Encripdata

El hilo invisible entre el crimen y el poder

Detuvieron a un piloto peruano que quería bombardear 359 kilos de cocaína en un campo de Luján

Steven Villanueva, el piloto peruano detrás del fallido bombardeo de 359 kilos de cocaína en Luján

Steven Villanueva, el piloto detrás del fallido bombardeo en Luján. Crédito: Encripdata.

Por orden del juez federal de Gualeguaychú, Hernán Viri, el Escuadrón de Operaciones Antidrogas de la Gendarmería Nacional arrestó en los últimos días al piloto peruano Steven Alessandro Villanueva Tomas por ser uno de los organizadores del viaje de un piloto brasileño y una modelo boliviana detenidos el 22 de enero de este año, poco después de abandonar un Cessna 210 con 359 kilos de cocaína en su interior en un campo de Ibicuy, Entre Ríos.

Esa noche de verano, los gendarmes atraparon a Leonardo Monte Alto Gusmao, el piloto brasileño de 52 años, y a Jade Isabela Callaú Barriga, una exreina de belleza boliviana de 21.

Al principio, parecía que los investigadores no podrían llegar hasta los organizadores del bombardeo fallido, pero con mucha paciencia, identificaron la matrícula de la avioneta, consiguieron la declaración de un «arrepentido» y abrieron los teléfonos. Steven no estaba a bordo, ese no era su rol, sino uno más importante: fue uno de los que compró el Cessna 210.

De esta manera, los fiscales Pedro Rebollo y Diego Iglesias, de la Procunar, pudieron reconstruir el minuto a minuto del viaje inconcluso: el piloto y su novia modelo partieron desde Santa Ana de Yacuma, en el departamento de Beni; hicieron una parada en Campamento Rivarola, cerca de la frontera entre Bolivia y Paraguay, para subir el cargamento; y siguieron viaje con destino hacia la Argentina.

Encripdata pudo saber que el plan era llegar con los 359 kilos hasta un campo ubicado a solo 70 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires.

A las 21.52 horas, el piloto brasileño recibió un mensaje: «Mi hermano, si necesitas reducir el consumo de combustible, hacelo; si el motor se rompe, no pasa nada, nosotros arreglamos otra vez, ¿entendes? Pero quiero que llegues sano y salvo a Luján, mi hermano«.

Sin embargo, poco después, este miembro de la organización narcocriminal, monitoreando la situación desde tierra, le ordenó que cambiara de rumbo porque la Policía estaba merodeando la zona prevista para el aterrizaje.

Entonces, a las 22.36 horas, otro integrante le pidió unos minutos para reprogramar la llegada a otro sitio: «¿Ustedes necesitan una pista para aterrizar ahora? ¿Necesitan cancha para bajar? Si tienen combustible, esperen un rato, voy a hablar con un chico que tiene una pista acá».

Finalmente, aterrizaron sin suerte en un campo de Ibicuy, en Entre Ríos. Una vez atrapados, los gendarmes trasladaron al piloto brasileño y a la modelo boliviana a las cárceles de Ezeiza.

Ante Encripdata, la familia reconoció el parentesco entre Jade, o «Chabela» en las redes sociales, y el narcotraficante boliviano Jorge Adalid Granier Ruiz: «Somos familiares por parte paterna, pero casi que no hemos convivido mucho porque vivían en otra ciudad. Nosotros creemos que ella fue de acompañante del piloto para ganar dinero. Porque nosotros somos de escasos recursos. Depende de dónde vaya, tenemos entendido que pagan 10, 15 y hasta 20 mil dólares, pero no estamos seguros. Nosotros no tenemos conexiones con el narcotráfico. Ella tomó una mala decisión solamente por el dinero».

Recientemente, un tribunal de Salta condenó a Granier Ruiz, alias «Nono» o «Chuleta», a 10 años de prisión por un hecho muy parecido al de su sobrina: organizar el «bombardeo» de 389 kilos de cocaína en septiembre de 2020. Este narcotraficante boliviano tenía un socio rosarino, Fabián Gustavo Pelozo, alias «Calavera», con quien administraba rutas aéreas desde Bolivia hacia distintos puntos de la Argentina. Por cada servicio de «taxi aéreo», con capacidad para alrededor de 400 kilos de cocaína, cobraban 300 mil dólares. Y ellos, a su vez, tenían trato con miembros del Primeiro Comando da Capital (PCC) de Brasil.

En este caso, una familia peruana asentada en plena Ciudad de Buenos Aires fue la que organizó el viaje de la modelo boliviana, aunque no se descarta la participación de otras personas. Así, tras múltiples allanamientos con conexiones inquietantes, detuvieron solamente a Steven, el piloto peruano, por lo que, en consecuencia, el juez Viri ordenó las capturas internacionales del padre y el hermano.

En total, incautaron 600 mil dólares.

Y eso abrió un capítulo más.


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