Encripdata

El hilo invisible entre el crimen y el poder

Bilbao, uno de los 10 narcos más buscados de Santa Fe, vivía a cinco cuadras del Monumento a la Bandera

Bilbao, un de los 10 narcos más buscados de Santa Fe, vivía a metros del Monumento a la Bandera

Bilbao, uno de los más buscados, vivía a metros del Monumento a la Bandera. Crédito: PSF.

De noche, bajo un cielo abierto y con el Monumento a la Bandera como testigo, los policías por fin tiraron abajo esa puerta que vigilaban desde enero. Un error del sospechoso los hizo entrar en acción. En el baño, queriendo escapar por un ducto de ventilación, estaba él, uno de los diez prófugos más buscados en Santa Fe. Aunque vestía una remera que rezaba «plata o plomo», la mítica frase de Pablo Escobar, al rosarino Waldo Alexis Bilbao, de 45, bastó con bajarlo de las piernas.

Bilbao estaba prófugo desde octubre de 2023 cuando la Gendarmería activó el operativo Cosecha Blanca. El gobierno de Santa Fe ofrecía una recompensa de 50 millones de pesos, pero los detectives llegaron a él gracias a un error de su pareja, Guadalupe Torres Servín, imputada por lavado de activos de la organización, quien seguía el proceso bajo prisión domiciliaria.

En los últimos días, Guadalupe compró pastillas anticonceptivas por celular. Para los investigadores fue un indicio de la presencia de Bilbao en el edificio de la calle Colón al 1200. El viernes por la noche lo confirmaron.

El juez federal Carlos Alberto Vera Barros y los fiscales Adriana Saccone, de Rosario, y Diego Iglesias, de la Procunar, los empezaron a investigar el 24 de agosto de 2020, en medio de la pandemia por el coronavirus, cuando la Gendarmería detectó un tránsito aéreo irregular (TAI) a la altura de Cañada de Gómez.

Allí, dos camionetas blancas salieron de una pista clandestina de aterrizaje, pero a poco de andar, uno de los vehículos volcó y dos de sus tres ocupantes, los primos Mauricio Santos y Alejandro Santos, fallecieron en el acto.

De uno de los celulares recuperados en el trágico accidente obtuvieron información sobre otros miembros de la organzación, de la operatoria internacional para el «bombardeo» de cargamentos de cocaína y de un hangar en Campo Timbó, donde guardaban tres avionetas.

La organización de los Bilbao estaba asociada con una banda criminal de Medellín, representada por Santiago Arbelaez Zapata y Julián David Correa Posso, mecánicos de aviones, y Juan Manuel Gómez Orrego, piloto.

Desde la tranquilidad de Campo Timbó, los Bilbao ofrecían el kilo de cocaína a 5400 dólares, puesto en las afueras de Rosario, en Córdoba o en Buenos Aires, como pudo reconstruir Encripdata.

Para lavar los millones, los Bilbao contaban con un conglomerado de empresas, algunas clásicas, como los locales gastronómicos y las concesionarias de autos, una importada de la época de Escobar en Medellín, como la explotación de licencias de taxis, y otra que causó preocupación en el mundo de los medios de comunicación, por las inversiones en los teatros de Vorterix de Rosario y Mar del Plata.

La organización aún no fue desarticulada por completo: su líder, Brian Walter Bilbao, aún continúa allí afuera.

El gobierno de Santa Fe ofrece 50 millones.

Los investigadores apuestan a otro error.


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