroportuaria (PSA) no tenían reactivos para comprobar que se tratara de efedrina, que no estaba prohibida aunque sí controlada, por lo que los agentes les retuvieron el material y dejaron que Mora Alaniz y los otros tres, Héctor Casillas Rosas, Arturo Alonso Cota Lomeli y Carlos Elguezabal Flores, siguieran viaje.

Dos meses más tarde, el 24 de octubre de 2007, Elguezabal Flores volvió a caer, pero no en Buenos Aires sino en Ciudad de México. Esta vez llevaba 22 kilos con Miguel Humberto Flores Rodríguez, Miguel Ángel Rodríguez Viveros, Juan Carlos Miranda Peña e Isquian Israel Ruiz Ontiveros.

Un juzgado del por entonces Distrito Federal, hoy Ciudad de México, sentenció el 16 de mayo de 2008 a Elguezabal Flores a 10 años de prisión por lo ocurrido en México y otro tribunal de Buenos Aires lo condenó a 5 año y 11 meses de prisión por lo sucedido en la Argentina.

Casillas Rosas y Cota Lomeli, por su parte, fueron detenidos recién el 18 de junio de 2009 cuando ya habían explotadon el «laboratorio» de Ingeniero Maschwitz y el triple crimen de General Rodríguez y pactaron una condena a 4 años y una probation, respectivamente.

Solo faltaba Mora Alaniz.

El mexicano finalmente cayó en 2016 en Baja California. Pasó cuatro años bajo prisión preventiva en México a la espera de la extradición a la Argentina. El Tribunal Oral Penal Económico (TOPE) 2, en vez de cruzar información con la jueza Servini, finalmente aprobó el 30 de diciembre de 2020 el juicio abreviado acordado entre la fiscal de juicio Claudia Barbieri y el defensor oficial Alan Swanston: darle una pena acorde al tiempo que había pasado en prisión preventiva para que el mismo día pudiera recuperar la libertad sin tener que decir una sola palabra.

Mora Alaniz y el resto podrían haber quedado en la historia como varias de tantas «mulas» que aterrizaban con dólares y partían con efedrina, pero alguien habló. Habló y mucho. Ibar Esteban Pérez Corradi declaró como «arrepentido» ante la jueza federal María Servini y aseguró que Famérica le dio 4.250 kilos a Víctor Wendling Duarte, que se los vendió a Maximiliano «Fantasma» Romero, que a su vez se los revendió a un tal «Alexis» y que él le compró 4.800 kilos a Farmacéuticos Argentinos (FASA) y primero los comerció con Romero y luego, ya sin éste como nexo, directamente con ese «Alexis».

«Alexis» no era otro que Cota Lomeli, una de las «mulas» de esos primeros viajes en avión.

A partir de esa línea de investigación, la jueza Servini ordenó en 2019 la captura internacional de los jefes de «Alexis» y Mora Alaniz. Como reveló Encripdata el 10 de diciembre de 2020, la Interpol atrapó a José Antonio García Mena, José Gilberto Juárez Lima, Denisse Nayely Juárez Lima y Alejandro Elvira Lugos, oriundos de Puebla de Zaragoza, 107 kilómetros al sureste de Ciudad de México.

La Interpol tiene orden de arrestar a otros tres mexicanos.

Los García Mena y los Juárez Lima tenían pensado quedarse por muchos años en la Argentina. Muestra de eso fue la adquisición el 26 de octubre de 2006 de la empresa Odal SRL para manejar el edificio de la calle Valentín Gómez 3550. Los vendedores le aseguraron a la magistrada que los mexicanos dijeron querer convertirlo en hotel, pero en realidad tenían otros planes: usarlo como búnker tanto para las «mulas» como para la sustancia. También sumaron cuatro autos y, a pesar de querer mantener el perfil bajo, no pudieron con la tentación de tener dos Harley-Davidson.

Pero los mexicanos del hotel búnker vendieron todo entre 2008 y 2009 cuando la banda integrada entre otros por los Lanatta y los Schillaci ejecutaron a Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina. En esa huida, Denisse quiso abordar el 9 de octubre de 2008 el vuelo MX1692 de Mexicana de Aviación, pero los agentes de la PSA descubrieron que llevaba 175 mil euros, 3.650 pesos mexicanos, 545 dólares y 72 pesos.

Tras acordar una pena de 3 años de prisión en suspenso, la mujer se recibió de abogada en México y trabajó de eso hasta su detención.

La jueza Servini espera que México extradite a los cuatro y atrape a los otros tres. Tiene preguntas por demás interesantes para hacerles no solo por el tráfico de efedrina.

Las respuestas a esas preguntas también las podría saber la última «mula» liberada. Encripdata pudo saber que todavía se encuentra en Buenos Aires.

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